Twelve months to love ◊ KaiHo

April

― ¡Qué hermosas son! ― Exclamó JunMyeon siendo absorbido por la belleza que el campo de sakuras mostraba ante sus ojos. Cada vez que estos peculiares arboles florecían, las personas acudían a los parques que las albergaban para tener un pequeño picnic bajo la lluvia de pétalos rosas. Myeon nunca había ido, pues generalmente sus amigos iban sus respectivas parejas y él al ser el único soltero, prefería pasar de ello, tampoco consideró el ir solo, pues por muy hermoso que fuera el paisaje, el aburrimiento le embargaría. ― ¡Gracias, JongIn!

Resultaba que en ese día en la mañana, el fotógrafo fue a buscar a Suho hasta su hogar y sin decirle completamente nada del lugar a donde irían, lo subió inmediatamente a su automóvil para conducir hasta el más grande campo de la ciudad, siendo este famoso por el espectáculo que las decenas de árboles daba a los visitantes.

― Supuse que te gustaría venir.― Respondió, reacomodando el lente de su cámara, pues en ningún momento dejo de sacar fotografías a un JunMyeon que parecía un bello ángel en medio de los pétalos que descendían.

― Me encanta, me recuerda tanto a mis series anime favoritas. ― JunMyeon le dedicó una tierna sonrisa y como una pequeña muestra de su agradecimiento, posó para la cámara formando un par de corazones con sus dedos.

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Encontrar un buen lugar para descansar y comer no fue labor fácil, casi todos los lugares con sombra ya estaban ocupados por familias o parejas que iban con el mismo propósito de pasar una linda tarde en compañía de la naturaleza. Sin embargo, lograron encontrar el lugar perfecto a los pies de uno de aquellos árboles con follajes rosas.

― Nunca imagine que fueras fan a las animaciones japonesas. ― Comentó JongIn, sorbiendo un poco de su bubble tea.

― Desde casi siempre lo he sido. ― Confesó con un ligero rubor en sus mejillas. ― ChanYeol y yo solíamos ver Sailor Moon o Saint Seiya en la televisión después de clases. ― La nostalgia se podía apreciar en cada facción del mayor. ― Con el tiempo nos fuimos adentrando más en ese mundo, él se inclinó por los videojuegos de acción y peleas, mientras que yo- ― Y pausó al darse cuenta de que estaba a punto de confesar algo realmente vergonzoso.

― ¿Tú? ― Trato de alentarle para continuar. ― Anda, dime, quiero saber.

― Te vas a burlar. ― El rostro de Myeon era un tomate.

― ¡Por supuesto que no! ―Respondió ligeramente ofendido, él jamás se burlaría de JunMyeon. . . o quizá sí, pero no mucho y no estando en una cita. ― Puedes confiar en que no lo haré.

Un suspiró salió de los rosados labios. JongIn le inspiraba confianza, además había demostrado ser un buen en todos estos meses así que tal vez no estaba mal contarle uno de sus oscuros secretos.― Yo me interesé más por los juegos otome. ― Al ver que el menor no parecía entender el termino, continuo: ― Simuladores de citas; Tu personaje conoce a muchos chicos y ellos intentan conquistarte, al final tienes que elegir a uno de ellos y seguir su ruta.

― Ahh.― Expresó al entender. ― Como Mistyc Messenger

Los ojos de Jun se iluminaron. ― ¡Correcto! Actualmente lo estoy jugando y es bastante bueno.

― Te creo, he visto que ha recibido buenas críticas por parte de las jugadoras.― Kai tuvo que luchar contra los enormes deseos de querer sacar su cámara para retratar ese hermosa sonrisa que el mayor le dedicaba.

Por su parte el azabache se sentía con un peso libre de encima, que JongIn no le mirara raro o se burlara por sus gustos infantiles y femeninos hacía que su corazón latiera con total alegría. ― Y dime, ¿Tú tienes algún hobby secreto?

Alzó su cabeza, meditando un poco la respuesta que le ofrecería a su hyung. ― La verdad es que en las noches soy bailarín en D&N

Myeon no pudo reprimir una risa y terminó golpeando con poca fuerza el hombro ajeno. ― Sé serio.

― De acuerdo. ― Hizo una pequeña pausa para terminar de reír. ― Pocas personas lo saben, pero soy voluntario en un refugio de animales. ― Está vez fue honesto.― Voy los fines de semana.

― Vaya. ― Expresó en un dulce tono de voz. ― Es bastante tierno de tu parte.

― Amo a los perros y a los gatos. ― Explicó. ― Y como no puedo llevar a mi casa a cada animalito que me encuentro en las calles, mejor lo llevo a ese lugar y también aporto mi ayuda para cuidarlo.

― También quiero hacerlo. ― Se acercó un poco al contrario, provocando un rubor en las mejillas del fotógrafo, el cual juraba que si Myeon se acercaba un centímetro más, le besaría sin importar las consecuencias.― Quiero ayudarte en ese refugio, por favor.

Una amplia sonrisadejó al descubierto la perfecta dentadura del Kim menor. ―Claro, prometollevarte lo más pronto que se pueda.