September

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En el tercer mes de noviazgo, JunMyeon sugirió hacer una visita a la pista de hielo pública, donde en compañía de más parejas y familias, podrían tener una cita amena y sobre significativa, pues tal deporte era la única cosa que Myeon amaba más que a JongIn. Como era de esperarse, la petición no fue negada por el fotógrafo, quien en tan sólo un trimestre se había vuelto tan vulnerable a los pucheros de Jun, que termina por cumplir hasta el más mínimo y absurdo de los caprichos.

― Despacio, despacio. ― Rogaba un tambaleante In, sosteniendo con fuerza los antebrazos del mayor, al grado de clavar un poco sus uñas en aquella blanquecina piel. ― Ya te dije que no sé patinar, no sé cómo me convenciste.

― No seas bebé. ― Mencionó entre risas, guiando al moreno por toda la orilla de la pista, puesto que no buscaba incomodar a las demás personas que se paseaban con destreza por el hielo.

― Esto te pasa por salir con alguien mucho menor. ― Intento burlarse un poco de la diferencia de edad que mantenían; Tenía que recuperar la dignidad que perdía cada vez que imitaba a un ciervo recién nacido.

― Tampoco tienes cinco años. Anda, vamos a practicar un poco más. ― Se inclinó un poco para dar un corto beso en los labios ajenos, y tan sólo con ese pequeño pero mágico acto, obtuvo toda la disposición de JongIn.

La tarde pasó entre risas y juegos por parte de la pareja, quienes llamaban la atención por su escandalosas carcajadas o lo gritos de reproche que se mandaban el uno al otro. JunMyeon le instruyó todo lo básico del patinaje a su novio, el cual prestaba la máxima atención y concentración a las lecciones fugaces.

― No es tan malo.~ ―Comentó el castaño, desplazándose con gracia alrededor del profesional, luciendo toda la seguridad que en un principio le faltaba. ― Ahora entiendo porque te dedicas a esto.

― Vaya. . .― Tan sólo pudo seguir con su mirada los movimientos del menor, quedándose estático en el círculo que Innie dibujaba a su alrededor. ― ¿Seguro que nunca habías patinado? Siento que me mentiste.― Comentó algo dolido. Había visto a personas iniciar en el deporte y nunca nadie había presentado tan excelente aprendizaje y práctica. ― Eres muy bueno para ser la primera vez.

― Creo que nací con el talento. ― Se encogió de hombros, mostrándose completamente natural. ― Además, tengo a un maestro demasiado bueno.

― Bobo. ― Rio; Si JongIn apelaba a su ego, no podía hacer otra cosa más que aceptar el cumplido.

El de ojos grises dejó por la paz a su novio y cambio la dirección de sus movimientos en línea recta, disfrutando con alegría los espacio vacíos de la pista, pues ya la gran mayoría de las personas habían marchado a sus hogares. Suho no pudo evitar sentirse enternecido ante la gracia con la que Kai bailaba sobre el hielo, por lo que en automático sacó su celular, empezando a tomar fotos de su aprendiz con talento nato.

― ¿Qué haces? ― Preguntó el Kim menor con curiosidad al ver que era el centro de atención de la cámara de Myeon.

― Contribuir con tu proyecto.― Dibujó una gran sonrisa en sus labios, mirando con sumo amor al moreno. ― Quiero que incluyas estas fotografías.

JongIn detuvo por completo sus pasos, dedicándole una mirada cargada de tantos sentimientos que JunMyeon no supo descifrar; Lo siguiente que pasó fue un castaño corriendo hacia un pelinegro, quien fue alzado en brazos para dar un par de giros y finalmente, caer sobre la fría superficie en medio de un mar de risas.

― Eres maravilloso. ― Susurró JongIn antes de usurpar los labios ajeno en un tierno y cálido beso, queriendo llegar hasta el alma de su amado para nunca jamás ser olvidado. 

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Por si necesitaban miel porque el SeHo dejó heridas. ;;

¡Gracias por leer, les amo chingos! ♡♡

Twelve months to love ◊ KaiHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora