Para el segundo mes que cumplían de relación, JongIn llevó a JunMyeon al parque de atracciones más popular dentro de la ciudad; Quizá era bastante típico el pasar una cita en el lugar, pero para alivio del fotógrafo, Jun lucía bastante divertido con los juegos y el espectáculo de luces que adoraban los puestos clásicos de la feria, que gracias a la oscuridad, resaltaban como luciérnagas.
― Mira, JongIn. ― Señaló un gran oso de peluche exhibido por un puesto de tiro al blanco. ― Es tan lindo. ~
― ¿Lo quieres? ― No hacía falta describir la cara de idiota enamorado que el castaño lucía en ese momento.
― Me gustaría, pero ¿No saldría más barato comprarlo en el centro comercial?
― No si lo consigo en el primer intento.
― ¿Lo harás en el primer intento? ― Quería mucho a JongIn, pero tampoco estaba tan ciego para creer que su novio era aquellos chicos anime perfecto que todo salía como ellos querían.
― Ahora esto es personal. ― Colgó la cámara que llevaba en sus manos sobre su cuello y se acercó hasta el encargado del puesto, pidiendo únicamente un set de tres dardos. ― Verás cómo lo consigo.
Obviamente no lo consiguió, y después de cuatro intentos más, terminó por darse por vencido y pagar una diferencia por el oso; Técnicamente había cumplido su palabra, él dijo que conseguiría el oso, no necesariamente tenía que ser ganando.
― Debiste parar en el segundo intento. ― Regañó, aunque parecía estar bastante feliz con su regalo, tanto que lo pegaba fuertemente a su pecho. El muñeco era realmente grande, si gusta una comparación, llegaba hasta la cadera del patinador. . . Vale, dada la estatura de este último no podría ser mucho, pero seguía siendo grande para un peluche.
― No podía, mi orgullo estaba en peligro. ― Sin desaprovechar la ocasión, sacó una fotografía de Jun con el enorme oso entre sus brazos, haciendo valer cada maldito won invertido.
― Ahora, ¿A dónde? ― Preguntó con un delicado decibel de voz, cargando con algo de dificultad al oso.
― ¿Te parece si vamos a la rueda de la fortuna?
― ¡Por supuesto! Es mi atracción favorita.
― Lo sé.
Una vez que arribaron la cabina del juego, JunMyeon dejó al oso sobre el suelo y prácticamente corrió a resguardarse bajo el brazo izquierdo de In, uniéndose en un tierno abrazo.
― Sonríe. ―Indicó, posando la cámara frente a ellos, mostrando una clara intención de tomar una selfie.
Myeon desobedeció al menor y en vez de sonreír a la cámara, depositó un beso sobre la mejilla adversa, quedando así una linda fotografía que sacaría más de una sonrisa al castaño al imprimirla.
― Ahora que lo medito, ― Empezó a hablar el patinador. ― siempre estás tomando fotografías. Sé que de ello trabajas, pero esto es tu vida privada.
Una risa se dejó escuchar por parte de In, quien sólo aumentó un poco la presión sobre el delicado cuerpo ajeno. ― Ya te habías tardado en preguntar. ― Bromeó. ― Estoy trabajando en un proyecto de vida; Quiero fotografiar cada momento agradable, tierno o divertido en el que haya estado presente, así nunca podré olvidarlo.
― Pero, sólo has tomado fotos mías.
― Es porque eres lo más hermoso que me ha pasado, JunMyeon, lógicamente tengo que tener muchas tuyas.
― Cursi. ― El tono burlón del mayor fue menos hostil por el beso que dio en los labios impropios. ― Te quiero.
― Y yo a ti, no tienes idea de cuánto.
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Twelve months to love ◊ KaiHo
أدب الهواة« Un montón de fuegos artificiales comenzaron a pintar el cielo nocturno con varias luces alusivas a la época, mientras que se escuchaban todo tipo de gritos, silbidos y aplausos; Un nuevo año comenzaba y con ello una nueva temporada para la compete...