22: qué hay de mal en mi.

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Maratón 4/?

-siempre fuiste bueno jugando esto- y eso fue lo único que dijo el ahora pelinegro mientras me veía ir hasta él.

Jimin se paró de su asiento y bajo por los bancos hasta estar en el primero y quedar frente a mi.

Me parecía absurdo, que de tantas personas en este inmenso campus, justamente él este aquí, y eso me hacía pensar, que tal vez algunas veces, cuando el destino te hace cruzarte una y otra vez con esa persona, es porque los quiere juntos.

-sí quieres puedo enseñarte- fue lo único que dije provocando que el menor riera genuinamente, porque cuando lo hacía de verdad, sus ojos desaparecían y esa... esa era la cosa más linda que yo habia visto en mi vida, y amaba, amaba verlo reír así.

Y de ser por mi, lo haría reír siempre, sólo para ver aquella hermosa expresión en su rostro.

Ablandaba mi corazón, y eso era algo que sólo él lograba hacer.

Jimin tomó la bola de mis manos y se bajo de los bancos para caminar por la cancha hasta estar cerca del aro, me gire a verle y lo vi tratar de rebotar torpemente la pelota del suelo, se puso en posición, pero antes de lanzarla se giró a verme y me pregunto -:¿qué esperas para venir a enseñarme?-

Reí cabizbajo a penas reaccione y camine hasta él, me puse en su espalda y tome de sus brazos, resbale mis manos hasta las suyas, y sobre ellas sostuve el balón, acerque mi cabeza a la suya y la puse sobre su hombro.

-debes levantar tu mano derecha un poco más que la izquierda, hasta que parezca como si fuera una escalera- le explique y le ayude hacer aquel acto, lo senti asentir -bien entonces, ahora has más fuerza en con tu izquierda cuando vayas a lanzar- termine de decir y me alejé de él para dejar que lo haga.

Jimin lanzó la pelota, pero la misma sólo logro rebotar de la esquina del aro en vez de entrar, no pude evitar reír y el menor se volteo a verme con indignación al escuchar mi risa.

-¡no te burles de mi!- se quejo mientras también reía.

-no, no lo hago- me defendí -sólo te falta un poco de practica no te preocupes- trate de disuadirlo.

-¿ah, si? entonces tendrás que enseñarme, hyung- dijo lanzandome el balón de vuelta.

-será un placer hacerlo- comence a rebotar el mismo del suelo, y luego lo tire para volverlo a entrar.

-no entiendo como lo haces- menciono Jimin mientras iba por el.

-es sólo cuestión de puntería, agilidad y práctica... y a veces también ayuda el tamaño- respondí y lo tome entre mis manos.

Jimin ladeo su cabeza con perspicacia mientras fruncia ligeramente su ceño, tomaba de su cintura y mordía sus labios -ya no sé de qué estamos hablando con exactitud...- espeto a lo que yo reí divertido.

Retrocedí sobre mis pasos para sentarme en las bancas, Jimin camino hasta a mi, y se sentó a mi lado.

Me parecía jocosa lo extraña que se había tornado la situación, pues ambos teníamos casi seis meses sin hablar, y ahora lo haciamos como si aquel silencio nunca nos hubiese separado.

-fue por él- pregunté incluso sin darme cuenta, sintiendo como si aquellas palabras salieran solas de mi garganta.

-¿él?- preguntó sin entender.

Quise cambiar las palabras para no tocar ese tema, pero ya lo había hecho, y no tenia vuelta atrás -¿m-me...?- suspire pesadamente -¿me cambiaste por él?- termine de preguntar con miedo. Jimin semi abrió su boca al entender, y luego miro a sus pies con incomodidad mientras los movía.

O3 : AM ⇾ Yoonmin [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora