O3 : AM ⇾ Yoonmin [Terminada]

21: cosas que nunca cambian.

Maratón 3/?

Y otra vez estaba justo donde había comenzado, pero desde antes de comenzar a narrarte la historia, desde antes de su llamada a las tres de la mañana.

Justo en el inicio, cuando en silencio le observaba desde mi ventana, y lo veía ser tan falsamente feliz mientras hablaba con los demás, para luego cambiar su expresión al verlos alejarse y volver a su casa como si aquel lugar fuera el peor, y es que realmente lo era.

Escuchaba a su padre llegar ebrio, mientras tiraba y rompía todo a su paso, y yo no podía, no podía si quiera imaginar lo afligido que se encontraba Jimin, mientras en silencio y entre sollozos lo esperaba, para que hiciera de él lo que quisiera.

Y luego, al día siguiente, otra vez volver a verlo sonreir por los pasillos de la escuela, como ahora lo hacía por los de la universidad, como si nada ha pasado, mientras le vende una fachada a los demás, y detrás de aquella apariencia de seguridad y confianza, ocultar aquel mal que en silencio le atormenta, y del cual yo soy testigo cada madrugada, mientras entre abusos él se desvela y entre insomnio yo le acompaño.

No sabía por que pero esa noche después de mi última clase a las 9 PM mientras lo veía despedirse a lo lejos de aquel hombre con el que ahora salía, al verlo alejarse su sonrisa se volatizo, y me recordó tanto a aquel tiempo... el no era feliz. eso podía notarlo con mucha facilidad

Entonces, de verdad me parece ridículo lo que él hace ¿por qué fingir estar bien con alguien, cuando eres consciente de que no lo era?

No lo entendía, y esa inclinación tan ensimismista que tenía de querer entenderlo todo, sólo me hacía el querer dejarlo pasar más difícil.

El verlo con alguien mas no era algo fácil de superar, diría que aquello me afecto de la misma forma por mucho, e intente olvidarlo, salir con otra persona pero simplemente no funcionó, me había ensimismado tanto en grabar cada centímetro de su piel en mis dedos en el pasado, que ahora simplemente me era imposible tratar de borrarlas. Había memorizado tanto cada rincón de sus labios, y cada sabor de sus besos, que me era imposible dejar de saborearlos en mi mente, se me habia hecho vicio mirar sus pequeños ojos, respirar su aliento y sentir su cuerpo. . . Me habia acostumbrado tanto a él, que ahora simplemente ya no tenía vida propia.

Lo necesitaba tanto conmigo como necesitaba olvidarlo, y como era tan difícil hacerlo, por primera vez decidí no darle tantas vueltas a algo, y solo conservar cada recuerdo como si fuera una cicatriz que te rememora lo que alguna vez viviste.

(...)

Me era imposible dejar de mirarlo, era como si su cuerpo emanara un magnetismo que atraia por completo a mis ojos.

Lo observaba como siempre, casi de forma directa, le veía sonreir de aquella forma tan falsa al hablar con sus amigos, nunca sus ojos se topaban con los mios, y los momentos en los que por alguna razón coincidían se volvían realmente incómodos, y lo extrañaba, extrañaba poder verlo a los ojos como antes, y sentir que él sentía algo por mi, aunque en realidad no lo hiciera.

Él no me hablaba y yo no le hablaba tampoco, teníamos mucho silencio en común.

De la noche a la mañana eramos un par de desconocidos, la única diferencia era que teníamos un pasado que no podíamos borrar.

(...)

-¿hyung, le parece si vamos al cine hoy?- preguntó Jungkook mientras caminaba a mi lado, asentí en respuesta y sólo continúe caminando con el menor colgado de mi brazo.

Era sábado y acabamos de salir de su trabajo, donde antes había ido a buscarle, hacia bastante frío, y yo sentía que estaba a punto de resfriarme, hubiese preferido mil veces quedarme en mi fraternidad pero el menor me había rogado tanto que saliéramos hoy, que no me pude negar.

Al principio me parecía mala idea, y no me permití si quiera tratar de ocultar mi desdén, pero entonces mientras ambos caminábamos por las calles de Seúl, la imagen de Jungkook colgado de mi brazo y Jimin tomado de la mano de aquel hombre alto y moreno, pareció ser algo totalmente absurdo cuando nuestros caminos se cruzaron.

No sabía si Jimin estaba enterado de que salía con alguien más, pero de alguna forma me sentí bien con cierto cinismo al ver la forma en la que él se le había quedado viendo al menor.

Entonces, al apartarla de él, nuestras miradas se encontraron como si fuera un tropiezo, y pareció mentira, pero en un instante se acariciaron, se disfrutaron para alejarse después con disimulo.

(...)

Jugaba con las llaves de mi puerta mientras me dirigía a ella por el largo pasillo, puse la llave en la cerradura y sin cuidado la abrí, entonces cuando los ví, quise quemar mis ojos.

Todo paso demasiado rápido, tanto que apenas me dio tiempo a reaccionar y volver a cerrar la puerta de golpe.

La imagen de mi compañero de cuarto teniendo sexo con su novio seguía en mi cabeza aun después de haber bajado como loco las escaleras hasta el patio, pues por razones obvias, no quería seguir allí.

Y quisiera decir que fue perturbador, pero la verdad es que una vez que me encontré fuera, no pude evitar ponerme a reír por lo incómodo de la situación.

Ya en el patio lo único que hice fue ponerme a caminar por el hasta llegar a parar a la cancha de bascket que había al aire libre, tome la pelota del piso y comencé a rebotarla, mientras solo caminaba de un lugar a otro y no dejaba de pensarle.

Simplemente no existía fórmula para olvidarlo, sabía que nadie lo amaría como yo, pero Jimin es alguien totalmente libre de elegir lo que quería y yo tenía que aceptar que no era parte de eso, aunque mi necio corazón haga imposible el dejar de amarle.

Coloqué el balón entre mis manos y di un salto lanzando la bola, haciendo que la misma entrará certeramente dentro del aro.

Entonces, escuche unos aplausos detrás de mi que lograron desconcertarme.

Me gire sobre mis talones casi de forma inmediata y lo vi ahí sentado entre las bancas mientras me miraba de esa forma, en la que solo él sabía hacerlo.