Apoteósico desenlace de una caída infinita.

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Las respiraciones de la habitación eran lentas, pausadas y calmas.

Aveces habían movimientos involuntarios casi imperceptibles por parte del menor, que con su cuerpo desnudo bajo las sábanas aveces tenía pequeños espasmos por las actividades previamente realizadas y por el frío ambiente que se abría paso en la habitación.

Por otra parte una mirada fija en el techo intentaba entender el mayor número de cosas en el menor tiempo posible.

Con las manos tras su cabeza y su pecho descubierto acariciado constantemente por el aire, trataba de dotar de concepto tantas nuevas cosas que simplemente su cerebro se cansaba, concentrándose sin querer en calmadas melodías que se escondían escurridizas en los rincones de su mente.

En el comienzo de su insomnio no lograba comprender que aquello que es realmente importante carece de sentido, y peor aún, es indefinible, logró así perder tiempo buscando palabras que expresaran claramente el dolor que se abría paso entre sus huesos.

Nos acostumbramos a sintetizar nuestro pensamiento en palabras tan insignificantes, intentamos constantemente definirnos y definir lo que nos rodea, parloteando vanalidades sin apreciar jamas la belleza de un buen silencio.

En las tres horas que llevaba Black Hat frustrado, intentando dormir o entender sus propios pensamientos, aprendió el valor del silencio. Pues solo en él podía escuchar los cortos suspiros de su acompañante y entender los pliegues de la sábana que acentuaba sus desnudas formas.

Por primera vez en mucho tiempo estaba lo suficientemente calmado para pensar en cosas tan relevantes como la inconsciencia implícita en ser o la existencia de valores universales que parecían mantener un orden extraño en la caótica maraña de hilos que era el destino y la vida misma.

El tiempo dejó de ser real cuando la oscuridad dominó la habitación y las estrellas se alzaron como dioses.

La luna ausente sonreía, mientras en su paseo enamoraba a los hijos de la noche.

Una opresión en el pecho se hizo presente cuando, despreciando el número que indicaban las manecillas del reloj, comenzó a dotar de significado el acto de pensar justo en ese preciso espacio de tiempo.

Habían desenmarañado los hilos del caos, al menos por un corto instante.

Y se podía ver a través de la infinita cadena de estrellas que suponían los planos de la vida y la muerte.

Lo que vio aquel demonio fue tan apoteósico y definitivo como una caída, que no tenía regreso alguno ni tenia manera de evitarse.

Pudo ver que su inexistencia, en la cual se había esforzado por casi toda una vida, corría peligro, lo destruirían, todo lo que creía importante se teñia de indiferencia mientras esa espalda llena de constelaciones temblaba a su lado.

Sintió algo de miedo, un vacío en el pecho. Esa tenue decepción que todos tenemos cuando algo que parecía eterno o sagrado pierde cualquier sentido, cuando algo en lo que creemos muere.

Black Hat tenía muchos dioses, tantas deidades pequeñas y comunes dotaban de sentido su existencia que nunca se había detenido a pensar en ellas como tales.

Su principal dios era el hedonismo, también el egoísmo y en parte el orgullo, la indiferencia a la realidad, el sadismo a la hora de abrazar el mundo.

Bastó un leve suspiro más fuerte que los anteriores y algunos temblores para que sus deidades volaran al plano de la irrelevancia.

Chronos y khaos* volaban a lo lejos, el viento se mecía sin sentido bajo un cielo cuya simple belleza era un milagro y las fuerzas externas del universo jugaban infantiles. Todo esto mientras un demonio atraía hacia sí a un ángel cuyas alas fracturadas lo sumian en el frío de la soledad.

Esa noche Black Hat abrazó a Flug como jamás lo había hecho con nadie. Le regaló de su calor a alguien que involuntariamente lo destruía, poco a poco y sin misericordia.

Amar es ser destruido y estar dispuesto a que tus huesos duelan y tu propio veneno sea usado en tu contra.

No es bueno ni malo, es lo que es.

*chronos y khaos como los menciono acá son las dos primeras deidades que existieron (según una historia que escribí hace mucho) aunque Chronos como dedidad figura en la mitología griega.

Este fue el capítulo de hoy, me tardé pues tenía bloqueo mental y de hecho este capítulo es una completa improvisación pues el que seguía era diferente.

Pero meh.

Ya saben, voten, comenten y tenganme paciencia.

Bye bastardillos.

KHAOS •paperhat•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora