Hora de hablar (1/2)

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Sonreí mientras colocaba rápidamente la rodillera haciendo un poco de presión en mi piel para así, poder estabilizarme y levantarme, sonreí feliz de ver a Suho comenzando a aplaudir en el otro lado de la sala.

-Hoy fue un gran día Jongin, me sorprendieron tus energías de venir a terapia, me siento de verdad muy feliz de que de nuevo estés comenzando tu tratamiento.

-Gracias Doctor...

-¿Cuántas veces tengo que decirte que me digas Suho? Su-ho. Por Dios te conozco desde que eres un niño te atendió mi padre antes que yo. Además yo era el que traía los juguetes para distraerte durante tu tratamiento.- Reí recordando aquellas figuras de acción que yo tanto esperaba para distraerme.

-Okay Tao.- Sonreí colocando rápidamente mi pantalón.

-Ahora que lo pienso... hace años que no te había visto tan alegre y decidido.- Suho se acercó rápidamente a el asiento donde estaba para verme directamente a los ojos.- ¿Encontraste a alguien?

-Eso no te importa.- Dije de manera burlona.

-¡Si es eso! Soy genial. Pensaba que no podía leer el rostro de las personas, pero tú eres un pan comido.

-Sí que brillante, a la próxima en vez de traumatología, debías haber estudia psiquiatría.

-No me lo digas así que me lo pienso.- Reí por la broma.- Pero en serio...

-Si hay alguien...

-¡Ja!- Voltee los ojos mientras acomodaba mi chaqueta.- Ese es mi amigo, el número uno. Y dime... ¿Es bonita?

-Es lindo...

-Que talento, excelente JongIn.- Este alzo los pulgares sonriente.

-Lo veré cuando salga de aquí.- No pude evitar sonreír al recordar como aquel joven de mejillas sonrojadas había insistido varias veces en que conociera su casa.

-Un tigre mi amigo.- pero de inmediato golpeo su pierna levantándose. Casi se me olvida, mi madre te envía un Kimichi, sin salsa ni mucho sodio.- Suho tiro el envase el cual JongIn atrapo guardando de inmediato en su bolso.

-Le agradezco tanto, amo el sabor. Es lo único que me hace sentir normal cuando lo como.- Suho escucho el tono triste que estaba tomando la conversación, así que decidió alegra un poco al el hombre.

-Kim, estas limpio hermano, solo debes seguir con los tratamientos, debes estimular la piernas para que no te duela tanto, y sobre todo.- El hombre tuvo hasta la delicadeza de anotarlo de manera grande en una hoja de papel.- ¡Sal con el chico!

- ¿Crees de verdad que tengo oportunidad para? Ya sabes, salir con alguien. No quiero ser una carga, ya de por si soy muy raro con la comida, sin contar mi diabetes, problemas del colesterol, irregularidad con la tiroides, y claro agregando mi incapacidad de doblar mucho la piernas sin llorar como un bebe.

-Pero eres un hombre ¡Con sangre en el cuerpo! Un corazón que late, y puedes vivir. JongIn Hace años no te veo sonriendo como lo note mientras estabas en tu terapia. Tienes muchas enfermedades sí, pero tu cuerpo está totalmente limpio. Eso es lo más importante. Vives.

-Confiare en ti Suho.- JongIn se sonrojo.- Espero que tengas razón con él.

-Claro que la tengo, y si no, pues dejándolo, mereces ser el hombre más feliz Kim JongIn, y no te lo digo como especialista, te imagino como el que te conoces mucho, claro después de tu madre.

-Gracias Suho.

-De nada Kim. Ahora ¡Ve!






Sonreí mientras mis manos temblaban alrededor de esas pequeñas margaritas que compre, pensaba que se vería mejor comprar un ramo de rosas como era común, pero no combinaba con KyungSoo, él era pequeño, pero eso hacia resaltar su maravillosa personalidad, tanto como estas margaritas hacían resaltar todas las flores que se ponían a su al redor. Suspire, mientras miraba a y todos lados, mis piernas temblaban mientras veía el local vaciarse lentamente, había decidido quedar en un restaurante que conocía, que servía comida dietética lo perfectamente estable como para que yo pudiera comerla. También había platillos normales para Soo. No quería someterlo al mismo tipo de comida que yo.

-Jongin.- KyungSoo estaba delante de la mesa aun levantando mientras sonreía quitándose los guantes y la bufanda.-Hace un frio de muerte afuera.- Este de inmediato se sentó y JongIn temblando le acerco las flores para que el las viera.- ¿Son para mí?

-Si...

-¡Me encantan! No conozco muchos lugares donde vendan margaritas solamente, normalmente solo sirven para adornar otras flores y eso es muy triste.- KyungSoo las coloco de su lado mientras sonreía.- la apareciere mucho, prometo no dejarlas morir. Puedo ser bueno en los dulces, pero créeme soy un asco en la jardinería, solo con una planta, y ya conoces la historia.

- A mí me encanta la jardinería.

-Claro tus manos son fuertes mira las mías.- De inmediato tomo mi mano comparando el tamaño.- ¿Ves? Soy mayor que tu pero aun así mi mano es más pequeña que la tuya. Es cierto cuando dicen que la genética influye...- Reí, pero mis nervios se calmaron cuando KyungSoo regreso su vista hacia el menú mientras separaba nuestras manos. Un mesero llego con rapidez mientras preguntaba su orden. Kim JongIn pidió lo usual, ya que cuando no quería cocinar, se permitía comer en ese lugar.

-Pediré lo mismo.- Pidió repentinamente KyungSoo.

-¿Qué? Mi comida es...- El mesero se fue sin que JongIn lo pudiera detener.

-Dietética, siempre pensaba en cómo debía saber, pero las veces que iba a negocios junto a Baekhyung y su novio, siempre terminaba pidiendo el plato más grasoso.- Suspiro.- por eso mi cara es tan gorda...

-¡No es gorda!- Agrego JongIn temblando.- Es muy tierna.

-Que tierno.- KyungSoo coloco su mano sobre la de JongIn.

Pero esta vez no la aparto.

-Así que comeré tu comida sana, y juzgare su sabor.

Durante toda la comida, KyungSoo hizo muecas declarando lo deliciosa que estaba, comparada a los sabores que KyungSoo había probado, JongIn no podía evitar carcajearse, al ver el enorme esfuerzo que tenía ese hombre para parecer amable declarando que no era tan malo como él había pasado.

-Estoy lleno.

-Podías pedir postre si querías.- Agrego JongIn abriendo la puerta del negocio con su única mano libre para que KyungSoo saliera.

Así es, no se soltaron las manos...

-¿Para qué? Un chocolatero tiene ciertos lujos...

-¿Cómo cuáles?

-Lo que sobra de la chocolatería ¿A dónde crees que va?- Me carcajee imaginado a KyungSoo observando la televisión mientras comía los pocos chocolates que había sobrado.

-Qué lindo...- Eso fue sin pensar. JongIn sintió su mano ser apretada un poco por la de KyungSoo.

-¿Qué te parece si te llevo a conocer mi casa?

-No es necesario, ya es muy tarde, no quiero incomodar... Además era la próxima semana...

-¿Qué te parece ahora? El día está muy frio, y te preparare un delicioso te de fresa...- Reí antes su tono, parecía que hablaba con un niño para que hiciera silencio.

-¿Me estas manipulando con te de fresa?

-¿Esta funcionando?- Volvió a decirlo con la misma voz.

-Si.- KyungSoo sonrió mientras comenzaba a caminar sujetando aun mi mano.

Alrededor está helando, pero mi corazón se sentía cálido.



Publicare la segunda parte mañana, las quierooo :3

Chocolate Shop.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora