Capítulo 9

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Se acercan las doce y ya es hora de abrir los regalos, tengo miedo de que pudo haber traído mi hermana que llegó con cinco cajas y muchas bolsas.

Afuera nieva sin cesar y al parecer todos se quedaran a dormir aquí, en nuestro apartamento, yo solo voy avisando que no pienso dormir en el sillón y menos con el dolor de espalda que tengo debido al embarazo.

No paran de comer chocolate, veo que van y vienen a la cocina y se llevan chocolates, mis chocolates, los que me regaló Jimin para cuando tengo antojos, frunzo el ceño casa vez que los observo como llevan trozos de mi chocolate edición limitada a su boca.

Los invito a mi casa, les hago de comer, decoro todo, los trato estupendo pero no se coman mis chocolates.

Jimin me observa como miro a todos con ganas de matarlos y se que muere de risa por dentro y menos mal que no los esta comiendo porque si no se las tendrá que ver conmigo cuando toda esta gente se vaya.

Además, para colmar la situación, estoy cansado, agotado, exhausto y esta gente no planea irse hasta mañana lo que implica que nos quedaremos hablando de temas -de los cuáles solo un treinta por ciento son de mi interes- hasta las cinco de la mañana.

Mi hermana esta de Dj con un cable usb conectado a du celular y ese es otro motivo por el que mi hermana me da miedo, ¿Se imaginan que se le pone un audio de gemidos? Seria super vergonzoso y mis suegros están aquí.

Y sí, ya debo decirles suegros al señor y a la señora Park porque parece que se han reunido hoy para organizar mi matrimonio con Jimin pero yo no quiero que sea así, no quiero un matrimonio arreglado luego de ver como es Jimin conmigo, yo quiero que me lo pida así como es tan romántico siempre, el matrimonio no es un tema a la ligera, yo siempre soñé con algo romántico. Tampoco quiero decir que quiero rosas, un carruaje ni nada, solo quiero que Jimin lo pida de manera bonita, así como cuando me enamoró en secundario, no quiero perder esa magia tan bella que tenemos, pero tampoco sé si se entiende a lo que me refiero.

-¿No creen que ya han comido mucho chocolate? -pregunta Jimin causandome un alivio en los más profundo de mi ser.

-¿Por qué lo dices hijo?

-Porque luego les hará mal, les dolerá el estómago, han comido ya siete barras.

-Jimin tiene razón -digo yo enseguida- Mejor me llevo estos chocolates -rió fingiendo simpatía y tomo tres de las barras que hay en la mesa y me las llevo a la cocina- Bebés, mis bebés -susurro contra los envoltorios y los guardo al fondo de la alacena, nunca se sabe...

Luego de que las doce pasaron y todos brindamos mi ansiosa hermana se dirigió al árbol recién armado por mi mejor amigo para abrir los regalos.

-Traje de todo -dice aplaudiendo impaciente.

-Esa cara me da miedo -le dice Jimin con tono burlón.

-A ver que ha traído Miung-Hee que tanto la carcome el ansia -dice la madre de Jimin sentándose en el sofá.

-Empecemos... -toma la caja más grande de las cinco y me la da en la mano- Esto es para mi sobrino.

Rompo el envoltorio -porque seamos sinceros, abrir los regalos destrozando el papel en el que esta envuelto es uno de los mayores placeres de la vida- y me encuentro con una caja de silla de bebé para el auto, ¿Cómo mierda pondremos esto Jimin y yo? Ni idea.

-Muchas gracias hermanita -dejo un beso es su mejilla.

-Gracias Miung -dice Jimin tomando la caja y llevándola a la habitación del bebé.

-Este es el regalo de nuestra parte -le doy una bolsa de cartón blanco que dice Chanel.

-¿Cómo re acuerdas de esto? -me pregunta sorprendida.

-Tu hermano tiene muy buena memoria y jamas me voy a olvidar que me sobornaste con este perfume para ayudarme a sacar a Jimin de la casa esa mañana.

-¿De que están hablando? -pregunta mi madre que escucho perfectamente lo que dijimos.

Jimin abre los ojos y bebe disimuladamente de su copa de vino tinto.

-Es una broma -dice mi hermana riendo falsamente- Me encantó el regalo hermanito, gracias Jimin.

-De nada -le responde Jimin.

-Bueno pues aquí está el regalo para mamá -le da una bolsa- papá -repite la acción- señor y señora Park -les da una bolsa también a ellos- Y para ustedes también.

Tomo la bolsa de color naranja y miro su contenido, saco una hermosa camisa celeste con rayas blancas y botones del mismo color.

-Me encanta.

-Me alegro porque gaste todo mi sueldo haciendo regalos.

Todos le agradecen a Miung-Hee mientras ella se hace la importante diciendo "no es nada".

Luego de intercambiar todos los regalos quedan solo cuatro cajas más y no se cual será su contenido.

-Les explico -dice mi hermana mirándonos a Jimin y a mi que miramos las cajas con temor, con mi hermana nunca se sabe- Esas de ahí son para ustedes, tienen que abrir una mañana, otra pasado y la última al siguiente día, es como un juego.

-Más bien el juego de la tortura diría yo -murmura Jimin en mi oído.

No puedo evitar largar una risita.

-Les puedo asegurar que no son bombas.

-No creo que confíe en tu palabra hija mía -le dice mi padre burlándose- Chicos yo que ustedes las voy tirando por la ventana, cuando la vi entrar con eso me asusté.

-Y nosotros dos creyendo ser los únicos -le digo a Jimin.

-¡Que malos! -dice mi hermana fingiendo estar ofendida- Cuando vean los regalos se van a arrepentir de haber desconfiado de un alma tan buena como la mía.

Okay, como tu digas pero no todos en el apartamento están riendo por nada, hasta mis suegros lo están haciendo.

-Enserio les va a gustar.

-La verdad es que Miung-Hee nos ha traído regalos para nuestro hijo siempre y ninguno de ellos era peligroso -dice mi novio.

-Por ahora -digo riendo.

-Sí Miung-Hee compro de todo y ustedes también ¿Qué le regalaré a mi nieto? -pregunta la madre de Jimin.

-La ropa nunca está demás -dice mi hermana haciéndose la experta.

-Entonces mañana les traeré un regalo para mi nieto.

Oh mierda, otro día con mi suegra.

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*el fin del mundo esta cerca, segundo día consecutivo que actualizo*

Me Cambiaste La Vida ~Jikook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora