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Hoy en la escuela había estado un poco distraído ese niño Dipper, Dipper le traía loco. Así es, era algo inexplicable nunca se había sentido así antes nunca, el gran hijo de la familia Cipher, hipnotizado por un mocoso de apenas 15 o 16 años máximo, era raro y a la vez maravilloso ya que nunca antes me había sentido de esta forma. Se sentía de algún modo raro, sentía tantas cosas, la primera que se le venia a la mente era que nunca lo dejaría ir, que seria solo para él, que lo quería todo completo en cuerpo y alma, su mente divagaba sobre que podía hacer para hacerlo suyo en cuerpo y alma, que le amara solo a él y a nadie más.

-¿Bill? ¿Estas en este mundo?, ¿me escuchas? - la profesora hizo un ademán con las manos para que captase -, has estado distraído toda la mañana, tal vez una visita a detención te ayude ¿no?- la profesora le estaba casi gritando y él estaba apunto de golpearla, así que decidió solo ignorarla. Pero eso solo empeoro la cosas, así que me mando a la oficina del director.

-¡Es todo! Te vas ahora mismo Cipher.- gritó un anciano de 49 o 50 años ardiendo en cólera.

-¡Agh! Que mal otro reporte- dijo fingiendo enojo, pero en realidad estaba feliz, y salió del salón -. De igual forma las clases eran muy aburridas y me dormía la mayoría del tiempo.- dijo sin importancia y tratando de consolarse a sí mismo.

Al llegar a la oficina del director, se escuchaba algo, y creó que era algo así como un sollozo.

Al abrir la puerta de la oficina se encontré con uno de sus mejores amigos Chris, el era un poco más bajo que yo delgado cabello rubio un poco obscuro, ojos verdes, cara muy masculina y atractiva, llorando, yo iba a salir, pero el director me detuvo.

-¡ah! Joven Cipher, por favor tome asiento.- se sentó, a un lado de su amigo y le miró, el de verdad está desgarrado.

-Chris ¿pasa algo amigo?- le acaricio la espalda levemente para tratar de calmarlo, él estaba sentado con el cuerpo agachado y llorando.

-Bill- susurro y levantó un poco la mirada -y-yo... Mis p-padres, ellos... Ellos están mu-muertos- decía con la respiración agitada y entre sollozos se lanzo a un abrazo muy fuerte él seguía llorando y mucho, pero ahora tenía un hombro para m derramar sus lágrimas.

-Oh... Chris yo lo siento mucho- dijo sorprendido correspondiendo el abrazo. -, pero, ¿como?- dijo abrazandolo mucho más fuerte y acariciando su pelo, haciendo que recostara su cabeza en su hombro.

-... E-ellos iban a hacer... un viaje hacia Japón y e-el a-avión se cayo, ya encontraron los cuerpos solo falta ir a identificarlos- el rubio estaba un poco confundido por la situación, su amigo era solo un chico de 18 años, él no podía con todo eso. -Todo estará bien, no olvides que yo estoy contigo para apoyarte siempre ¿bien?- Él solo asintió y trato de dejar de llorar.

En eso sonó el teléfono del director y el de inmediato contesto, mientras el hablaba por teléfono, el chico solo lo abrazo con mucha fuerza y le dijo al oído "gracias por estar aquí conmigo". En ese instante el director colgó el teléfono y dio una pequeña palmada en sus manos, para después agarrarse el poco cabello que tenía.

-Bien joven Christian en este momento tiene que ir con el abogado para abrí el testamento que les dejaron sus padres, joven Cipher si seria tan amable de acompañar a Christian hacia el despacho del abogado, no quiero que pase una tragedia- Él nos acompaño hasta un auto y le dio una dirección al conductor, lo miró por la ventana -Lo siento mucho, mis mayores condolencias para usted.- dijo con pesimismo y el auto arrancó.

(...)

Dipper se encontraba en el patio de la escuela comiendo su almuerzo junto a su hermana Mabel y sus dos mejores amigas Candy y Grenda, ellas hablaban sobre un chico de sexto semestre de preparatoria, parecía que les gustaba mucho lo cual es preocupante ya que son tres chicas locas y son capases de secuestrarlo incluso, en fin estaba apunto de irse a comer a un lugar más tranquilo y así poder leer un buen rato, cuando escuchó a su hermana Mabel decir nombre mágico: "Bill Cipher" y decidió quedarse a escuchar un poco a cerca del tema.

-Escuche que lo vieron con un chico hablando en un callejón obscuro- Mabel lo dijo muy emocionada.

-¿Creés que sea gay? - preguntó una de las amigas de Mabel.

Al escuchar esto me atragante con un trozo de manzana que estaba comiendo, lo que provocó que Mabel me golpeara tan fuerte en la espalda, que hizo que me doliera bastante.

-Estas bien hermano?- me pregunto con un rostro de preocupación -. Estás todo rojo, ¿Tienes un ataque de asma?

-En primera, sí. Estoy bien, gracias. En segunda, yo ni siquiera sufro de asma, así que no. - dijo sonriendo un poco nervioso, ya que de quien estaban hablando era de él con Bill.

Mabel frunció el ceño y continuó hablando con sus amigas, decidió relajarse un poco y soltar el aire.

Se levanto de su lugar con la bandeja de comida y se fue, unos paso más adelante estaba el bravucón de la escuela, y yo solo agache la cabeza para que no me reconociera, pero fue en vano ya que se paro y venia en dirección hacia mi, yo tenía tanto miedo y estaba sudando frío.

-¿Que hay cerebrito?- Yo quise seguir adelante, pero no pude debido a que otro chico me sujeto del cabello y me aventó al piso frente a todos, todos me miraron, ya que tenía la cara y la ropa toda llena de comida.

-¿Que?, ¿ahora eres mudo?- dijo y le sujeto del cuello de la camisa, solo cerró los ojos con fuerza y apretó los dientes, una lágrima bajaba por su mejilla y solo pudo sentir el golpe en la cara muy fuerte y un líquido caliente escurrir de su nariz, el me empujo al piso y me dio una patada en el estomago, dejando en ridículo frente a todo el mundo.

Solo me levante del piso cubriendo su cara por la vergüenza y por las lágrimas que tenía en ella, y salió corriendo de ahí. Iba a un lugar donde podía desahogarse y nadie le oiría llorar, ahí nadie se burlaba de él, estaba en un rincón, había árboles y una cuántas flores, lo curioso es que nadie sabia donde estaba así que era ideal para mi. Al llegar al lugar escuche un sollozo proveniente de aquí vi a un chico de cabello pelirrojo y piel muy pálida, delgado, y muy tierno, sentado con la cabeza agachada y sus manos sobre las rodillas; de inmediato me limpie las lágrimas de la cara y luego la sangre con un paño de papel.

-¿Disculpa? Pero, ¿Quien eres?- el chico volteo a ver con los ojos hinchados de tanto llorar y una mueca muy triste.

-Oh.. Lo s-siento, es solo q-que... q-que mis p-papás, ellos a-acaban de m-morir- esto último lo hizo llorar otra vez, yo me le arrime un poco para tratar de consolarlo

-¿Como te llamas pequeño?- Le di un paño para que se limpiarse y le acaricie su cabello.

-Soy Mauricio...- sentio la necesidad de abrazarlo y lo abrazo, tal vez no lo conocía pero, por dios, era solo un niño, tal vez incluso más pequeño que él

-Oh... no sabes cuanto lo siento mucho- le acaricio la espalda levemente para tratar de calmarlo, pero el chico no correspondía el abrazo, a pesar de tener la cabeza sumergida en su pecho y llorar.

-E-esta bien.- y él se soltó de el abrazo lentamente.

-Por cierto soy Dipper, ¿puedo preguntar algo?- el asintio lentamente.

-¿Como paso?- él me miro muy triste aun. -¡No tienes que contarme si no quieres!- exclamó al ver la mirada por parte del menor, una realmente desgarradora.

-Ellos iban a viajar a Japón y su avión se cayó- Esto le dejo perplejo y el solo se hecho a llorar otra vez.

Eres mi niño Where stories live. Discover now