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Dipper se encontraba recostado sobre su cama, tratando de recordar lo que había soñado, lo había intentado durante 15 minutos, pero, fue en vano por que no logro recordar nada.

Al ver el reloj se dio cuenta que era un poco tarde, así que decidió tomar su ropa interior y una camisa blanca y meterse a la ducha.

-¡oh, mi cabeza! me duele mucho.- dijo con una mueca de dolor, se sujeto el cabello y se sentó en el piso, esperando a que saliera el agua caliente.

Pasaron al rededor de 3 minutos, cuando el vapor comenzó a salir, miraba con cautela, esperando paciente. Tarareando una canción, se levanto del suelo, se miró a si mismo en el espejo y sonrió con triunfo, de un momento a otro, su ego, su autoestima y todo se elevó hasta los cielos.

-joder, soy tan sexi. - dijo retirándose la camisa de en sima. Dejando ver su perfecta piel pálida, y una vez se vio al espejo con una gran sonrisa y amor a si mismo.

Estaba tomando una ducha rápida, para poder tomar fuerzas y algo de animo. Terminó en menos de 10 minutos, salió de la ducha, se colocó la toalla y se sintió vigilado, sentía esa clase de mirada penetrante sobre él. - ¡Toc! ¡Toc! - alguien tocó en la puerta con gran fuerza. Dió un pequeño saltito, y miró asustado a la puerta.

-¡Vamos Dipper, no eres el único que se quiere duchar, ¿sabes?.- era su hermana, tocaba eufóricamente la puerta.

-Ahg, Mabel, ya voy dame uno segundos. Mínimo para cepillarme. - dijo con afán, tomo sus cepilló de dientes y se comenzó a cepillar, mientras se miraba al espejo. Salió del baño, ignorando todos los insultos de su hermana.

Tomó unos shorts que le daban más forma a su trasero, junto con una camisa de color verde militar, que le quedaba un poco larga y ancha, una chaqueta de mezclilla desgastada y unos Converse blancos estilo choclo, se miró al espejo, tomando la secadora de cabello y pasándola por si mismo, tomo el cepillo y comenzó a cepillar hasta que quedara sin nudos, tomo algo de mus y comenzó a colocarlo en su cabello una y otra vez. Y casi listo, para rematar tomo un poco de colonia olor a pinos y flores finas, y lo unto en su cuello. Una vez más se sonrió a si mismo admirandose, salió del cuarto.

Su estómago rugía, por lo que tomo un pan tostado y le unto un poco de mermelada de fresa, tomó una taza sirviéndose algo de leche, lo comió rápidamente, dejo una nota sobre la mesa, indicando a qué hora se había salido y que volvería más tarde.

Salió de su casa, caminando despacio rumbo a la feria, tarareando una canción. Cuando sintió un carro que iba a ritmo lento detrás de él, aumentó el paso, con la esperanza de que lo dejara de seguir.

-¡Hey belleza! - gritó una voz familiar dentro del auto, por lo que soltó un suspiro aliviado -, ¿Siempre huyes así de las personas que conoces?- Dipper volteo con una sonrisa, era Bill, en un bonito Audi A4 color negro, muy elegante.

-Me espantaste tonto - río nervioso -, es que como vi que te acercaste muy lento, pensé otra cosa. Lo siento jaja.- le miró serio, pero después de unos segundos se río con él.

-Vamos chico, nunca te secuestraría, eres demasiado lindo cómo para mantenerte cautivo. - dijo coqueto con una sonrisa, saliendo del auto, hasta quedar frenta a él.

-Y ¿bien? ¿a donde iremos?

-Supongo que a la feria tal y como habíamos quedado. ¿Nos vemos?- dijo obvio, abriendo delicadamente la puerta del Audi, dejándole sin palabras y con un leve sonrojo en sus mejillas.

-Ah, gracias. - dijo amable sonriendo.

Ambos subieron al auto riendo, se intercambian miradas, sonrisas y demás, entrando más en confianza. De repente Bill saco un cigarrillo y lo encendió, dejando por la ventana para evitar que el olor se esparciera.

Eres mi niño Where stories live. Discover now