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Había pasado al menos un mes desde la desaparición del Pines. Los elementos policiacos estaban al tanto de la situación y de cada noticia que pudiera aparecer.

Y ahí me encontraba yo, de camino hacia California, solo espero que mi niño este bien, yo no me lo perdonaría si algo le pasara, además a quién se haya atrevido a tocarle un solo cabello ó a tratar de llevárselo lejos de mi, no se las va a acabar, el morirá pero, no sin antes sufrir la agonía y la angustia que me está haciendo sufrir. El ó ella sin duda va a sufrir, suplicará su muerte ni siquiera vivirá para contarlo, hací como le pasó a la última persona que se atrevió a tocar a MI niño, para que sepa que nadie me va a alejar de MI niño.

Ya había salido de Gravity Falls, para ser más exactos estaba por el bosque, saque mi celular para tratar de localizar a Dipper, y tal como como pensé lo están tratando de alejar de mi, al parecer el ya está camino hacia California, de hecho está casi por llegar a California, me sorprende lo rápido que va pero, ¿Quién en su sano juicio va a querer alejar a la adoración de Bill Chiper de su lado?, No creo que nadie que este cuerdo, vaya a querer hacer eso, a menos de que se lo allan orde nado, aún así me parece muy mal, por lo tanto ese alguien sufrirá.

Llevaba aproximadamente dos horas conduciendo pasaba montañas, lagos, monumentos y grades ciudades, a toda velocidad sin importarme nada ni nadie, todo con tal de rescatar a mi pequeño, faltaban unos cuantos minutos (cuarenta minutos para ser exactos.) para llegar a California y traer a mi bebé conmigo. En mi defensa diré que, no es mi culpa si mato a alguien si mi niño tiene algún rasguño.

Claro que no lo haré solo, mis amigos me ayudarán, ellos se los llevarán a un cuarto de castigo en el que me gusta "jugar" con mis víctimas un rato y así poder acabar con ellos de una buena y divertida forma.

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Mientras tanto en California ya se veía bajar de un helicóptero, un hombre de 27 ó 28 años de edad, vestido con un traje negro de negocios muy formal, unos lentes oscuros, un portafolio de piel, con un semblante serio y frío y por si fuera poco seis dedos, además se dirigia hacia una casa, que estaba custodiado por cuatro personas, este le hizo una seña y de inmediato se hicieron a un lado dando paso a aquel hombre.

- ¿Donde está? .- dijo aquel hombre con una voz gruesa y con una actitud seria.

- ¿Quién?, ¿El chico?, Se supone que viene camino hacia acá, en lo que llega ¿Por que no nos relajamos un rato? ¡Relajemonos! ¿Jugamos ajedrez interdimencional? .- Le decía aquel joven apuesto, pelirrojo con un parche en el ojo de tal vez 18 años de edad.

- ¿Quien demonios eres tú?, ¿Por que no está Will aquí? y ¿que mierda es el ajedrez interdimencional? .- Decía aquel hombre irritado mirando a aquel pelirrojo, mientras lo retaba con la mirada y el mismo semblante serio y frío. Pero este, este solo se limitó a reír y devolverle la mirada.

- Ahg... Bueno mmm... .- Decía mientras se acariciaba el puente de la nariz y con una sonrisa sínica y burlona. - Yo soy... Un algo... Y ¿Tu? ¿Quien ó que cosa eres? Yo por ejemplo para ser más exactos, yo soy una paradoja en la expansión del universo pero, tu llámame Philip . Y bien, pues Will estará con nosotros en un rato una media hora para ser sincero y bien el ajedrez interdimencional es como el ajedrez normal es solo que tiene, unos pequeños ajustes. ¿Que dices juegas? .- Decía mientras le sonreía y le estrechaba la mano.

- Yo soy Stanford Tales ¿Cuales son esos pequeños ajustes? ¿Eh? .- Le decía a el pelirrojo, dejando la mano de este estrechada en el aire, lo curioso era el ¿Por qué no la quitaba de hay?

- Que astuto seis dedos.- Decía con una sonrisa sínica, mientras bajaba su mano. - Bien, te diré los pequeños ajustes. Es un pequeño trato, si gano me darás al niño, tú empresa y tu vida me pertenecerá literalmente, yo seré libre de controlarte a mí gusto y si tu ganas, mi vida te pertenecerá y todos mis vienes. ¿Tenemos un trato? .- Decía mientras volvía a estirar la mano y el contrario solo asintió y estrecho la mano sellando así un trato irrompible.

Eres mi niño Where stories live. Discover now