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Tu me recuerdas al tiempo,
en el que nada era complicado
Todo lo que necesito es ver tu rostro.

-Pero debes de entenderme. Por favor Bill. -dijo. Esperaba al menos algo comprensión por parte de su acompañante, el cuál, miraba fijamente a la pantalla de su celular.

-Dipper, tranquilízate. No nos van a matar, ¿Ya viste quién soy? -dijo con un gran ego. Por el contrario Dipper solo se entristeció ante eso y se quedó callado.

Sintió un punzada en su corazón, la cual recorría como una corriente eléctrica todo su cuerpo, seguido de unos escalofríos. Quería llorar, estaba desesperado y temía por la vida de ambos; mientras que Bill sólo lo hería con su gran ego y con su orgullo, ¿Que era para él? ¿Un maldito juguete o algo desechable? Porque algunas veces así se sentía, cuando él no lo tomaba en cuenta, Dipper no paraba de pensar en lo furioso que eso lo ponía. ¿Porque tenía que ser así? ¿no le podía simplemente dar la razón? Porque desde su punto de vista la tenía y los tipos no se iban a detener solo porque era Bill Cipher, sabía que a ellos no les importa si era él o la misma reina. Ellos tenía una misión y no iban a fallar.

-Bill, si no corremos ahora, me iré sin tí. No hay otra manera.

-Si la hay, solo debemos...

-Bill, no basta. -interrumpió a Bill, el cual lo miró sorprendido- Por favor, debes de entender que al menos por una vez, yo tengo la razón. No puedes cambiar eso, es estúpido creer que vamos a salir de aquí si sólo es por tí. ¿Estas conmigo en esto o no? -Dipper estiró la mano sin revuelo alguno, miraba a Bill con el ceño fruncido, su mirada fría y pacífica, exigiendo algo de paz para su alma y cuerpo por un momento. Bill sólo asintió incluso con algo de molestia y tomó su mano con fuerza.

Ambos comenzaron a correr entre las calles, mientras Bill estaba atentó a los lados y a la personas a su al rededor, Dipper se dedicaba a dirigirlos a ambos por aquél barrio. Ahora de verdad parecían un equipo.

A pesar de que Dipper sabía que su cuerpo no iba a soportar demasiado siguió corriendo, algunas veces de la mano de Bill y algunas veces por su cuenta. Muchas, muchas calles, sin parar, chocando con desconocidos y postes, recibiendo insultos por parte de las personas. Finalmente pararon en una de las tantas calles, las personas a su al rededor solo se pasaban de largo como sino estuvieran ahí, o cuando mucho los miraban porque ambos parecían bastante agotados.

-¿Y ahora que? -preguntó Dipper jadeante, limpiaba el sudor de su frente con su antebrazo, mientras se resbalaba por una pared hasta quedar sentado en el suelo, mirando a los lados y atento a los sonidos a su al rededor.

-Ahora, están por llegar por nosotros. No deben de estar muy lejos, llegarán en unos cinco minutos -Dipper rodó los ojos y suspiro algo molesto pero resignado al final, Bill lo notó casi de inmediato, por lo que se acercó a él con una sonrisa, sentándose a su lado, y apoyando su cabeza en el hombro de Dipper, intentando tener algo de cercanía a él-. Escúchame -le tomó la mano y la apretó con fuerza, el corazón de Dipper comenzó a latir con fuerza, sus ojos se iluminaron un poco y el color en sus mejillas era muy notable-, te dije que te protegería, sin importar que. Así que aquí estoy, nunca deje de buscar te, me tuviste muy preocupado todo este tiempo. Y luego te encuentro con unas personas que te quieren matar y, aún no encuentro el momento adecuado para preguntarte qué fue lo que pasaste. -los ojos de Dipper se volvieron cristalinos ante las palabras de Bill, las cuales lograron tocar su corazón y pensamientos. Sintiéndose un poco culpable por querer ocultar la verdad, sus pestañas se mojaron por la lágrimas que corrían por sus mejillas.

Dipper hundió su cabeza entre sus piernas, su corazón le dictaba decir la verdad, pero su mente lo obligaba a mantenerlo en silencio. Ya que creía que si le contaba la verdad, Bill se sentiría asqueado y se alejaría de su lado, ¿Él era capaz?

Eres mi niño Where stories live. Discover now