[1] She's One Of Them (Peter Parker/Tom Holland y Tú)

5. Mi amigo y vecino Spiderman

- ¿Dónde estabas? - preguntó _____ medio enfadada.

- Sí, ¿dónde estabas? -
- preguntó también Michelle.

- Peter ha estado hablando con Tony sobre el intensivo Stark, así que no debéis preocuparos por él - me sorprendió que Pepper viniera a explicar las cosas, aunque fuera una mentira -. ¿Me dejáis hablar un segundo con él? Vuestros compañeros están por allí - Ned, Michelle y _____ se fueron con los demás, Pepper y yo nos quedamos solos -. Tú debes de ser el famoso Peter Parker del que tanto habla Tony.

- Sí soy yo - le dije con una sonrisa.

- Ha sido un placer, nos veremos pronto - se dio la vuelta y siguió con la guía, yo la seguí.

*Narra _____ *
*Días después*

Pasaron días desde que fuimos a la Torre Stark y notaba a Peter algo raro, callado, distante. Era domingo cuando decidí entrar a su habitación para intentar descubrir qué le pasaba.
Me posicioné enfrente de su puerta y llamé.

- Pasa - dijo Peter. Abrí la puerta despacio y le vi, estaba en su mesa de trabajo como arreglando algo. También había un montón de folios arrugados por el suelo, nunca le habia
había visto tan... nervioso.

- Hola - saludé cerrando la puerta detrás de mi. Se volteó, me miró y empezó a recoger lo que estaba haciendo.

- Lo siento yo... - decía mientras tiraba las bolitas de papel. Tenía ojeras, no había dormido durante algunos días -.¿Necesitas algo?

- No, solo venía para hablar contigo - no me miraba, ya ni siquiera me miraba -. ¡Puedes mirarme mientras te hablo! - le grité. Levantó la cabeza y me miró.

- ¿Qué es lo que te pasa conmigo? - preguntaba mientras se me entrecortaba la voz -. Desde que hablaste con Tony, me evitas. No me hablas ni me miras, pero estás a mi lado. ¿Qué ocurre? - no dijo nada.

- Perdón, tal vez con el intensivo Stark haya estado un poco distante, pero no me pasa nada contigo - se acercó a mi y me abrazó. Sus brazos eran cálidos, suaves.

- Dejando el drama a un lado - le dije mientras me reía -. Voy a la biblioteca con Michelle.

- Vale - nos separamos del abrazo. No me gustaban sus ojeras, parecía un anciano con arrugas. Le observaba y él a mi.

- Será mejor que me vaya si no quiero llegar tarde - me despedí y salí de su habitación, avisé a May y me fui.

Caminaba tranquilamente por la acera, aunque notaba como si alguien me seguía. Muchas veces miraba hacia atrás, pero no veía a nadie. Llevé toda esa angustia durante el resto del camino hasta llegar a la biblioteca.

- ¿Estás bien pringada? - me preguntó Michelle acercándose a mi -. Estás pálida.

- Sí estoy bien - dije fingiendo una sonrisa -. Es sólo que tenía la sensación de que alguien me seguía.

- Ahora estás bien, ¿no? - asentí -. Ven vamos a estudiar. Quiero superar a Peter en el examen - dijo mientras me llevaba hacia una mesa.

- Eso es imposible - dije.

Otra vez esa sensación, me volteé, no había nadie detrás de mí, solo una persona, no le veía la cara pues el libro que leía tapaba su rostro. Se encogió más todavía, sabía que lo miraba. Me resultaba bastante familiar.

- ¡_____! - me sacó de mis pensamientos Michelle -. Hoy estás más rara que de costumbre, incluso más que nuestros perdedores - dicho esto volvió a su libro de ciencias. Volví a mirar hacia donde estaba la persona hace unos segundos y no estaba, había desaparecido. Vi que había como una nota en la mesa.

- Ahora vuelvo - le dije a mi amiga. Me levanté y me acerqué a la mesa. Tomé la nota y la leí en voz baja.

Tu amigo y vecino Spiderman

- ¿Ya está? - pregunté en voz alta. Así que el hombre misterioso era él, ¿y qué hacia siguiéndome todo el camino hasta aquí?

........

Pasaron un par de horas y Michelle y yo nos despedimos. Volvía de camino a casa de Peter cuando pasé de largo un callejón, de reojo me pareció ver algo, volví sobre mis pasos y entré en el callejón. No tenía salida.

- Me estoy volviendo loca - dije mientras me daba la vuelta.

- O no - grité, me había asustado. Se acercó a mí y puso su mano sobre mi boca para que no me oyeran gritar y me calmara -. Eh ya ya, tranquila. Soy yo - se separó.

- ¿Qué quieres? ¿Por qué me has estado siguiendo todo el rato, un superhéroe no tiene trabajo que hacer? - le dije a Spiderman.

- Y estoy en el trabajo querida - su voz me resultaba familiar -. Peter me ha hablado de ti.

- ¿Pe-Peter? - pregunté extrañada.

- Sí, ¿no te ha dicho que nos vemos en el intensivo Stark? - preguntó, se cruzó de brazos y un ojo se hizo más grande que otro. Como si estuviera arqueando una ceja.

- Ahora mismo no me acuerdo - dije.

- Toma - dijo sacando un aparato -. Si necesitas ayuda púlsalo e iré enseguida - me cogió de la mano, lo dejó y me cerró la mano con cuidado como si fuera de cristal -. Puedes confiar en mí - se dio la vuelta, pegó un salto y se fue con sus telarañas.

- ¿Qué leches acaba de pasar? - dije en voz alta sin querer.

Después de varios minutos andando y analizando lo que acababa de pasar, llegué a casa. ¿Por qué estaba tan preocupado por mi? ¿Por qué yo? ¿Por qué me resultaba todo tan familiar en él? Todas estas preguntas rondaban por mi cabeza, sin respuesta alguna. Abrí la puerta con la llave que me dio la tía May hace unos días y entré. Parecía que no había nadie en casa.

- ¿May? - sin respuesta -. ¿Peter? - sin respuesta.

Deduje que se habían ido algún lado sin mí. Dejé la mochila al lado de mi mesa de estudio en mi habitación y saqué de mi bolsillo aquel aparato que me dejó Spiderman.
Era redondo, estaba su símbolo, es decir, como su máscara. Si le daba la vuelta había un botón con la forma de una araña pequeña.

- Estás aquí - dijo alguien a mi espalda.

- Hola Peter, has vuelto - dije mientras escondía el aparatito detrás mía.

- ¿Qué llevas ahí? - preguntó curioso.

- Nada - dije tragando saliba -. Por cierto no te he oído llegar - abrió los ojos y empezó otra vez a tartamudear.

- Es que s-soy m-muy, ¿silencioso? - dijo mientras desviaba la mirada.

- Sigues igual de raro que siempre - dije mientras guardaba de nuevo el aparatito en mi bolsillo.

- ¿Y tú con esa cosita de Spiderman? - preguntó.

- Yo no he dicho que me lo había dado é. - el color de su piel cambió totalmente a pálido.

- Lo he visto - cerró la puerta y salió de mi habitación.

Ya era oficial, esa excursión a la Torre Stark nos había cambiado a todos, tal vez para bien o para mal. Peter era el que más había sufrido este cambio, y lo peor de todo, es que sólo me trataba distinto a mí.