Capítulo 8: "Tiempo"

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Un mes exactamente había pasado desde lo ocurrido en Breadstixs. Sí, bastante tiempo. Las cosas seguían siendo exactamente iguales, Blaine y Britt me ignoraban como si yo fuera un afiche más pegado en la pared.

Por el tema de la tutoría, Blaine estaba obligado a pasar cada tarde sentado frente a mí en el salón de estudios por tres horas como mínimo, tiempo que yo aprovechaba para disculparme, y pedirle que volviese a ser mi amigo. Pero él sólo se limitaba a clavar su vista en el libro que hojeaba por todo lo que duraba el intensivo.

No es que no lo hiciera en otros momentos del día, ya que había decidido agotar todos los medios que tenía para convencerlo de que me perdonara por lo que había hecho. Cada día, sagradamente metía a su casillero una nota con disculpas para él y a su casa había llevado loncheras con la cena, a sabiendas que él perfectamente podía botarlas a la basura, pero no podía con la culpa.

Brittany cruzaba una que otra palabra conmigo de vez en cuando, cuando la situación lo requería, pero jamás me dejaba hablarle del tema, ni siquiera disculparme. Incluso me denunció por acoso cuando comencé a dejarle cartas en su taquilla.

Llevaba un mes entero sintiéndome tan miserable como era posible sentirse en mi situación.

Pero como todo en esta vida tiene solución, menos la muerte, tenía un plan que creía que sería infalible. Las vacaciones de invierno se acercaban y los exámenes para cerrar el semestre también. Blaine había intentado enseñarme álgebra sin obtener resultados de mi parte, por lo que sabía que si yo lograba sacar un sobresaliente en el examen, él se daría cuenta de lo mucho que me importaba su amistad y él.

No tenía ni la más mínima idea que cómo le haría para obtener un diez sin saber nada, y sin haber aprendido ni un solo número en estos meses. Pero algo se me tendría que ocurrir.

Como cada tarde, recorrí el camino hacia la casa de Blaine, para dejarle la lonchera con la cena a las puertas. En la nota de ese día escribí:

"Te demostraré que soy capaz de hacer hasta lo imposible por ti. Kurt"

Besé el pequeño trozo de papel y lo acomodé sobre la lonchera, presionando el timbre una vez y huyendo como un niño pequeño a ocultarme donde siempre. Esta vez apareció una señora mayor en un uniforme de servicio. Ella tomó el atadito y vociferó.

- Ha llegado algo, señorito Blaine ¿Qué hago con él?

- ¡Dámelo! – con el oído pegado a la ventana que se encontraba abierta, pude escuchar que exclamó mientras corría escaleras abajo. Sentí que mi corazón volvía a latir con fuerza. Él no había botado a la basura mis pequeños presentes - ¡Y cada vez que llegué uno de estos, lo llevas de inmediato a mi cuarto! – le explicó con euforia - ¿Quedó claro?

- Sí, señorito – dijo ella obediente – Por cierto, la cena esta lista ¿cenará?

- No, gracias. Yo no ceno – dijo él, luego de eso se oyeron pasos presurosos y el silencio inundó el lugar.

Una boba sonrisa cubrió mi rostro con el hecho de saber algo tan simple como que cada cena que le preparaba no era en vano. Él las recibía y las disfrutaba, tal y como yo esperaba. Puede que en el instituto me ignore todo lo que quiera, pero eso ya no me importa más. Él no me odia del todo.

Al llegar a casa, saqué todos los libros que poseía de álgebra y matemáticas, poniéndolos sobre mi escritorio. También encendí el ordenador, ya que había oído una vez que en la web se podían hallar videos explicativos bastante buenos.

Pasé aquella noche con los ojos abiertos gracias a una gran dotación de café, y un objetivo muy fuerte en mente, Blaine.

Lamentablemente no logré comprender nada, lo cual me frustró a tal punto que estuve a punto de lanzarme por la ventana para acabar con la tortura que significaba para mí estudiar completamente solo.

Cupído [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora