Capítulo 6: "¿Qué Es Esto?"

443 39 32
                                    


"¿Has estudiado las páginas del libro que te señale? ¡Recuerda que quedan diez días para el primer examen de álgebra!" – leí el texto que Blaine me enviaba.

"Por Dios, Blaine! Es domingo, quiero descansar" – respondí molesto.

"Eso no es excusa. Debes estudiar, es la única forma que tienes de aprobar"

El fin de semana lejos de la compañía de Blaine había sido toda una odisea, pero ya mañana regresaríamos a esta extraña rutina que habíamos creado en tan sólo un par de días. Aunque, por el mismo motivo, una pregunta pasó fugaz por mi cabeza y la texteé.

"¿Has cenado estos días? Ya sabes, comida real y no de microondas"

"Sabes que la cocina no es lo mío. Bendito el que inventó la comida para uno y de microondas"

"¿Sólo has comido eso? Si es así, ya me siento culpable"

"Como ya te dije, la cocina no va conmigo, de hecho me aterra. Pero tranquilo, mañana podrás compensarme ¿no?"

"Ja, ja... ¡No te pases!" – Mordí mis uñas, sintiendo un preocupación naciendo dentro de mí.

"De seguro si te llamara ahora mismo y te suplicara que me cocinaras, vendrías hasta aquí para hacerlo. Pareces una abuela, de esas que sobrealimentan a sus nietos".

"A las dos afirmaciones, respondo un gran y gordo NO"

Una llamada entrante de Blaine, me tomó por sorpresa. ¡Maldito obstinado! Contesté de mala gana.

- ¡Qué demonios! – bufé, fingiendo ira.

- Kurt – murmuró con voz triste, casi angustiada – Me estoy muriendo de hambre, comienzo a tener un severo caso de desnutrición excesiva – gimió y simuló un sollozo. Mis pies ya estaban encaminándose a la puerta, para ir a socorrerlo – Creo que pierdo la noción de la realidad y alucino... el hambre me está liquidando – continuó lloriqueando a través del teléfono.

- Eres injusto, se supone que el fin de semana es para descansar, y no para ser tu sirvienta, Blaine – me quejé, buscando las llaves del carro.

- Sé que te verías adorable con un delantal de servicio – se burló.

- Anderson, si continuas burlándote de mí, te dejaré morir a causa de una intoxicación por comer esa mugrosa comida plástica de microondas.

- No serías capaz, porque te preocupas por mí – podía sentirle sonreír del otro lado.

- ¡Rayos! – Odiaba que tuviera razón – Estaré allí en breve.

- Gracias – finalicé la llamada con violencia y arrojé el móvil al asiento del copiloto.

- ¿A dónde vas? – me interceptó mi padre.

- Am... papá es que... Britt tiene problemas en casa – mentí – Iré a ayudarla, tú sabes... los amigos están para eso.

- Ok, no llegues tarde – se alejó y yo me monté en el carro, arrancando al instante.

Sus brazos me envolvieron con ternura al verme, diciéndome sin palabras lo mucho que él me había extrañado. Su esencia varonil se colaba por mis fosas nasales, impregnándose en lo más profundo de mí ser. ¡Diablos! Tendría problemas luego cuando quisiera olvidarlo.

- Has tardado una eternidad y yo no dejaba de mirar el condenado reloj – murmuró, jalándome del brazo para hacerme entrar – ¿Por qué rábanos has tardado tanto?

Cupído [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora