secrets | #3 | teen wolf

10 | The Glen Capri.

| The Clen Capri.

—He visto peores —comentó Scott con positivismo, mirando el horrible motel frente al que el autobús se detuvo y el entrenador nos obligó a bajar, el llamado "The Glen Capri".

— ¿Dónde has visto algo peor? —pregunté escépticamente, mirándolo desde mi lugar entre Isaac y Lydia.

—Escuchen. La reunión se pasó para el día de mañana. Este es el motel más cercano con más disponibilidad y menos buen criterio a la hora de aceptar a unos degenerados como ustedes. Formen parejas. Elijan bien —nos dijo, extendiendo las llaves al frente.

— ¿Lydia, estás bien? —le pregunté a mi mejor amiga, preocupada, mientras que todo el mundo tomaba sus llaves y el entrenador decía que no quería nada de perversiones sexuales durante nuestra estadía aquí, diciéndole a Isaac que ni siquiera pensara que lo dejaría que durmiéramos juntos, así que lo envió a dormir con Boyd.

Observé de reojo a las parejas formadas, viendo que Scott y Stiles se eligieron el uno al otro y Parker y Allison también, tomando sus llaves y comenzando a caminar rumbo a las escaleras.

—No me gusta este lugar —dijo Lydia.

—No creo que siquiera a los dueños les guste —comenté, dándole una mirada rápida a la fachada del motel y luego otra vez a Lydia—. Es solo por una noche, ¿sí?

—Pueden pasar muchas cosas en una noche.

Hice una mueca al oírla, estirando mi mano para tomar la llave de nuestra habitación y colocándome frente a mi amiga.

—Tengo que hablar de algo con los chicos, ¿qué te parece si dejamos las cosas en la habitación, y tú vas con Allison y Parker? —propuse.

Lydia asintió y caminamos juntas hacia la habitación, dejando nuestras cosas sobre las camas y decidí quedarme con la llave de la habitación porque dudaba que ella quisiera volver sola. Atravesé el pasillo y entré a la habitación de los chicos, viéndolos arrojar sus cosas sobre las camas y darme una mirada cuando oyeron la puerta ser abierta.

—Muy bien, tengo cuatro —anunció Stiles, recostándose en una de las camas una vez que cerré la puerta.

— ¿Cuatro? ¿Tienes cuatro sospechosos? —cuestionó Scott.

—Sí, originalmente eran diez. Bueno, técnicamente nueve. Conté a Derek dos veces.

— ¿Y quién es el número uno? ¿Harris? —pregunté una vez que entendí el tema de su conversación.

—Solo porque está desaparecido no significa que esté muerto.

—Entonces, si no está muerto, nuestro maestro de química en secreto es quien comete los sacrificios humanos —murmuró Scott sin hallarle alguna lógica.

—Sí, creo que eso sonó mucho mejor en mi cabeza.

—Bueno, ¿y si es alguien de la escuela? ¿Recuerdan a Matt? No sabíamos que mataba gente.