Capítulo 11.

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Zayn se frotó la cara con las manos. Después, miró a la rubia que le mantenía la mirada fija, incluso cuando él no la miraba.

-Vale, te he entendido, pero eso no quiere decir nada. 

-Tiene un hermano que se llama Justin, es rara y te dice que es portero de discoteca. Vamos, ¿quién puede creerse eso? 

-Yo.

-Sí, porque la droga te está empezando a joder de verdad. ¿Portero de discoteca? Vamos, Zayn, conoces a todos los porteros de Londres, ¿y no conoces justo al hermano de esa chica? Qué casualidad. 

-Agg, por dios, Harry, ¿cómo lo aguantas?

El rizoso se rio desde el otro lado de la barra. Effy rodó los ojos y siguió limpiando los vasos de cristal que tenía en el fregadero. 

-Mira, yo te he avisado, cuando luego te pegue la puñalada no te quejes...

Zayn sonrió y, apoyándose en la barra, le dio un beso en la frente a la chica. 

-Vives muy estresada, pídele a Harry que te eche un buen polvo. 

Subió las escaleras del local a gran velocidad y en la planta de arriba se cruzó con Stacy, que le dedicó una de esas sonrisas que le habían asegurado un lugar en su cama hace unos meses. Se giró al pasar y contempló su trasero. "Ninguno como el de Ronnie", pensó. 

En el otro lado de la ciudad, la chica se desesperaba.

-¡Joder, Wes, te he dicho mil veces que no toques mis cosas!

-¡Que yo no he tocado nada, coño!

Ronnie bufó y siguió rebuscando entre la ropa que estaba tirada en el suelo. Buscaba su pequeña cajita de metal donde guardaba la cocaína. La necesitaba. Alguien chistó a su espalda y ella se giró rápidamente. Se dio de bruces con la irónica sonrisa de Justin Bieber. 

-¿Qué quieres?-preguntó seca.

-Pues, si hablamos de querer, te quiero a ti en mi cama. Pero bueno, venía a ofrecerte algo.

-No tienes nada que ofrecerme.

La chica le dio la espalda de nuevo y siguió buscando con esmero.

-¿Segura?

Ronnie se giró y vio algo plateado bailar entre los dedos del chico. 

-Mierda...-susurró. 

Justin sonrió y se acercó a ella lentamente. 

-Se te acaba el tiempo, preciosa. Consígueme lo que quiero y tendrás toda la coca que me pidas. 

-Joder, estoy en ello, ¿vale? Pero necesito tiempo.

Justin se acercó a su oído.

-Pues no lo tienes. Destrúyelo, solo hazlo, y te dejaré en paz.

La chica reprimió las arcadas que le producía su olor a alcohol y las ganas tremendas que tenía de pegarle. 

-Está... Está bien. 

El castaño le entregó el pequeño trozo de metal y le dio un fuerte beso en la frente, haciendo que Ronnie apretase los ojos. Cuando el chico desapareció, colocó una fina línea de polvo blanco sobre la mesa que tenía a su espalda y, apretando uno de sus agujeros nasales, esnifó con la otra toda la sustancia. Luego se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos, cayendo en un profundo sueño. 

Effy atravesó con la mirada a la morena cuando ésta entró por la puerta del local. 

-Hola-saludó Ronnie levemente, pero la chica no contestó- ¿Está Zayn?

Gunpowder. (Pólvora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora