Nerd. [SOUTH PARK]

Comunicación

La conversación con Stan durante la hora del almuerzo no había llegado a nada. Kyle seguía demasiado a la defensiva sin tener en claro el por qué y Stan sólo trataba de que su amigo se mantuviera abierto a todas las posibilidades para su vida amorosa.

Cuando la campana que indicaba el fin del receso sonó, Kyle se levantó del suelo al igual que Marsh. Con una rara despedida se alejaron a sus respectivos salones.

Si bien todo el tema sobre Kyle y sus relaciones debía haber muerto ahí, el pelirrojo siguió pensando en ello inevitablemente al entrar a clases.

¿Podría Stan tener razón?

Descubrir cosas nuevas de uno mismo siempre suele dar miedo... y Kyle no era la excepción en esto.

Nunca antes se había preocupado demasiado por sus preferencias y sentimientos románticos: ese tipo de temas no respondían a la lógica ni a la razón, por lo que el pelirrojo se sentía sin armas para enfrentarse a sus propias dudas.

Era el único de los cuatro en su grupo que no había conseguido novia y sus intentos con Bebe, Rebecca, Nicole o incluso Leslie habían sido desastrosos e infantiles... Realmente las había considerado bonitas a todas, cada una le agradaba a su manera, pero a pesar de todo no lograba llegar a nada en serio. Había sido lo mismo una y otra vez, por lo que al final Kyle se resignó a no dejarse distraer por noviazgos que "le quitaban tiempo"... ¿Podría ser que aquello era una mera excusa de su subconsciente?

Kyle no podía hacer más que preocuparse en silencio ante aquel pensamiento. Sabía bien que ser gay no era algo malo, pero tratar de descifrar si él lo era resultaba confuso.

Cuando el chico dejó sus reflexiones de lado y reaccionó, su profesora ya había terminado de explicar sobre la manipulación genética y Kyle no había tomado ni una sola nota.

Primero la tarea del día anterior que había entendido a medias, y ahora estaba completamente perdido en un tema de ciencias. ¿Qué estaba pasando con él?

No podía permitir que pensamientos literalmente maricas arruinaran su vida académica de la nada.

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El día escolar terminó, y Kyle recogió sus útiles escolares con fastidio. Estaba molesto. No había podido concentrarse en clases, y eso no era normal en él. Ahora sí o sí debía estudiar hasta la noche para ponerse al corriente no sólo con matemáticas, sino ciencias también.

Kyle decidió que solucionar lo que le afligía era necesario con tal de no estar el resto del semestre perdido entre sus pensamientos caóticos. Si seguía divagando en lugar de concentrarse, empezaría a sacar algo menor a una A+ en sus calificaciones, y eso no podía permitirlo.

Por esto, para empezar a remediar sus problemas, Kyle alcanzó a Wendy en la salida.

Notó que Bebe, Red, Pip y Clyde la estaban esperando, por lo que se apresuró y le pidió su cuaderno de ciencias.

La chica se sorprendió ante la petición puesto que Broflovski siempre tenía los apuntes más completos.

—Oh, eso... es solamente para complementarlos... ya sabes, uno nunca puede tener suficiente información... je...— Mintió el pelirrojo.

Wendy no notó el nerviosismo del chico y simplemente soltó una risita suave.

—De verdad eres muy aplicado, Kyle... Te admiro. Aquí tienes.

Kyle tomó la libreta que le ofrecía la chica y agradeció con rapidez, poniéndola en su propia mochila y alejándose de los otros chicos. Era incómodo saber que él iba a seguir con cosas escolares mientras ellos salían a disfrutar la tarde.

Ellos: desde el pequeño Pip que muchos tomaban como objeto de burlas o jugarretas, hasta Bebe, quien era considerada como hermosa, cool e inalcanzable por varios chicos de otras clases. No importaba si se trataba de alguien que solía olvidarse de hacer las tareas a diario como Clyde, o si era Wendy, la chica mas aplicada y responsable después de él mismo... Todos eran capaces de compartir, relajarse, convivir, olvidarse del estudio un momento.

De seguro que entre ellos podían hablar de lo que fuera, como buenos amigos...

Mientras volvía a casa solo, Kyle seguía reflexionando y se preguntaba si de verdad había alguien que pudiera ayudarlo con el tema de su identidad, alguien con quién hablar al respecto.

Es decir, Stan había mostrado interés pero el pelirrojo sentía que lo había hecho porque ese día había estado muy irritable a la hora del almuerzo... es decir, por compromiso. ¿Podría ser cierto?

Momentos como ese hacían que el chico se arrepintiera de haber pasado los últimos meses encerrado en su habitación y en sí mismo, poniendo excusas con el estudio para no salir.

Sus amigos se sentían lejanos para él y su preocupación no se percibía completamente genuina. Todo su grupo de amigos había cambiado por lo que hasta dudaba de la sinceridad de su amistad por momentos.

Stan se había convertido en un chico deportista y popular, conocido por muchos. Se esforzaba en ser amable y daba todo de sí para evitar caer en la depresión que lo acechaba ocasionalmente.

Kenny era más perezoso que antes, seguía siendo un pervertido de primera y aunque las chicas no lo perseguían, siempre conseguía alguna que otra cita cuando era afortunado.

Kyle también había cambiado. Pasó de ser considerado por todos como un tanto listo e incluso interesante... a un aburrido nerd, moralista, milenial estricto y aguafiestas como una madre judía, incluso algo entrometido.

Esa no era una imagen positiva, y Kyle lo sabía. Pero llevaba ya algunos meses así, y era difícil salir del ajustado molde en el que los rumores y estereotipos lo habían metido.

Hasta Cartman había tomado su propio camino: él ahora era antipático y ajeno a lo que le rodeaba, con las peores calificaciones de la clase pero viviendo sin llamar la atención realmente a diferencia de como solía hacer en el pasado.

Kyle no pudo evitar pensar más a fondo en el castaño. Parecía que nunca dejaría de ser el insufrible Cartman de siempre pero de hecho sí había cambiado un poco. Era gracioso. Gracioso de raro.

— ¡Carajo!

Kyle dijo en voz alta para sí mismo mientras entraba a casa, frustrado. Ni siquiera se había dado cuenta de cuándo había llegado por andar pensando y pensando.

—Cielos, hola para ti también, Kyle...

—Oh, lo siento, papá... no te vi ahí.

Gerald Broflovski estaba en la sala de estar, frente al televisor, aunque el hombre se veía más interesado en lo que sea que hubiera en su celular.

— ¿Qué pasa? ¿Alguna chica te hizo enojar?

Kyle se sentó en el sofá junto a su padre, rindiéndose y pensando que tal vez él podría escucharlo.

—Eh... no es eso, es un poco más complicado... verás, tengo algunas preguntas sobre mí mismo... sobre quién soy y qué quiero, incluso sobre las personas que hay a mi alrededor... pero me causan estrés, están ocupando toda mi atención, y...

—Demonios, Kyle. Tienes catorce años, se supone que simplemente rías y te burles de mierdas. Desde pequeño siempre es "papá, estoy confundido", o "papá, hoy aprendí algo". Relájate, amigo.

Kyle estaba boquiabierto. Su padre había dicho todo eso mientras escribía en su teléfono y no parecía prestarle atención, pero eran palabras con algo de razón en ellas.

— ¡Oh, este hilo de Twitter al fin se puso interesante! Necesito algo de vino... ¡estaré en mi oficina!

Gerald desapareció por el pasillo y Kyle simplemente suspiró. Necesitaba hablar con alguien y la persona que normalmente le daba algún consejo llevaba días obsesionado por pelear con gente en línea.

Aún así, si bien lo dicho por Gerald solamente era para que Kyle le dejara de hablar y él pudiera regresar su atención a su adicción con el teléfono y el trolleo, era verdad que Kyle solía tomarse muchas cosas en serio... quizás más de lo que otros chicos como él lo hacían.

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