ChaeYoung estaba un poco incómoda, reconocía cuando las amigas de Mina querían convenzar con ella pero simplemente no podían. Ella no podía. Se odiaba por eso. Odiaba el hecho de tener que guardar silencio cuando podía decir muchas cosas. Ese día paso de escribir en su teléfono a sólo oír y ver cómo Sana hablaba con Mina y Momo, felices, riendo y quejándose a veces cuando jugaban y terminaban dolidas. Chae había dejado de sonreír para sólo tener una expresión seria y aguantar las ganas de llorar, sentía sus ojos picar y su vista se volvía borrosa. Pero no decía nada, nunca decía nada.
Mina no lo notó al principio pero sí luego cuando la pelirroja se fue al baño despidiéndose con una leve reverencia, escondiendo a toda costa su semblante triste y rojo. Quiso ir a ver qué le pasaba pero sólo se sentó a hablar con sus amigas, comiendo con desgano su helado y observando cada cinco segundos la puerta.
—...Y Mina, no nos mencionaste que tu novia era muda...— habló Sana, comiendo un poco de su galleta.
Mina no respondió observándola seria.
— Sana, Mina ha dicho que no es su novia...además ¿qué si es muda? Es buena persona, dibuja muy lindo. — rectificó Momo, pensando en las fotos de esos cuadros que la pequeña les había mostrado cuando aún mantenía esa sonrisa.
— Creo que está triste. — Mina dejó de comer para empezar a batir su helado y derretirlo en el proceso. — Ella no puede hablar y creo...que se siente culpable...
— Su silencio es encantador...
— ¡Lo sé! — por primera vez le tomó la razón a Sana en todo el día. — Pero...no sé...
— Sabes pero no sabes, que lógico. — Sana siguió comiendo aún con la mirada asesina de la castaña.
Mina negó. Ese día lo había planeado con el fin de hacer sonreír a su pequeña amiga pero al parecer se le hizo imposible mantener esa sonrisa. Le dio su helado a Sana y fue directo al baño, buscando con la mirada a la pequeña ChaeYoung pero no la encontró y pensó que estaría en unos de los cubículos, el único que está siendo ocupado.
— ¿Chae, estás ahí? Golpea la puerta si es así. — pegó su rostro al frío metal y sintió un empujón en ésta. — Siento que estés incómoda... Podemos irnos a casa sí quieres...
Chae abrió la puerta, lentamente limpiando sus mejillas donde inevitablemente había corrido sus lágrimas.
— Chae...lo sien...
La menor siguió caminado hasta la salida, ignorándola. Era la primera vez que ella no sonreía y le trataba así. Rápidamente la culpa recayó sobre ella. Siguió a la menor hasta verla sentada al frente de sus amigas quienes intentaban hacerla reír y darle de sus dulces, pero ella simplemente seguía triste.
Chae sólo quería irse pero no quería ser maleducada y hacerles pensar que fue la peor salida de su vida porque, al contrario, fue la mejor aún con los torpes comentarios de Sana sobre su mudez, fue un lindo día con la dulce voz de Momo y las tiernas pero insignificantes caricias de Mina. Pero aún así su silencio terminaba reinando parte de sus problemas. En esos momentos deseaba no haber conocido a Myoui Mina.
****
Trazaba con delicadeza los últimos detalles de su cuadro. Estaba triste y claramente sólo quería relajarse con su cuadro, dibujando a esa chica que obviamente era Mina, aquella chica que le envió un mensaje de que la visitaría.
Ya no sabía qué hacía, ya llevaba mínimo tres cuadros de aquella chica, que a cualquier punto de vista era un cuadro cualquiera, lindo y moderno, a la vista de ella era Mina. Mina.Mina, Mina. Sólo ella.
Terminó resaltando un poco más el lunar que debería ser el de la pelinegra, sonriendo pensando en ellos. Últimamente siempre que veía sus labios ese lunar le llamaba la atención, ni siquiera el que adornaba su nariz le atraía tanto cómo este; y no sabía por qué veía sus labios, se hacía creer ella misma que era por el lindo color rojo que siempre los adornaba.
— Chaeng, Mina llegó. — su madre tocó la puerta, abriéndola lentamente dejando pasar a la pelinegra para luego retirarse. Prefería dejarlas solas después de la pequeña charla que tuvo con la invitada.
Mina no dijo nada, sólo observaba como la pelirroja pintaba con delicadeza un cuadro que ella ya creía terminado, pues era hermoso. Simplemente era blanco, con una personita en el medio y árboles otoñales, como si estuviese caminando en medio de estos, de manera tan delicada. La chica tenía sus detalles, pero parecía cualquier chica, vestida de negro de pies a cabeza, un pequeño toque de rojo y unos puntos negros que simulaban un rostro muy lindo y perfilado.
— Está muy lindo tu cuadro. — rompió el silencio, rescontándose en la pared mientras veía un poco más el taller de la menor. Desordenado, blanco, cuadros esparcidos y pinturas enfrascadas en un buró un poco empolvado.
Chaeng asintió solamente, de una manera desinteresada. Y se sintió mal después por eso, no quería hacerle creer a Mina que la odiaba o algo por el estilo, pero tampoco se retractaría de su gesto.
— Veo que no hablarás...— sonrió cuando notó las comisuras de la menor fruncirse un poco, pero no mostrando una sonrisa completa, sólo el querer dar el gesto. — Siento mucho que mis amigas te incomodaran...ellas dicen que eres encantadora. — empezó a caminar por el taller, era una habitación grande con sólo una ventana donde empezaba a verse el atardecer color melocotón. — A Sana le agradó tu silencio, a Momo...ella cree que eres linda...
Se sonrojó sólo un poco, pero siguió ignorándola. Intentando buscar algo en la pintura para retocar.
— Debo admitir que me puse un poco celosa...— sus mejillas ardieron también, peinó levemente su cabello hacía atrás y se mordió un poco el labio, nerviosa. Mina no seas tan obvia. — Es una corruptora de menores. — se acercó a la menor hasta estar detrás de ella y abrazarla por la espalda, recostando su barbilla en el hombro contrario, juntando ambas mejillas para observar de nuevo la pintura. Se le hacía tan conocida. Sonrió triunfante cuando la menor dejó de pintar, sosteniendo temblorosa el pincel y la tableta de colores.
— Y creo...que yo también lo soy... — y la besó cerca de sus labios justamente donde ella tenía un lunar encantador y la volvió a abrazar, un poco más fuerte y mostrando más afecto, algo fuera de sí.
ChaeYoung sonrió, roja hasta las orejas, algo confundida y sentía arder donde los labios de Mina habían tocado su rostro. Sin saber que más hacer movió el pincel y le pintó la cara a la mayor.
— ¡Nena, eso está mal!
Me dijo nena.
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Aahhhhh me emocioné.
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Speechless『MiChaeng』#エ
Short Story"Chaeyoung, tras su encantadora sonrisa esconde un silencio rotundo". "Mina, con sus sabias palabras remplaza la falta de su sonrisa". ❁.•°•.❁.•°•.❁.•°•.❁.•°•.❁ Historia corta ChicaxChica #エ temporada. © ChicaKuls02 Portada @HIRAINUDES que me la...