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Habían pasado un par de semanas y la pequeña Chaeng se sentía completamente sola. Unos días después de que Mina ganó el desfile, a ésta la llamaron para un desfile en Japón donde mostrarían sus creaciones, contando con un viaje todo pagado por un mes. Aproximadamente en ese tiempo Chae se sentía más sola que nunca, se había acostumbrado a tener que escuchar a la pelinegra hablar mucho cuando se ponía nerviosa, y era gracioso porque cuando personas extrañas se acercaban a Mina ella sólo forzaba una sonrisa. Ambas no eran de hablar mucho pero Mina se reusaba a callarse cuando estaba con la menor.

Se dedicaba a mirar sus pinturas y dibujos lo que le restaba del día, extrañándose porque la última pintura que pintó se parecía mucho a ella. No sabía si era porque la extrañaba o porque Mina le enviaba una inspiración inexplicable. La pintura consistía en la imagen de una chica, en blanco y negro, ojos delineados con leves lágrimas corriendo por su rostro en color azul marino que terminaban en sus labios rojos y abultados. Era extraño pero le encantaba como el blanco y negro era roto con el azul y rojo, siendo de alguna manera expresiva. Pero ella lo había pintado y la verdad no sabía qué decía la pintura, llevaba días viéndola desde que la terminó y no concretaba ninguna teoría.

Estúpida pintura. Estaba a punto de clavarle un pincel a la dulce pintura de la chica pero su teléfono sonó, lo cual era extraño ya que nunca le llamaban por el simple hecho de no poder responder.

Llamada entrante de Mina♡.

Se sonrojó de inmediato, debatiendo en sí debía o no contestar, temía a que Mina le estuviese jugado una cruel broma porque no pudiese hablar.

— ¡Hola, Chaeng! Te extraño —  se escuchó un risilla nerviosa de la mayor a través del teléfono.

La menor sonrió, cubriendo sus labios con su mano para poder reír a gusto aunque sabía que nunca se ha escuchado su risa.

¡Sé que no puedes hablar! Pero no tenía tiempo para enviar mensajes, te extraño de verdad, me hubiese gustado que fueras mi Modelo en vez de estas chicas japonesas engreídas. No sabes lo tercas que son cuando no les queda un zapato. rió de nuevo, confundiéndose con el bullicio que se escuchaba atrás. — Cuando pueda haré una videollamada, lo prometo. Me tengo que ir, las chicas no saben ponerse un botón. ¡Adiós, Chae!.

Y se cortó la llamada, dejando de nuevo a la pelirroja en un profundo silencio, pero ésta vez con una gran sonrisa en sus labios. Dejó su teléfono a un lado, corriendo por toda la habitación, saltando e intentando chillar de la emoción. La verdad no sabía qué le pasaba, últimamente andaba muy sentimental y expresiva.

Mina le había sacado las palabras de la boca.

Sentía una fuerte conexión hacia la chica pero no sabía qué era, necesitaba averiguarlo lo antes posible porque empezaba a odiar lo mucho que sonreía al pensar en la chica pelinegra.

¡Ahh, maldita sonrisa! Intentó borrarse el gesto de los labios pero era inevitable. Enamorarse era inevitable.

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<3

Speechless『MiChaeng』#エDonde viven las historias. Descúbrelo ahora