Octavo momento: Declaración.

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El teatro perteneciente a la compañía Stratford ya se encontraba casi vacío, sólo el vigilante y uno que otro tramoyista continuaban en algunos quehaceres que se habían atrasado, mientras que la mayoría de los actores había salido al menos una hora antes después de un extenúante día de ensayo como era de esperarse a pocas semanas del estreno de su más reciente puesta en escena "Romeo y Julieta". No obstante el protagonista de dicha obra se encontraba aún ensayando, quería sobresalir de cualquier otro Romeo habido antes que él para demostrar que por su talento había llegado hasta ahí, y no por la supuesta influencia de su madre, además de que deseaba de sobremanera impresionar a su novia, Candy, ya que quería reconquistarla a través de su interpretación.

*—"«Sí quiero sorprender a Candy debo de ensayar el doble, no tres veces más que los otros.» –pensó después de recitar sus frases por enésima vez.

De improviso escucho unos aplausos provenientes desde las bambalinas lo que lo distrajeron, más aún cuando vio que de entre las cortinas surgía la figura de su co-protagónica Susana Marlowe. No muy contento por la interrupción e incluso algo hosco le preguntó.

—*¿Que quieres?

La chica ignorando por completo la actitud brusca de su compañero dirigió la platica hacia otro punto.

—*Tu voz llega muy bien, Terry.

—+Por favor no me molestes cuando estoy ensayando –el joven inglés intento sonar un tanto más cordial pero directo, ya que a esa chica, sí bien podían hacer buena mancuerna sobre el escenario, fuera de él no la soportaba mucho,

—*Es que, quizá no debería decirlo, pero no estás actuando para el público –nuevamente ignoró lo que le dijeron.

—*¿Qué? –inquirió casi indignado ante lo escuchado.

—*Actúas únicamente para esa chica de Chicago. –al decir aquello Susana se giró para tomar las cortinas que formaban parte de la escenografía con ambas manos.

—*¿Que es lo que quieres decir con eso? –confuso ante aquella afirmación la cuestionó.

—*Se que le reservaste el mejor asiento para el estreno –Susana continuó con su monólogo pues hasta ahora había hecho caso omiso a todo lo que el castaño le decía o preguntaba.

—¿mmm...? –«Pero ¿a ti que te importa?» la educación de Terrence le impidió decir aquellas palabra en voz alta.

—*Sí, para Candy.

—*Fuera de aquí, vete –harto porque la rubia frente a él se estuviera inmiscuyendo en sus asuntos optó por ser grosero.

—*Terry, no la llames, no la hagas venir a Broadway –Susana con llanto en sus ojos volteo a verlo.

—*¡Qué tontería! –eso era el colmo para el actor, ¿cómo era posible que aquella chica dijera esas cosas– *¿Qué te da derecho de hablar se esa manera?

—*Terry por favor ¿por qué te interesa tanto que venga? –ingenuamente quiso saber la actriz llorosa.

—*Dime una cosa, y tú porque insistes tanto con Candy –las lágrimas lo habían hablándado un poco al joven sacándolo de su pose descortés, así que se atrevió a preguntar sospechando la respuesta y con toda la intención de poner punto final a aquello, no obstante no se espero la respuesta completa que por unos minutos los descolocó.

—*Me gustas Terry. Te amo –lo dijo acercándose unos cuantos pasos hacia él.

—*¡Susana! –¿había dicho "te amo"? ¿Cómo era eso posible después del trato que él le daba? El asombro era obvio en su rostro.

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