2. Suspiros del Averno [BG #2]

Brote

Ella estaba ahí conmigo, en otro cuerpo de mismas facciones y curvas perfectas, besada por los atisbos de la juventud y vitalidad, sonriéndome de oreja a oreja. Sus ojos eran un pozo de alegría, siendo de un color tan mustio como el grisáceo.

Ella me prestó su calor, tan agradable, tan delicioso, tan humano, por apenas unos segundos. Antes de que las sombras del abismo se arremolinaran sobre nosotros, envolviéndonos con su estela oscura por completo.
Con mi cuerpo tosco cubrí a Esther, apretujándola contra mi pecho mientras sus cabellos ensortijados volaban libres y desbocados haciéndome cosquillas en la nariz.
Una silueta enorme y monstruosa se presentó ante nosotros. Sus ojos rojos deslumbraba la interperie del suelo cavernoso mientras su aliento gélido golpeaba nuestros rostros. Unos picos irregulares y puntiagudos emanaban de su cabeza a manera de cuernos. Su cuerpo tosco de brillantes escamas negruzcas se asemejaban a la contextura de la feroz Hidra, solo que poseía una única cabeza serpentina de grandes cuernos. Estaba erguida en sus patas traseras, incrementando su tamaño hasta casi medir alrededor de siete metros. Sus prominentes garras estaban apuntadas hacia el débil cuerpo de mi amada...
Mi garganta exhaló un ronco gruñido a modo de advertencia al verlo acercarse. El cuerpo de Esther se sacudió de miedo al oírlo y un gemido escapó de sus labios de lino.

Aquel ente no cedía, me respondió con un gruñido aún más amenazador, una mezcla demoníaca entre el siseo de una serpiente y el resoplido de un dragón.
Extendió unas alas de murciélago terminadas en punta y rugió embravecido, cayendo en cuatro patas con un estruendo mientras dejaba un vaho espectral al caminar en círculos alrededor de nosotros...

Mi gruñido se tornó más gutural y enfurecido mientras la ira comenzaba a corroerme las venas como mercurio ardiente. La bestia continuaba bufando molesta mientras Esther temblaba aferrada a la roída toga mugrienta que cubría mi torso.

No iba a volver a perderla... Nunca más...  Aún si tuviera que enfrentarme a quién más respeto y temo...