—Pensaba en ocultarla en el Inframundo de una manera que Atenea jamás la descubra —declaró Perséfone mirándome fijamente.
Yo no dejaba de abrazar a Esther como si mi vida dependiera de ello. Ella se aferraba a mi pecho semidesnudo aferrándose al lino negro que lo cubría parcialmente. Por suerte, Perséfone se aseguró de crear una túnica negra con la cual cubrir mi desnudez humana.
—¿Cómo?—Pensaba en convertirme en un objeto para que Atenea jamás sospeche —declaró la joven humana intentando ocultar el temor en sus palabras.
—Pensaba en convertirla en una flor. La única que podría sobrevivir en el suelo del abismo. Una flor poderosa y hermosa, en medio de la muerte. Y tú Cerbero, la protegerías de todos los extraños o quiénes la vayan a buscar.
—¿Y así Atenea jamás sospecharía?
—Ella no suele bajar mucho aquí. Así Esther estaría a salvo.
—¿Y como garantizas que la flor sobrevivirá en este paraje desolado?
—Lo descubrirás, Cerbero. El tiempo mismo te dará las respuestas...
Esther ya había aceptado la propuesta de Perséfone. El único que faltaba era yo.
Era obvia mi respuesta. No iba a permitir que algo malo le ocurriera a mi estrella.
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2. Suspiros del Averno [BG #2]
Historia Corta★COMPLETA★ Puedo sentir lo mismo que siente el rey del Averno al ver a su amada partir... Desde que aquella flor se marchitó, no he vuelto a ser el mismo. Ella me arrebató la insana alegría. Pero la magnífica rosa dejó un pequeño brote en medio de...