Aquel ambiente era bastante acogedor. Un clima cálido que hacía que mi nariz sudara y mi larga lengua perruna salga de mi boca. El largo pelaje de perro colgaba de todo mi cuerpo y se balanceaba de un lado a otro mientras avanzaba por los caminitos de piedras y conchillas que bordeaban un pequeño bosque donde los mirlos trinaban.
En el fondo se oía un estruendo que yo no podía discernir de que se trataba, por lo que decidí seguirlo para encontrarme con una gran masa azulada de agua que tenía un fuerte aroma a salubridad, cosa que yo conocía por la erosión del suelo del Averno.
El gobierno de Poseidón: el mar.
Las olas rompían con violencia en la costa, volviéndose insignificante espuma platinada cayendo sobre las rocas puntiagudas. Un espectáculo que yo jamás pensé en apreciar.
Sin embargo, había algo que había llamado mi atención desde que coloque mi visión dicrómica en el paisaje marino.
Una joven caminaba descalza sobre la orilla mientras los caracolillos le hacían cosquillas en sus pies.
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2. Suspiros del Averno [BG #2]
Nouvelles★COMPLETA★ Puedo sentir lo mismo que siente el rey del Averno al ver a su amada partir... Desde que aquella flor se marchitó, no he vuelto a ser el mismo. Ella me arrebató la insana alegría. Pero la magnífica rosa dejó un pequeño brote en medio de...