El Club de la Hierba.

Capítulo ocho.

ALGÚN DÍA A FINALES DE SEPTIEMBRE DEL 2010.

El gimnasio de la escuela estaba lleno. Cinco estudiantes habían sido seleccionados para recibir los votos y echarlos a la urna, entre ellos estaba Nathan.

Estaba muy feliz de que los profesores lo hubieran escogido, primero porque alimentaba su ego y segundo porque así podría saber antes si es que Wesley había ganado o no, al menos en su mesa. Esperaba que Wesley ganase, no sólo porque Anna y Ryan eran crueles con él por ser tan tímido, sino porque Wesley era ahora su amigo.

Se sentía genial tener un amigo al quien apoyar.

Tanto Murphy como Meredith ya habían depositado su voto en las urnas, sólo que a ellas no les había tocado con Nathan. Se quedaron apoyadas en una pared, esperando a Mackenzie quien no quería quedarse sola.

—Estoy nervioso —les dijo Wesley acercándose a ellas. Los candidatos habían votado de los primeros junto a los profesores, así que él estaba desocupado desde hace horas—. Y es raro que todos nos observen.

—Es obvio que nos ven, ahora soy amiga de una delincuente inteligente y de un futuro presidente gay —dijo Meredith sin una pizca de malicia en su suave voz. Ambos la miraron perplejos—. Lo siento, suelo decir lo que pienso sin importar si daño a alguien. Es algo inconsciente.

Pero tenía razón.

Todos observaban con atención los movimientos de Meredith desde que el día anterior se sentó junto a Landon, Mackenzie, Nathan, Murphy, Wesley y Caleb en la mesa de este último. Había sido como si un nuevo episodio de Gleeo Modern Familyse hubiese estrenado. Querían saber más, querían saber cómo se habían vuelto amigos, o por qué Meredith y Landon ya no se sentaban con el grupo de Kaden, querían saber por qué trataban a Mackenzie con tanta normalidad si supuestamente estaba poseída por el diablo, o por qué Nathan si quiera tenía amigos. Incluso se preguntaban quién era Caleb, ya que no recordaban que existiera.

Había sido una locura que lograron atravesar. Ahora sólo quedaba el resto del año escolar.

—Podemos acostumbrarnos a eso, no te preocupes —le dijo Wesley acomodando su corbata. Aquel día había decidido verse más elegante, para transmitir seguridad al resto de los estudiantes y asegurar los votos—. Voy a vomitar.

—No, yo voy a vomitar en mi cita con Derek —murmuró Murphy mirando de reojo al mencionado, ya que este la estaba observando con una sonrisa espeluznante—. Esperen, creo que lo haré ahora.

—Aun puedes cancelarle —le dijo Meredith mirándola—. Así evitas que Lisa te haga la vida imposible.

—¿Por qué? —preguntó la castaña interesada.

—Porque Lisa se muere por Derek. Sólo que él siempre estuvo enamorado de ti y jamás se interesó en ella. Si Lisa ve que saldrás con él, se convertirá en tu peor pesadilla. Y sé que es la peor porque siempre se enojaba conmigo y se convertía en la mía —contó la rubia.