Todo está muy oscuro. No alcanzas a ver nada más alla de tu nariz. Estás demasiado asustada para moverte y avanzar. Te dedicas a esperar en silencio y rigidez con la respiración alterada.
De pronto una luz blanca aparece de la nada a varios metros de tí.
Esbozas una mueca y cierras los ojos fuertemente al sentir un dolor insoportable en la cabeza.No puedes evitar soltar un grito corto.
Cuando vuelves a abrir los ojos estás tirada en el suelo, boca abajo, con un hilillo de sangre surcandote los labios.
Estás en un lugar diferente. Un paisaje desolado y rojo. Con un cielo tenebroso de distintos tonos de naranja y rojo.
Abres mucho los ojos al reconocerlo. El verdadero infierno, lo qué había sido tu "hogar".
Te incorporas lentamente y te sobresaltas al oír unos pasos trás de tí.
Te giras y puedes reconocer ese rostro en seguida. Esa persona que te ha robado y roto el corazón y el alma sin ni siquiera darse cuenta...-Rachel... -gruñe tu nombre.
-¿Damian...? - consigues preguntar.
Respira entrecortadamente, tiene cortes y quemaduras por todas partes.
Pero lo que te sorprende de verdad son sus ojos. Ya no son esos ojos verdes que te hacen perder el control, ahora ese verde está tenido de un rojo intenso y siniestro.Va arrastrando su espada por el suelo y esboza una sonrisa siniestra mientras frunce el ceño y avanza hacia tí.
-Damian... -repites más segura.
-¿Qué pasa Raven? -te pregunta burlón.
-Damian, este no eres tú...
Tu voz suena menos firme de lo que pretendías.Avanza unos pasos mas, balanceando la katana de un lado para otro, como si solo fuese un juego.
-¿Y entonces quién soy, Rachel?
Te sorprende un poco la pregunta y te quedas totalmente inmóvil cuando Damian se queda a varios centímetros de tí y levanta un poco la espada.
Vuelves a la realidad e instintivamente retrocedes un paso.
-Este no eres tú... -susurras otra vez.
Damian se avalanza sobre tí de repente, intentando clavarte la espada en el abdomen, lo esquivas con un salto y te elevas.
Desde arriba puedes oír como murmura algo entre dientes, furioso. Quiere matarte de verdad.Se forman unas bolas de energía oscura alrededor de tus manos cerradas.
-¡No quiero hacerte daño, Damian! -le gritas desde arriba.
-¡Nadie te lo prohíbe, Rachel! -responde provocador.
De pronto sientes un dolor agudo en el cuello. No has visto venir el pequeño y afilado batarang que te ha lanzado mientras analizabas la situación.
Esbozas una mueca de dolor y no puedes evitar descender hasta acabar de rodillas al suelo.No puedes moverte, algo, como un imán, te lo impide. Te sacas la punta del batarang de cuello y lo tiras con fuerza hacia el suelo, agarrandote la herida.
Damian se acerca con paso lento y firme, como si de verdad disfrutase esto.
"No. Esto no puede ser real, esto no puede estar pasando... " - sollozas.
Se para al llegar justo donde estás tú.
Te levantas intentando disimular la debilidad y te pones a la altura de él para mirarle directamente a los ojos teñidos de rojo, buscando ese verde que tanto añoras ahora mismo. Como tantas veces habías hecho antes. Intentando buscar algún atismo del verdadero Damian.
Pero nada...-Vamos, hazlo, Damian. Mátame. Eso es lo que quieres ¿no? - dices sin miedo.
Suenas tan firme y convincente que hasta tú te sorprendes.El te sonríe un poco de soslayo, pero no hace nada. Sigue aferrado a su espada por ahora bajada.
Al instante se acerca un poco más a tí, tanto, que si te hubieses movido un milímetro, vuestros labios se habrían rozado.
Desvía la cabeza para susurrarte en el oído.-Soy perfectamente capaz de hacerlo, Rachel...
-Sé que el verdadero Damian no lo haría... -susurras tan bajo que solo tu te has oído.
Sientes una sensación fría en el pecho. Y ardiente al mismo tiempo. Este dolor te hace soltar un grito.
La espada te atraviesa todo el pecho. Damian aferra el mango con una sonrisa en los labios. Mientras te agarra del hombro para que no te escapes.
-Damian... -consigues decir entre las lágrimas y el dolor.
-Es lo que tengo que hacer, Rachel...
Retuerce el mango y tu gritas aún más. El dolor es insoportable e intenso, un charco de sangre ya se ha formado bajo vosotros, y estás empezando a respirar mal.
Sientes que la cabeza te da vueltas, la boca te sabe a sangre, estás cansada. Quieres morirte para dejar atrás este dolor...-Sé que el verdadero Damian Wayne sigue ahí... - consigues murmurar.
Damian abre un poco los ojos y deja de apretar tanto el mango de la espada. De repente una lágrima le resbala por la mejilla y sus ojos verdes resurgen de la nada.
-Yo... Losiento, Rachel... - susurra entre sollozos.
El dolor ya no lo soportas. Todo empieza a volverse negro y todo desparece...
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DESESPERACIÓN
Fanfic¿Se puede odiar y querer a una persona al mismo tiempo, querer matarla, sin memoria, sin lugar...?