Abres un poco los ojos, entumecido, supones que te quedaste dormido varias horas. Raven sigue ahí, en la misma postura en la que la viste antes de dormir. Está de espaldas a tí, y aún así parece cansada. Observas tu muñeca y ves una fina costra en el lugar donde antes estaba la gran herida.
-Oh no... -murmuras mirándote la muñeca estupefacto.Parece que Raven te ha oído o a sentido que te has despertado o algo así, por que se da la vuelta de golpe para mirarte fijamente y sonreír un poco.
-Ya estás despierto... -murmura. Parece que tiene la voz quebrada.Ignoras su alegría.
-¿¡Por qué lo has hecho...?! -susurras agarrándote la muñeca con la otra mano.
-¿Denada...? - responde sarcástica.
Te levantas extrañamente sin esfuerzo y te acercas a pocos centímetros de ella.
-No tendrías que haberlo hecho- le reprendes enfadado.
-No me arrepiento de mi decisión, te ibas a desangrar, Damian.
Te mira con unos ojos sinceros. Esos ojos violetas, enigmáticos e hipnotizantes...
Te das cuenta de que la estás mirando directamente a los ojos, es la primera vez que no apartas la vista bruscamente.
Frunces un poco el ceño y te separas de ella.
-Ahoras estás débil, Rachel yo-...
-Me da igual, tú estás bien-te interrumpe de repente con voz calmada.
Te giras bruscamente para mirarla, furioso.
-¡Podrías haber curado tu herida...!
Notas que se te hace un nudo en la garganta cada vez que sigues hablando.-¡La tuya es mucho más grave Rachel...!
Se te quiebra la voz y se te cristalizan los ojos.
-Podrías morir... -le sueltas dándole la espalda y poniéndote el brazo sobre los ojos disimuladamente para no llorar.
"¿¡Pero qué me pasa...?!"
De un momento a otro, Raven apoya la espalda en la pared, agotada, y se escurre por ella hasta sentarse en el frío suelo.
Haces lo mismo en la pared de enfrente y observas como Rachel cierra los ojos con fuerza apretandose con ambas manos el abdomen.
-Sé que ha sido una estúpidez... -murmura de repente.
La miras extrañado. Era la primera vez que te daba la razón. Sonríes por dentro por ello.
-Pero no podía ver como te morías desangrado...-continúa.
-Y yo no puedo ver como te mueres-respondes enfadado firmemente.
Ella suelta una risita, leve, casi insonora.
Relajas el rostro de repente y la miras confundido.-¿Siempre eres así, niño rico...?
La pregunta te hace fruncir el ceño y cruzar los brazos.-¿Y tú siempre eres así, niña bruja? - atacas a la defensiva.
-Casi siempre... -responde divertida débilmente.
Cambias tu expresión de enfado por una de preocupación.
Se da cuenta.
-Estoy bien, Damian.-Yo no lo veo así...
- Siempre tan negativo...
Esboza una pequeña sonrisa pícara que te vuelve loco por dentro.
-¿Y ahora qué...?- preguntas con un hilillo de voz.
Suspira.
-No lo sé... no lo sé... - contesta con esfuerzo.
Después de un silencio extrañamente cómodo de casi media hora, ves que Raven por fin se ha dormido, con los brazos rodeando sus piernas y la cabeza apoyada sobre ellas.
Ves que su ropa cada vez está mas carmesí en el lugar de la herida.
Aprietas los dientes al verla y no poder hacer nada. En ese momento sientes que darías tu vida por salvarla. Aparte del cansancio y la perdición, por supuesto.
Te obligas a apartar la mirada de ella y te miras detenidamente la muñeca.
La pones bajo la opaca luz que divisas.
Una delgada línea roja oscura y larga te surca la muñeca horizontalmente.La rozas con cuidado sin apartar la vista, concentrándote.
Sientes un cosquilleo al tocarla y no puedes evitar pensar que Raven es quién lo ha hecho.
Te preguntas que cuan cansado estabas para no haber sentido nada mientras dormías.
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DESESPERACIÓN
Hayran Kurgu¿Se puede odiar y querer a una persona al mismo tiempo, querer matarla, sin memoria, sin lugar...?