No sabes cuanto tiempo lleváis andando en completo silencio. ¿10? ¿20 minutos quizás...?
El caso es que duele. Y mucho.
Un dolor casi insoportable te sube desde la cadera hasta las costillas.
Pero sobre todo sientes angustia. Como si no puedieses respirar. Sientes como si te hubiesen pegado un fuerte puñetazo en el pecho.
Pero intentas disimular todo eso caminando bien erguida. No quieres preocupar a Damian más de lo qué está.
De rato en rato te pregunta si estás bien y tú siempre respondes con un leve cabeceo, aunque no lo estes...De pronto Damian te dice que te pares y desenfunda su espada.
-¿Qué pasa? - le preguntas al ver que se pone enfrente tuya empuñando su espada.
-He oído algo. - murmura mirando a su alrededor.
De repente, al fondo del oscuro pasillo se abre una gran puerta lentamente que antes no estaba allí. Unas antorchas de color azul se prenden en los laterales.
-Oh no... A empezado... - susurras estupefacta con la vista clavada en la puerta ya abierta. No se ve nada de lo que hay en su interior, solo una fuerte luz blanca cegadora.
Damian se voltea para mirarte, confundido. Tu lo ignoras con la vista aún clavada en la puerta.
Empiezas a andar con paso lento hacia allí.
-Espera, Rachel- te dice al verte alejarte siguiéndote.
Te paras cuando la tienes a varios centímetros de ti. Engurruñas los ojos por el resplandor de la luz, Damian está detras de ti, mirándote fijamente.
-Debería entrar yo primero... - te dice en voz baja cogiendote con cuidado el brazo.
- Es demasiado peligroso, Damian. - no te dignas a mirarlo.
- Por eso mismo... - comenta para después callarse.
Dudas si entrar, pero al final extiendes un pie y la atraviesas respirando hondamente.
Es otro pasillo, pero mucho más ancho.
-Es... otro pasillo - se pone a tu altura.
- No es solo un pasillo... -susurras.
Te agachas con cuidado para coger una piedra que hay junto a tí y la tiras hacia delante sin mucha fuerza.
La piedra va rodando hasta caerse por lo que parece un agujero.
-¿Pero qué...? - susurra Damian - si ahí hay suelo...
-Es una trampa. El suelo es falso...- mascullas.
-¿Puedes volar?
-No. Ya lo he intentado antes, pero nada.
Ves como se entristece su rostro.
-Iré yo primero...- empiezas a avanzar, pero Damian te coge del brazo para detenerte y voltearte.
-No, Rachel. Es muy peligroso.
-Puedo hacerlo, confía en mi por una vez.
Se muerde el labio y se calla.
Te vuelves a voltear y das un paso hacia delante.Ves como va avanzando con cuidado y lentitud.
-Cuidado.
Estas preocupado. No puedes evitar sentir un poco de miedo.La sigues alerta para cogerla si se cae. Pero eres tu el que pisa mal y se te hunde un pie.
-¡Damian!- exclama Rachel volteandose.
Se te hunde el otro pie y consigues agarrarte del saliente.
-¡Me vendría bien un poco de ayuda, Rachel! - gritas aferrandote con fuerza.
Miras hacia abajo. Un mar de fuego azul está apunto de tragarte.
-¡Agárrate, Damian! - escuchas decir a Rachel.
-¡Suena demasiado fácil!
Notas como la piel de tus manos empieza a desgarrarse y sangrar. Te vas escurriendo a un ritmo peligroso.
Justo cuando estás apunto de rendirte algo frío y suave te agarra fuertemente las manos.
-Agárrate- dice relajada.
Empieza a subirte y recuerdas la herida de su abdomen.
-¡La herida se va a abrir más! - exclamas cuando estás apunto de tocar suelo.-¡¿Enserio, te preocupas ahora por eso?! - frunce el ceño y te da el último empujón.
Cuando por fin tocas suelo te dices a ti mismo que las alturas no son buenas.
Respiras entre cortadamente tirado en el suelo apretando los puños para apaciguar el dolor de los cortes y el tramo falso de suelo vuelve a aparecer dejando atrás el mar de fuego.
Raven está a unos pocos centímetros de tí, mirando como te recuperas lentamente.-¿Estás bien? - te pregunta con un hilillo de voz.
-Estoy bien... Solo que no me lo esperaba... - consigues decir.
Te levantas de un salto y Rachel también.-Esto va a ser divertido... - susurras cuando Rachel se da la vuelta y vuelve a caminar.
Sin más accidentes de sobresalto por el camino llegáis a una pared sin salida.
-¿Y ahora qué? - murmuras dirigiendole la mirada.
No te responde ni te mira. Alza las manos hacia la pared y la toca con cuidado. Como si mordiese. Se para en dos de los ladrillos y los empuja.
Un estrepitoso ruido suena tras la pared y vuelve a abrirse una puerta.-Vaya, vaya... Seguiis vivos. Qué lástima...
La voz siniestra vuelve a sobresaltaros y te hace coger la mano fría de Raven sin pensarlo.
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DESESPERACIÓN
Fanfiction¿Se puede odiar y querer a una persona al mismo tiempo, querer matarla, sin memoria, sin lugar...?