DESESPERACIÓN

CAPÍTULO XII. DESPIERTA

HACE DOS DÍAS
Es muy raro que Damian.  Expresamente y en concreto Damian,  te hubiera preguntado si venías.  Como si realmente le importara tu presencia.

Pero no podías ir. 
Esa mañana de ese día un emisario de tu padre se metió en tu cabeza de pronto, despertándote y cortándote la respiración.

-No seas tonta,  Rachel... No tienes nada que hacer... Libérale.

-¿¡Qué quieres de mí?!

-Reúnete con nuestro viejo amigo en la calle 79 de los Robles.  Esta noche.  Y ven sola...

El demonio terminó la frase con un grito distorsionado que te rompió los oídos.

"¿Nuestro viejo...?  Oh no... "

Y justo tuvo que sonar la alerta a la hora que debías irte. Llamando la atención de Robin.
Después de que el equipo se hubiera marchado a la misión,  abriste un portal con la mano y desapareciste de la torre.

Anduve por las oscuras calles de Jump City buscando con la mirada una placa en los edificios que pusiese Calle de los Robles.

-Date prisa,  niña...

Sacudes la cabeza.

Llegas a una calle totalmente oscura y vacía.

Alzas la mirada a uno de los edificios.

"Calle de los Robles... "- leiste la placa sucia.

Era un almacén abandonado y tenebroso.
Tragaste saliva y entraste al saber que era aquí al oír en tu cabeza : " es aquí niñata..."

Entras poniéndote la capucha del traje respirando entre cortadamente.

Solo se escuchan tus pasos y los latidos de tu ahora acelerado corazón.

Todo está a oscuras.  Y tienes miedo.

-Vaya, vaya... Mira quién está aquí... - una voz siniestra que maldices conocer te penetra el corazón- Rachel...

Se te encoge el pecho y te giras para encontrarte a un hombre vestido entero de negro y bombín.  Le da vueltas a una espada con la mano,  divertido,  sentado en una de las enormes y altas cajas del almacén.

Abres mucho los ojos cuando ves que se baja de un salto de la caja y sigue dándole vueltas a la espada.
Retrocedes unos pasos hacia atrás con la mirada desafiante y las manos rodeadas de tu magia oscura.

-Esto será divertido... - es lo último que oyes antes de que se te nuble la vista y sientas un dolor punzante por todo el cuerpo.