Capitulo 12

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Eileen era la inocencia andando, era tan inteligente y a la vez despistada. Era sabia pero tan torpe al mismo tiempo. Es tierna y siempre amable con el prójimo.

Ravee, el era otro caso. Nada se le escapaba, era inteligente, audaz, rápido, atento y cuestionaba todo a su alrededor; el queria saber todo de todo.
Por lo que mas de una vez -sin su melliza cerca- le pregunto a su mama de su padre. ¿Donde esta? ¿Como es? ¿Quien es? Y muchas mas preguntas que a la pobre Erza la torturaban.

Ravee no sabia porque quería conocer a su padre, ¿Quizá por que quería a una figura paterna cerca? Nah, para el Erza era la perfecta figura materna-paterna, lo tenia todo. ¿Tal vez porque muy en el fondo el quería a su padre, aunque no lo conociera? Lo dudo, Ravee tiene que conocer a alguien para tomarle confianza. ¿O a lo mejor es por curiosidad? ¿De que? No lo se, como dije, Ravee es muy curioso y quiere saber todo de todos.

—¡Ravee! ¡Eileen! ¡Pronto estara la comida! –les grito su madre desde el primer piso.

—¿Sabes Erza? –le dijo Jellal —Hace unos días escuche que Ravee te volvió a preguntar sobre su papa.

—No ahora Jellal –le pidió Erza entrando a la cocina —ya hablamos de eso, no quiero que tocar ese tema con navidad tan cercana. Tengo muchísimo en que pensar; los regalos de los niños, la comida, donde nos la pasaremos y muchísimo mas.

—¿Porque no? –pregunto Jellal levantándose del comedor para ayudar a su amiga —Los niños ya tienen 6 años, están... Medianamente grandes. En algún momento hasta Eileen te va a preguntar sobre él. ¿Que les dirás cuando sean adolescentes? ¿Alguna idea?

Erza, quien estaba dándole vuelta a la Crema de Elote que se estaba haciendo en la estufa, volteo a ver a Jellal y antes de sacar una buena rastra de palabrotas, Eileen la detuvo.

—Mami, ¿Ya esta la comida? –pregunto la pequeña pelirroja.

Jellal se llevo a Eileen diciéndole que aun no, pero por mientras iba a lugar con ella y su hermano en el jardín trasero.

—Piensa en lo que te dije, los niños cada día están mas grandes y por mas que me duela decir estas malditas palabras, uno va a ser operado.

Y sin decir mas, Jellal se fue de la mano de la mano de su pequeña pelirroja.

Erza siguió en lo suyo sin dejar de pensar en Gray y como terminaron las cosas con él.
¿Porque habrá actuado, por primera vez en su vida, como una completa cobarde y huyó en vez de encarar a el padre de sus hijos? ¿Porque aun siente miedo de lo que el dirá cuando se entere que los alejo de él sin que haya podido siquiera tomar la decisión? ¿A que le tenia tanto miedo?
Erza no era de tener miedo, al contrario ella le daba lucha a ese maldito sentimiento. Pero cuando se trataba de sus hijitos, la cosa era tan distinta.

Recordó como Gray y ella hablaron en la fiesta de compromiso de Mirajane y Laxus.
Volvió a tener ese sentimiento, aquel cuando Gray se le acerco para abrazarla. Por un momento se imagino a los niños, el y ella en un cuadro familiar; los niños sonriendo y ellos dos viéndose discretamente, completamente enamorados.

Pero la cruda realidad le llego en forma de cronómetro para cocina.
Se movió rápido para quitar él enorme sarten de cocina de la estufa y lo llevó a la mesa donde ya estaban puestos los cubiertos y los platos. Dejo la Crema en el centro.

Decidió que ya era tiempo de quitarse el mandil, llamar a su mejor amigo y a los niños para que puedan comer la entrada.
Cuando iba la puerta de vidrio que daba a la parte trasera de su casa, de la impresión se le cayó lo que tenia en las manos y su corazón comenzó a latir como loco.

Frente a ella, Gray jugaba con los niños, persiguiendo a Ravee y Eileen saltando a él colgándosele y haciéndolo caer.
Erza se quedo petrificada, se pellizcó para ver si no era un sueño o pesadilla.

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