Esa tarde tu profesor de matemáticas había faltado y por ende tenías aún tres horas libres hasta la clase de literatura, por lo que tu mejor inversión de tiempo había sido una llamada de iris a Nico y luego ponerte a estudiar y repasar tus apuntes de historia.
O al menos esa era la idea antes de ver un cumulo de sombras formarse en la pared de tu cuarto.
Si Nico di Angelo no fuera tu novio o amigo, hubieras (por instinto) tomado tu daga y la hubieras enterrado contra las sombras por si las dudas; pero estabas ya acostumbrado a verlo hacer eso. Viste como se apareció de entre las sombras con una sonrisa traviesa en los labios y las manos en los bolsillos de su chaqueta oscura acercándose a ti.
Apartaste los libros sonriente y los acomodaste a un lado en la mesita de luz antes de levantarte para ser recibido en abrazo cariñoso a tus caderas y un pequeño beso en los labios.
— Pensé que estabas entrenando con Jason, di Angelo —dices de forma coqueta.
— Pensé que podría hacer una pequeña escapada —dijo el mayor bajando la cabeza para fijar sus ojos oscuros en los tuyos apegando tu cuerpo un poco más al suyo— ¿No te gusta la visita?
— Adoro tus visitas calaverita~ —dijiste de manera cariñosa robandole un pequeño beso que no tardo en corresponder.
Poco a poco el beso empezó a subir de nivel al punto en que su lengua saboreaba la tuya mientras te abrazabas de su nuca pegando tus caderas y las de él en un roce placentero. Se separaron suavemente mientras el avanzaba a pasos decididos haciéndote retroceder y luego de manera picara tomo tus muslos levantándote a la altura de sus caderas antes de echarlos a los dos encima de la cama dejándote debajo.
La sonrisa traviesa de sus labios se ensancho mientras tu mantenías las manos entrelazadas sobre su nuca, y comenzó a repartir besos y pequeñas mordidas a lo largo de todo tu cuello.— N-nico, no puedes dejarme marcas —dijiste soltando algunos suspiros mordiéndote el labio—, me meteré e-en problemas.
— Las dejare donde nadie más las vea —respondió de manera sensual llevando ambas manos a tu remera, y colando los dedos debajo empezó a subirla lentamente.
El tacto de sus dedos fríos contra tu piel era tan agradable como la forma en que te acariciaba a propósito para quitarte la remera. No pudiste evitar quitarle la pequeña coleta que se hacía siempre en el cabello solo por mero capricho (y porque su cabello suelto te encanta) y pronto la ropa quedo a un costado donde no estorbara.
Se coloco entre tus piernas y lamiendo un par de sus dedos comenzó a introducirlos en ti y moverlos con la intención de dilatarte para que no fuera doloroso, aunque pasados unos cuantos minutos de gemidos acabo por mover su mano y posicionarse él.— Se amable conmigo~ —pediste coquetamente.
Te miro de una manera especial, una que solo tenía para ti y guardaba una mezcla de amor y lujuria. Asintió de forma suave y colocando su pene contra ti y, abrazándote como te gustaba, lo hizo entrar por completo soltando un pequeño gruñido de placer al tiempo que te sacaba a ti un jadeo comenzó a moverse.
Su piel generalmente fría se volvió mas cálida mientras se frotaba con la tuya causándote más y más temperatura. Su cara estaba sonrojada como la tuya, pero la sensación de su miembro entrando y saliendo con fuerza era tan increíble que no podías evitar que el cuarto se llene de gemidos mientras enredabas una mano en su cabello y con la otra tratabas de no arañar mucho su espalda (cosa complicada).
— Cazzo, è incredibile —dijo algo bajo acomodando su cabeza contra tu cuello. A veces cuando lo hacían cambiaba de idioma sin notarlo, y te parecía sexy (aunque no lo hayas nunca admitido en voz alta).
(Mierda, es increíble)Sentiste que una de sus embestidas pego en el lugar más increíble de tu recto haciendo que sueltes un grito de placer.
Siempre sabía donde hacerlo y le gusto.
Empezó a embestir más veces ahí con fuerza y velocidad devorándote a besos mientras te agarrabas fuerte de su espalda soltando gritos altos con la cabeza echada hacía atrás cada vez más excitado hasta que llegaste al limite.
. . .
Justo mientras terminaban de cambiarse luego de una ducha (compartida claro) tu compañero de cuarto entro a buscar algunos libros. Primero miro a Nico mientras se acomodaba el cabello y luego a ti con una sonrisa picara.
— Tranquilos, diviértete con tu chico —dijo tomando un par de cosas antes de salir.
Ambos se miraron y soltaron una risita antes de volver a acomodarse en la cama, esta vez los dos con la espalda contra la pared. Y como tenías que estudiar matemáticas aún, tu novio te hizo el enorme favor de traer desde el mundo de los muertos a un profesor privado para ayudarte.
Se podía decir que las horas libres las aprovechaste bien, excepto por la parte de estudiar.
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One-Shots de Nico di Angelo [TERMINADO]
फैनफिक्शनUna variada lista de 26 one-shots BL en orden alfabético sobre o con Nico di Angelo. [La idea es tomar 26 palabras (una por cada letra del alfabeto como inicial) y armar una historia que contenga esa palabra. De esta forma muchos relatos son en el u...