Capitulo 1-Viento de primavera

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-Tranquilo, fija el objetivo, respira y concéntrate-

Susurro mi padre tranquilamente

Veía un cervatillo a través de mi mira pastando la hierba de esta primavera, los campos estaban verdosos el olor de las flores acariciaba mi nariz, mantuve mi respiración y dispare la bala.
No se como pero falle, aquel cervatillo escapó corriendo y varios pájaros salieron volando de los árboles creando un ruido un poco molesto que terminó poco después, observé de reojo a mi padre, que tenía la vista clavada en mi

-Tienes que mejorar- dijo cortante- no puedes permitir ni un fallo, si tu vida corre peligro no puedes fallar

-Si papá- dije un poco cansado de esa respuesta.

No era la primera vez que fallaba y siempre obtenía un comentario de mi padre sobre eso, se que tengo que mejorar me doy cuenta pero necesito tiempo para hacerlo.

-Recoge vamos a casa-

Guarde el trípode, y con la correa lo puse enganchado a mi hombro y me puse rumbo con mi padre a casa. Notaba la tierra blanda y el suave crujido de la hierba al pisar, mi padre iba caminando a un ritmo lento, usaba bastón debido a una lesión de espalda, era un bastón de madera bien cuidado y barnizado, de cabeza tenía una cabeza de perro, ese bastón perteneció a mi abuelo.

-Echas de menos a tus amigos- dijo mi padre rompiendo el silencio

-Si- pensé con cautela la siguiente respuesta-he tenido gente que me ha cuidado, y que se ha juntado conmigo a pesar de ser diferente y eso me ha dejado marca

-Te he notado raro- exclamó- se que te han pasado cosas, que te han hecho mucho daño y que no olvidas, pero, tienes que olvidar algunas cosas

-Papa- dije en voz baja- se que quieres lo mejor para mí, pero olvidar es muy difícil

Proseguimos nuestro camino hasta casa, papá abrió la puerta y dejé el fusil al lado de la puerta, el calor de la hoguera que estaba encendida, el olor me atrapaba y me adormecía, saludé a mi madre con la cabeza y subí a mi cuarto, cuando subo las escaleras suelo tocar la pared con los dedos y arrastrarlos por toda la pared, la madera estaba seca, aunque el suelo no rechinaba.
Llegue a mi cuarto y me quite las zapatillas y empezé a buscar mis zapatillas de estar por casa, estaban enfrente del espejo de mi cuarto, tenía una mesa delante donde tenía mi parche, lo mire un rato y me mire al espejo. Ese parche lo usaba para tapar mi ojo derecho el cual era negro y rojo, lo tapaba para evitar insultos y que me evitarán, era diferente a los demás y tenía miedo, ese parche era mi escudo contra los insultos, pero ya no lo necesitaba gracias a mi mejor amiga Silvia

Diario de un supervivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora