Estaba observando el cadáver, la verdad su muerte me daba mucho gusto, jamás había obtenido tanta satisfacción al ver un cadáver, mi padre estaba tendido en el suelo con un tiro en la cabeza, desenfunde más rápido que mi padre y haber hecho ese tiro, Silvia estaba en la misma posición, con los ojos cerrados, el miedo estaba presente en su piel, el guardia me apuntaba con su arma ordenando que soltase el arma, levanté las manos y solté el arma, pero, saque dos colas rápidamente atravesando su cabeza, las guardo y recojo el arma poniéndola en mi funda, desate a Silvia y le quite la mordaza, abrió los ojos y se giró a verme, le hice un gesto burlón, y se tiro a abrazarme, empezó a llorar en mi hombro, la aparte para secarle las lágrimas
-¿No te acuerdas de que te dije que te protegeria?-
Ella sonrió y soltó sus últimas lagrimas
-Vamos hay que salir de aqui-
Ella afirmó con su cabeza
-Un momento, ¿Cómo has matado al guardia?
- Pues con esto- vacile y saqué mis colas
Silvia me miraba con unos ojos brillantes, y con un tono asombrado dijo
-ALAAAAAAA, ¿Han experimentado contigo?-
-Bueno...- empezé a contarle todo
-Pues sí que tienes una historia que contar- hizo una pausa corta- bueno...
Conmigo también han hecho experimentos, puedo estirar mis brazos y deformarlos para tener cuchillas-
Acto seguido hizo una demostración de su mutación, convirtió su brazo derecho en una cuchilla muy afilada, guarde mis colas y ella volvió su brazo a su forma normal-Vale- pensé un poco- todo funciona con electricidad asinque vamos a desconectar todo en la sala de seguridad-
Silvia asintió y nos dirigimos a investigar el edificio, ella llevaba un moño, una camiseta y unos pantalones, pensé donde podría estar esa sala y lo más lógico era en la última planta, nada más salir habia un ascensor, el edificio tenía colores negros y blancos, llamamos al ascensor y nos subimos, toque el último piso y empezamos a ascender. Al abrirse la puerta había cuatro soldados
-Me los pido- Silvia pronuncio esas palabras con un tono burlón.
Volvió su brazo una cuchilla con un impulso se abalanzó girando hacia los soldados, había hecho un corte limpio pero no se veía donde, las cabezas se cayeron, su cuchilla estaba limpia
-Es raro, aunque la moje en sangre no se ensucia-
Guardo su cuchilla y entramos en la sala que hacía enfrente, había muchas pantallas, botones y luces, había solo cuatro personas que no estaban armadas, amenazándolas a punta de pistola, pregunte por la luz, me señalaron un botón, mate a las cuatro personas, ya no me iban a servir más, al ir a pulsar el botón, Silvia me detuvo
-Gabriel, tienes que ver esto-
Mire a las cámaras
-O dios mio-
Había prisiones gigantes con mutantes, montones, cientos de ellos, giramos la cámara, era como un garaje, las celdas soltarian a los mutantes hacia las calles, solo unos pocos se quedarían en el edificio, asimile el peligro, busque una linterna para ver en la oscuridad, vi dos en una mesa una para Silvia y otra para mí, apague las luces para que escapar fuese más fácil, la salida era electrónica y teníamos que cortar la luz para poder salir y movernos por donde queramos, nos baño la oscuridad, se oían gritos de soldados siendo arrasados por mutantes, encendimos las linternas y fuimos a buscar la salida.
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Diario de un superviviente
Ficção CientíficaGabriel es el hijo único de un padre el cual sirvió al ejército y una madre cariñosa, tras una guerra nuclear con lanzamientos de bombas en varios sitios, el y su familia huyeron al campo en busca de refugio y paz de guerra