Capitulo 14-Justos por pecadores

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Salgo por la ventana rota, el sol me deslumbra, lo único que pienso es como voy a encontrar a Silvia en el pueblo, aunque lo más seguro esque sea algún edificio llamativo.
Recorro cada calle del pueblo, mientras que lo hago vuelvo a notar que alguien me observa desde lo alto de cada casa, decido adentrarme en un bosque para que no tenga la ventaja de la altura, paro y la persona se coloca detrás de el árbol posicionado detrás de mi, saco mis colas rápidamente y rodeo el árbol con el, lo suelto delante mía y veo una persona alta, con camiseta de manga corta y pantalón largo, pálido, poco pelo y con los ojos rojos, tal vez haya más como el y puede que me observasen desde que vi los puntos rojos.

-¿Donde esta?-

No responde, solo me mira y jadea, se vuelve la mano hacia su espalda y saca un machete, arremete hacia mía y logró esquivarlo, lanza más cortes rápidos mientras que se ríe, son cortes torpes pero no puedo atacar, hace un corte lateral hacia mi izquierda y aprovecho para soltarle un gancho, agarro su mano con una de mi cola y le rompo la muñeca aparentando con mi cola, como no me sirve acabaré con el atravesando su estómago con el reto de mis colas. Al ver el cadáver en la muñeca rota, hay una cruz hecha con un objeto afilado.
Suenan campanas, e intento averiguar la localización del sonido hasta que logró localizarlo, está enfrente, solo tengo que caminar. Encuentro un sendero y sigo siguiendo el sonido, encuentro una iglesia vieja, con hiedra escalando su pared, con un rosetón por encima de la puerta colorido, entro por la puerta de madera, cuesta moverla por el peso pero la abro y la cierro detrás mía, dentro de la iglesia hay pilares de piedra sujetando todo, es larga, hay un balcón de madera grande al fondo, no hay bancos ni nada para sentarse, hay un Cristo crucificado más arriba del balcón de madera, la luz del rosetón esta más adelante mía, camino hasta colocarme en el medio de la luz me vuelvo para mirar el rosetón

-¿Bonita?- una voz ronca rompe todo el silencio

-Soy ateo-

me vuelvo y miro a tres personas una es Silvia la cual está tirada en el suelo, alguien de mi altura encapuchado de cabeza a pies y a su lado alguien que viste una vestimenta de color morado con bordados dorados, cara pálida, un peinado hacia atrás y sujeta un bastón hecho de carne.

-Imagino que vendrás a por tu amiga¿no?

-Si

-La verdad no te la voy a dar, resulta un sujeto muy interesante, se le puede sacar un buen provecho-

-¿Por que todo esto?

-Fácil, la humanidad se ha vuelto un virus, nadie es puro de corazón, nadie es bueno, la humanidad está matando este mundo, pero este virus... Este virus es la cura del mundo, morirá toda la gente de este planeta pero los creyentes, los puros de corazón ascenderán al reino de Dios y este planeta quedará salvado para siempre

-¿Quieres decir que en la guerra se implantó un virus para que la gente desaparezca?

-Exacto, tú eres un fallo, no has podido servir a tu padre correctamente y no sirves para nada

Me enfurezco y noto que las venas de mi ojo se marcan, no voy a servir a nadie que quiera hacer una cosa tan orripilante

-Ha sido un placer conocerte

Acto seguido la puerta de detrás mío se abre y aparece una persona con una espada, parece que sabe manejarla muy bien, va trajeado, no tiene pelo, la piel y los ojos es como todo el mundo.
De un impulso está enfrente mía preparando un tajo descendente, lo bloqueo con mis colas y lo alejó, intento atravesarlo muchas veces pero lo esquiva sin tener que hacer algún esfuerzo, esprinta y consigue hacerme un corte en la mejilla, me enfado más, voy a por él y saltando lo más alto que puedo y juntando mis colas aplastó el suelo donde se encuentra el, lo vuelve a esquivar, suelto varios golpes, pero ninguno acierta, vuelve a provacarme varios cortes en todas las partes de mi cuerpo hasta que no puedo más y me arrodilló, estoy muy cansado y débil, coloca su espada encima de mi cabeza

Diario de un supervivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora