Parte 27

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No volví a ir a la sala donde estaba Alex, no me sentía con fuerzas suficientes para verlo sudar con su camiseta de tirantes y marcando músculo. No podía, lo siento soy humana (y de las estúpidas).

Cuando terminé mi turno recogí mis cosas y eché un vistazo rápido al gimnasio, no parecía que quedara nadie a estas horas, aunque en el fondo sabía que quería asegurarme de que él no estuviera, bastante sería al llegar al piso y tener que enfrentarme a la situación, de las peores de mi vida si me preguntan.

Al salir el frío aire me recibe y descoloca mi pelo, que estaba sin peinar por lo que no me importa demasiado. Lloverá, afirmé mentalmente, el cielo estaba tan oscuro que parecía que de repente había anochecido a medio día. La lluvia ya era parte de mi vida diaria en este lugar, llueve más que incluso en Londres, que ya es decir, ésto me hace recordar que la última vez que llovió fue cuando pasó lo de aquel hombre. Nunca se lo llegué a contar a Alex puesto que nuestra relación de nada más que inquilinos del mismo piso ha ido de mal en peor. 

Un escalofrío recorre mi espalda y me incomoda, no me siento segura en estos momentos y en este lugar, es como esas veces que caminas por la calle mirando hacia todos lados porque acabas de salir de casa de una amiga en la que habéis estado viendo una peli de terror y de repente todas las peores escenas se recrean en tu mente. 

-Ruth, tranquila...-Muchas veces tengo que repetírmelo. Siento el aire faltar en mi pecho y decido respirar hondo. Miro el Starbucks de la calle de en frente y decido que estará bien tomar un café antes de comer, hasta llegar al piso queda un buen camino y necesito fuerzas, y relajarme definitivamente.

Miro el reloj que marca las 2:45 p.m., se me ha hecho más tarde de lo que hubiera querido pero en este local se está tan agusto que lo necesitaba, relajarme. ¿Hace cuánto tiempo no lo hago? Me respondo a mi misma, desde que llegó Alex, él y todos sus problemas. ¿En qué estará metido? Me prometo a mi misma que algún día lo descubriré, sin duda. Me planteo si llamar a Alex y decirle que llegaré alrededor de las tres, que si necesita algo del supermercado estoy al lado y no me importa pasar, lo que sea para no llegar. Así que eso es lo que hago.

Un tono, dos tonos, tres tonos... Suspiro.

-¿Sí?- Iba a contestar inmediatamente cuando me doy cuenta de que esa no es la voz de Alex, aunque se me hace muy conocida...

-Mmm...Ho-Hola, ¿está por ahí Alex?

-No, él ahora no puede ponerse. ¿Quién eres?- Su voz era ronca, como de una persona algo mayor. Juraría que la he escuchado antes pero mi cabeza en estos momentos no conecta la información suficiente.

-Soy Ruth, su compañera de piso...-Contesté insegura, vaya si le han robado el móvil y yo aquí dando información confidencial, podrían rastrearme, cosas peores incluso. De nuevo el escalofrío.

-Oh vaya, le diré que llamaste Ruth.

-Gracias...- Colgué, esta situación es extraña. ¿Quién sería ese hombre? Le preguntaré a Alex cuando llegue a casa.

Emprendo camino hacia el piso, como siempre empieza a llover a medio camino y yo bufo, estas situaciones me hacen querer llegar lo antes posible, ya no me importa que esté Alex allí, necesito llegar, tengo un mal presentimiento.

Una mujer mayor choca conmigo, parece perdida, yo la agarro para evitar su caída y ella me mira asustada cosa que no me transmite confianza así que cuando me aseguro que se encuentra bien la suelto, pero ella coge mi brazo con fuerza.

-Llama a la policía muchacha, puede ser muy peligroso, corre rápido y llega pronto a casa, por favor.-En un primer momento pienso que esta mujer no está bien de la azotea, pero luego me giro, y lo veo. El hombre del coche negro, el mismo que me chivó que supuestamente Alex pelearía en aquel bar, tema que aún no he conseguido resolver y que vaga por mi mente de vez en cuando. 

Me quedo quieta, inmóvil y sin parpadear, no cojo el móvil ya que ¿de qué serviría?, viene con dos hombres más, corpulentos, parecen dos frigoríficos andantes amenazándome con su mirada. 

Tendrá que ser así.Where stories live. Discover now