Capítulo 37

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La sangre se me hiela. Siento mis oídos zumbar del miedo.

-Por fin volvemos a encontrarnos frente a frente... Ni te imaginas las ganas que tenía de este momento -Ríe- Creí que fui claro cuando te dije que Alex tenía que irse para siempre.-Remarca estas últimas palabras y yo trago saliva.

Con un atisbo de valentía decido no quedarme callada.

-A-Alex no está aquí por mi, no se por qué me persigues, me-me llamas y me espías como un psicópata.

Él me observa meditando su respuesta.- Es simple Ruth... Porque le importas.

Sin ganas río- ¿Que yo le importo?- Niego con la cabeza capaz de creer que piense eso este ser tan miserable.- Él me dejó por las peleas, ¡¡me dejó tirada!! ¡Y sin embargo me persigues a mi!

El corazón me late demasiado deprisa pero no puedo parar ahora. Estoy harta, harta de meterme en problemas por Alex. Quiero dejar claro que no dependo de él y mucho menos que actualmente tengo algo que ver con su asquerosa vida de mujeriego.

-No digo que no lleves razón, rubita. Pero te has metido en un mundo del que no es fácil salir, como verás. Por lo que vendrás conmigo unos días en los que lo pasaremos en grande...

Intento pulsar el botón rojo de debajo de la mesa que llama directamente a la policía pero antes de poder hacerlo los dos tíos que van con el me cogen y me ponen la mano en la boca y una pistola en la espalda, me tenso pensando que con sólo pulsar el gatillo de ésta puedo morir, tan rápido y tan sola... De momentos posteriores a este no recuerdo nada, puesto que caí rendida en un sueño profundo... En el que sólo veía los profundos ojos de Alex

Tendrá que ser así.Where stories live. Discover now