Tendrá que ser así.

Parte 32

Dormir no fue fácil, y despertar... Mucho menos, mi jefa me mandó un mensaje para que fuera a trabajar a las ocho y media de la mañana. Mis ganas de levantarme fueron totalmente nulas. Me sentía ridícula por haber ido a aquellas peleas la noche anterior y completamente desubicada en este mundo. 

Me vestí con un chándal bastante básico de Nike y me hice una coleta, lo mío me costó porque fui dándome con todos los muebles del salón, cocina, pasillos... Decidí no despertar a las chicas e intentar hacer el menor ruido posible. Les dejé una nota diciendo que me iba al trabajo y que volvería sobre la una de la tarde aproximadamente.  

El frío viento mañanero terminó de despertarme junto al café con leche de avena que me preparé esa mañana. Al llegar dejé todas mis cosas en mi taquilla y me puse a colocar botellas, toallas... Lo de siempre.

Eran las doce de la mañana cuando mi jefa me mandó colocar más botellas y toallas en la máquina número 23, fui casi corriendo y cuando llegué mi mente se quedó totalmente en blanco al ver quién era la persona que se encontraba en esa máquina. Era el pelinegro de anoche, el que estaba con Tiny.

Me acerqué a él y dejé una botella de agua y una toalla.-Gracias guapa.-Creo que después de la voz de Alex era la segunda voz más sensual que había escuchado en toda mi vida.

-De nada...-Sonreí y fui a darme la vuelta para colocar más cosas pero su mano me frenó.

-¿Cómo te llamas?-Sonríe y yo me derrito casi por completo, en serio, qué boca...

-Ruth Cortés, ¿y tú?- Mentalmente mientras todo esto pasaba me repetía que probablemente este individuo estuviera con Tiny, así que cero ilusiones Ruth.

-Soy Adam Morales, ¿puede ser que te viera anoche?.-En un primer momento asentí, pero luego, fruncí el ceño. Ese apellido, de qué cojones me sonaba a mi...

-¡Sí!-Me río.-Estuve en George and Dragon anoche.-Vuelvo a reír y de nuevo su apellido me desconcentra durante unos minutos en los que él sigue hablando.

-Entonces, ¿qué dices?-No había escuchado nada de lo que me había dicho, genial Ruth, de mal en peor...

-Perdona, ¿qué?-Contesto confusa a lo que el ríe suavemente.

-Que si te gustaría que quedásemos esta noche en un restaurante de la zona.

Eso sí que no me lo esperaba.-Oh, cla-claro, bueno si a tu novia no le molesta obviamente...-Necesitaba saber qué había entre la zorra rubia y él. No necesitaba más líos con ella innecesarios.

Él se ríe.-No era mi novia.-Vuelve a reír.-Es una pesada amiga de la familia desde hace unos años, decidió acoplarse a la cena de empresa porque conocía a uno de los trabajadores o... algo así.-Sonríe.

Yo sonrío ahora tímida.-Bien, pues...

-¿Te recojo esta noche a las 9.30?-Asiento y le doy mi dirección, nos despedimos y él continúa en algunas otras máquinas y yo con una sonrisa de imbécil voy a la sala de spinning a llevar material.

Por fin, ¡tengo una cita!

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Al llegar a casa las chicas no están y eso me sorprende, si han ido a comer fuera o algo así me habrían llamado, creo. Ignoro la situación y me preparo la comida, macarrones con tomate, aceite y sal. Mi comida favorita. 

Como tranquila en el sofá viendo una serie y oigo la puerta abrirse y cerrarse junto a las voces de Shana y Charlotte bastante chillonas, incluso más de lo normal. Ellas al verme se sorprenden y se miran. No hay que ser un genio para saber que algo está pasando.

-Hola chicas.-Les sonrío.-¿Estáis bien? No pensé que saldríais a comer.

-No-no hemos salido a comer.-Charlotte tartamudeando, Shana al notar a Charlotte tartamudear pone los ojos en blanco, un gesto bastante normal en su día a día.

-No me molesta chicas, en serio. He dejado más macarrones por si os habéis quedado con hambre u os apetecen en la encimera.-Me giro y continúo con la serie. 

Noto que no se mueven del sitio así que vuelvo a parar la serie y a girarme.-¿Estáis bien?- Frunzo el ceño y ellas siguen con esa mirada de entre pena y preocupación podría decir.

-Iré a ducharme.-Dice Charlotte y yo pienso ¿ahora? pero no le doy más vueltas y miro a Shana.

-Ruth yo tengo que irme, he de ir a la biblioteca a las 4.00 pm y no me dará tiempo si me quedo, lo siento.- Se da la vuelta y oigo la puerta abrirse y cerrarse. Esto no es normal, cuando salga Charlotte hablaré con ella, seguro que me lo cuenta, y yo aprovecharé para hablarle de Adam. 

Sonrío como una tonta de nuevo.