¿Qué hubiera pasado si Jaime Lannister no se hubiera convertido en un miembro de la guardia real en su juventud?
La historia se remonta un poco antes de la rebelión de Roberth y desde ahí, en adelante.
Todos los personajes pertenecen a George R. R...
—¡Lysa! — gritó Leonor saltando de la cama, sus ojos se clavaron en la mancha y en la incomodidad que sentía entre sus piernas, Catelyn apareció segundos después y trató de calmarla, la mandó a bañarse y limpiarse y posteriormente le explicó lo que le estaba pasando.
—No es nada grave, es absolutamente normal
Leonor tenía la mirada fija en sus manos y en el vestido azul escarlata que Cat había hecho para ella, admiraba eso de su hermana, se esmeraba siempre en todo, sabía cocer y bordar, era toda una dama, ella sabía que sería una gran esposa y madre, no tenía duda de eso.
—No voy a casarme, Cat — susurró aun con la mirada en sus manos.
Escuchó a su hermana reírse con suavidad mientras ponía las manos en su cabello.
—Aún eres joven para comprenderlo Leo, pero todas las mujeres afortunadas en su momento deben contraer matrimonio — Leonor miró a su hermana fijamente cuando Cat se sentó frente a ella
—Pero no quiero, la idea de amarrarme a alguien no me gusta. Me gusta ser libre...
Cat sonrió y tomó las manos de su hermana tratando de tranquilizarla, posteriormente bajaron al salón donde su padre, Lysa, Edmure y Peter estaban sentados en la mesa esperándolas para comenzar a cenar.
—¿Cuándo se irá ese sujeto? — susurró Leonor mientras se acercaban a la mesa.
Catelyn suspiró, pero no le respondió a su pequeña hermana, que miró con cara de malos amigos al Baelish; se sentaron en calma y comieron en silencio, todos menos Lysa, que alardeaba constantemente sobre querer casarse, Peter se atoró con un pedazo de pan cuando Lysa habló sobre eso y a Leonor le pareció una cosa muy rara, sobre todo cuando él miró a su hermana del medio como si le estuviera pidiendo que se calle.
Por su puesto Catelyn, su padre y Edmure no notaron eso y no hubiera sacado provecho si tocase el tema solo para molestar a Lysa, últimamente ya no quería pelear con ella, era mejor ignorarla y dejarla pasando rabias por lo mismo.
Luego de comer, Catelyn y Lysa fueron con la septa Marien a aprender a cocer, Leonor se escapó mientras la mujer les enseñaba a otras chicas del pueblo a bordar, se escabulló hasta su cuarto y tomó sus flechas y su arco que Brandon le había regalado para su día del nombre hace un año.
Apuntar al blanco siempre la distraía de sus pensamientos, de su desquiciada hermana Lysa y de su torpe hermano Edmure; con el tiempo Leonor se volvió más rápida y más audaz que sus hermanos, su tío Brynden le enseñaba a usar la espada cuando su padre tenía que hacer viajes al norte o al sur y ella aprendía rápido, era ligera como una hoja y rápida como una serpiente y en poco tiempo, se había vuelto más hermosa que sus hermanas, siendo así la envidia de Lysa, pero el orgullo de Catelyn.
Cierto día, su padre recibió un cuervo de Roca Casterly, donde Twin le escribía contándole que pasaría por la tierra de los ríos con su hijo y alguno de sus hombres y esperaba poder visitarle y charlar.
—"Charlar" — musitó Leonor mientras tiraba una piedra al río — no tiene nada que hacer aquí, no me agrada ese hombre.
Catelyn estaba sentada en una roca mientras miraba la luna reflejada en el agua.
— A mi tampoco, pero papá lo considera mucho. Le conviene y lo sabes, Twin Lannister es el hombre más rico de los siete reinos, ni el mismo Rey Aerys es lo suficientemente rico — le recordó su hermana.
Leonor había viso una sola vez en su vida a Twin Lannister y fue cuando su esposa murió, pero entonces ella era una niña de casi seis años y no recordaba demasiado, sabía que era intimidante y rubio, muy rubio. Pero cuando la gente mencionaba el nombre del Lord de Roca Casterly y la mano del Rey, a Leonor le causaba escalofrío.
Unos días después, mientras Leonor dormía, escuchó el rumor de las criadas que Twin ya había llegado, se levantó presurosa, sabía que su padre las haría presentarse ante el Lord Lannister en cuanto este pisara sus tierras, así que en menos de cinco minutos ella se había metido dentro de un vestido azul marino, dejó su cabello rojo y ondulado suelto y bajó corriendo.
Su padre movió la cabeza haciéndole una señal para que se quedara a su lado, Catelyn estaba al otro lado, Lysa y Edmure aparecieron lentamente para unírseles, Peter lo hizo un poco más tarde, quedándose a un costado, junto al escudero de Lord Hoster.
Entonces, las puertas se abrieron, entraron guardias montando a caballo y otros a pie, Leonor se quedó mirando fijamente al hombre que montaba un caballo negro, vestido con una armadura negra con la cabeza de un león dibujada en ella; junto a él, otro hombre con la armadura blanca y un yelmo con la forma de un león.
Twin se detuvo y bajó del caballo al mismo tiempo que el otro chico, se quitó el yelmo de la cabeza y sus ojos verdes vieron a toda la manada Tully, se detuvo para saludar haciendo la reverencia y miró hacia atrás, a su lado, el hombre de la armadura blanca, se quitó el yelmo del león, haciendo que el cabello dorado de éste se zarandeara con el movimiento.
—Mi Lord — dijo Hoster saludando a Twin
—Lord Hoster — respondió — sus hijos han crecido.
Leonor sintió un escalofrío cuando la mirada de Twin se detuvo sobre ella con una sonrisa que le pareció intimidante, ella no podía ver la cara del chico pues estaba detrás de Twin y solo se le podía ver la melena dorada.
—Considerablemente — acató Hoster — mi Catelyn se casará pronto — Twin asintió — esta es Lysa, este Edmure y aquella mi perla, Leonor.
Twin hizo una reverencia mirando a Leo, ella frunció el ceño intrigada.
—Mi hijo, Jaime Lannister
El chico dio un paso al frente e hizo la debida reverencia, Leonor no dejó de mirarlo, porque después de Rhaegar, ese Jaime era el hombre más guapo que había visto en toda su vida.