Me desperté a la madrugada. Miré el reloj que marcaba las 5 a.m. Me giré y me encontré con su bello rostro. Yacía dormido, y se veía tan perfecto y tranquilo que me dio pavor moverme demasiado.
Delicadamente, saqué mi mano de entre las sabanas y toqué su cabello. Él se removió un poco y sonrió. Suspiré, recordado lo maravilloso que fue estar con él. Recordé haber leído una frase que decía: "Cuando de verdad amas a alguien y vas a la cama con esa persona, tu siempre quieres darle algo más que s***" y era verdad. Esa noche, además de pasión, hubo amor. Tanto, que me sentí desbordada y plena. Él me hacía sentir de esa forma. Lo amaba tanto, que era doloroso pensar en que todo se terminaría en cuestión de meses.
Me odié por pensar en eso, pero era la verdad y había que enfrentarla. Me lastimaba saber que tendría que dejarlo, que tendría que continuar mi vida sin él, y sin tener la oportunidad de volver a verlo. Me quemaba el alma saber que no podía ser egoísta e intentar que esto funcionara a tanta distancia. Me torturaba saber que todo esto se terminaría y que no podía hacer nada al respecto.
Me estremecí y noté que las lágrimas desbordaban y quemaban mis ojos. Esa realidad dolía como ninguna, y lo peor era reconocer que simplemente debía dejar que sucediera. Debía dejar que me arrancaran mi sueño de las manos, y tenía que vivir con ello.
Mis sollozos provocaron espasmos en mi cuerpo y aunque cubrí mi boca, un quejido de dolor se escuchó en la habitación y Harry se despertó algo asustado.
-Amor, ¿que sucede?-su voz ronca pero dulce hacía que extrañara aún más lo que todavía podía disfrutar.-¿Te sientes mal? ¿Hice algo mal?- noté algo de pánico en su mirada.
-No, nada de eso. Al contrario, me siento muy feliz.-luego de terminar la oración me di cuenta de que fue estúpido decir que estaba feliz cuando en realidad estaba llorando desconsoladamente.
Me observo, suspiró y toco mi mejilla con su pulgar.
-Sabes que puedes contarme lo que sea.-me acurruqué en sus brazos y comencé a llorar como una niña pequeña.
-Es que, no quiero perderte. Odio saber que va a suceder y que no puedo hacer nada para cambiarlo. Yo te amo Harry, y juro por Dios que daría lo que fuera porque esto no fuera así. Pero no puedo hacer nada, y me odio por esto.-Sólo sentí que me apretó fuerte a su cálido cuerpo, y tuve otra vez esa sensación de que iba a extrañar hasta desangrarme todo esto. Cada cosa que vivía con él se había convertido en una especie de tesoro para mí. Y me hería saber que de eso sólo quedarían los recuerdos.
-No pienses en eso. No ahora. Ya tendremos tiempo de preocuparnos. No quiero verte llorar por algo que todavía no va a suceder.- Me acunó como si fuera un bebe y yo solo pude aferrarme más fuerte a él.
-Pero sucederá, ¿porqué Harry? ¿Porque simplemente no pude nacer aquí?
-Si hubieses nacido aquí, puede que nada de esto hubiese sucedido. Te hubiese enamorado de alguien más.
-¡No,no! Jamás me enamoraría de alguien más.- Dije mientras me separaba un poco de él para lograr mirarlo a los ojos.
-Eso no lo sabes.-murmuró y secó varias lágrimas que corrían desesperadas por mi mejilla.
-¡Sí lo sé! Tú lo dijiste, siempre tuviste que ser tú y tienes que ser tú.- Lo abracé otra vez como si tuviera miedo a perderlo en ese mismo instante. A que alguien entrara por esa puerta y se lo llevara lejos de mí y yo no pudiera hacer nada para detenerlos.
-¿Sabes? Cuando quieres mucho a alguien, o mejor, cuando amas mucho a alguien, haces lo que sea para estar con esa persona, y yo te amo tanto, que haré lo que sea necesario para que estemos juntos. No quiero que llores más. Te prometo que, como sea, lo vamos a resolver.- Tomó mi rostro y besó tiernamente mis labios.-Ahora, deja de pensar en eso, por favor- susurró, y al notar cierto dolor en su mirada cristalina me sentí terrible por arruinar tan sublime momento.
Sequé las lágrimas que quedaban intactas en mi rostro y él rozó la punta de su nariz con la mía. Lo besé desesperadamente y me subí a su cuerpo. Rogué porque me tomara de nuevo, y lo hizo. Nuevamente me hacía sentir feliz, hizo que todos esos horribles pensamientos se disiparan.
Me desperté nuevamente cuando sentí un tibio beso en mi mejilla. Abrí mis ojos y me encontré con ese ángel sonriéndome.
-Hola.-murmuré mientras restregaba mis ojos.
-Hola hermosa. Te hice el desayuno- sus ojos se abrieron y su sonrisa fue perfecta. Parecía un niño pequeño.
-Wow, ni mi madre hace esas cosas por mí. Gracias.-me incorporé en el respaldar de la cama y me percaté que estaba desnuda. Me puse roja de repente.-Creo que debería vestirme.-dije tímida. Esperé a que captara la indirecta. Lo miré insinuando que necesitaba que saliera de la habitación.
-¿De verdad?- Me preguntó incrédulo.
-Lo siento Harry, yo no soy una desnudista como tú.-dije en tono de broma. Ambos reímos.
-Pero, ya te he visto desnuda.-se encogió de hombros mientras se levantaba de la cama para retirarse.
-Me da pena.-solté una risita tímida. Él se giro, se inclinó y beso mis labios.
-No tiene que darte pena, eres perfecta.
Me envolví en las sábanas blancas y corrí al baño. Lavé mis dientes, mi cara, y me dirigí nuevamente a la habitación a vestirme.
Cuando salí de allí, lo encontré sentado haciendo no sé que con su celular.
-Hola de nuevo.-sonrió.
-¿Que hacías?-pregunté mientras sonreía y me acomodaba en la silla a su lado.
-Nada, Louis. Dice que me extraña.
-Jaaa, son muy tiernos.-Comencé a comer mi desayuno. Y me retrotraje todo lo que habíamos vivido. Y suspiré, él me observó- Gracias.-Murmuré.
-No es nada.-Y supe que él se refería solo al desayuno. Me acerqué, tomé su rostro y lo bese tiernamente.
-No. Gracias, por elegirme.-Dije mientras lo miraba directamente a los ojos. Él solo sonrió.
-Gracias a ti.
El resto del día hasta la tarde jugamos y bromeamos hasta que fue la hora de regresar a la cotidiana realidad. Definitivamente, un día no era suficiente, y no sabría decir que cantidad de tiempo necesitaba para poder sentirme satisfecha con respecto a él. Sentía que podía vivir una vida completa, y más, tal vez, 10 vidas a su lado y nunca me cansaría. Jamás bastaría con esos besos, esas caricias.
Cuando nos acercamos al frente de mi casa vi a Kevin en la puerta con una chica de cabello rubio. A lo lejos pensé que era Jackeline, pero, definitivamente no era ella. Vi a Kevin señalarnos, y cuando se giró pude ver quién era.
-Oh Dios.-Harry susurró.
Definitivamente esto no era nada bueno. Cómo lo había predicho, Kelly apareció, y su cara, su bello rostro se transformó al girar hacia nuestra dirección.
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Dare to dream || Harry Styles
Dla nastolatkówDespues de haber esperado meses, rogado durantes semanas y llorando por esta oportunidad durante un largo tiempo, al fin la suerte ma habia sonreido. Era justo que algo de todo lo que habia deseado se me cumpliera ¿No?