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Zayn no había aparecido en toda la noche, ni siquiera me había insistido en entrar. Supuse que no estaba así que decidí ir por algo de comer. Al salir no lo encontré, me encogí de hombros y busqué unas galletas. Me senté a ver mi serie y las horas pasaron. Miré mi reloj y este apuntaba las doce y treinta. ¿Donde estaba Zayn?

Dos timbrazos y al instante contestaron.

-Zayn, ¿donde?- Corté al escuchar a Caroline riendo.

-No Zayn por Dios, no sigas besando mi panza, me da cosquillas.-

Con coraje colgué la llamada y aventé mi celular.

-Me estoy cansando de esta maldita situación.-

Me arreglé y decidí divertirme, olvidarme de todos los problemas que se avecinaban.

(....)

Al llegar a casa de Perrie la busqué por todas partes y nada. Tomé mi celular la llamé.

-¿Bueno?-

-¿Quien es?- Gritó por el ruido de la música.

-¿Donde estás Pezz?-

-¿Que te importa?- Rió. -Nos vemos más tarde.-

-Perrie no..- Era tarde me había colgado.

-Maldita sea.- Jalé mi cabello de frustración y decidí que lo mejor era esperar.

(....)

Llegue a mi casa riendo, me sentía como en las nubes. Abrí la puerta, dejé mis tacones en un lado y la cartera la tiré.

-Mierda, quien bien la pasé.- Reí.

-Bonitas horas de llegar, ¿no?-

-Hola mi amor.- Le sonreí riendo.

-No es un chiste Perrie.- Frunció el ceño. -Son las cuatro y media de la mañana. ¿Que carajos hacías tan tarde en la calle y sola?-

-Me fui porque te llamé para saber si estabas bien y me encuentro con que le estaba besando la pancita a tu puta ex.- Solté enojada y un dolor de cabeza comenzaba a formarse.

-Quién está en su panza es mi hijo.-

-¡Por Dios!- Reí. -¿De verdad sigues creyendo que ese bebé puede ser tuyo?-

-Cállate Perrie, estás borracha.-

-Si.- Asentí. -Tal vez.- Lo miré. -Pero aún así me duele y siento que cada día para ti soy un cero a la izquierda.-

-¿Porque dices eso?- Se acercó a mi y retrocedí.

-A penas nos reconciliamos y ya me has dejado dos veces plantada por ir tras ella.-

-Perrie entiende..- Lo corté.

-Entiendo Zayn.- Asentí y me alejé para caminar hacia mi habitación. -Pero, ¿quien me entiende a mi?-

(....)

Ella tenía razón, le he descuidado en estos días y ni siquiera he sido capaz de disculparme.

Entré a la habitación y la encontré acostada. Me acosté a su lado e inmediatamente se acostó sobre mi pecho, como de costumbre.

-Perdóname.- Besé su cabeza. -No quiero que sufras, quiero que seas feliz.-

-Entonces solo dame mi lugar.- Habló dormida. -Solo quiero que tengas tiempo para mi.-

-Prometo que lo haré, te amo y esta vez no quiero perderte.- La abracé y ella sonrió.

Algún día |Zerrie| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora