Me apresuró a llegar a la cafetería. Tome una ducha rápida para no llegar apestando a sudor.
Ahora que lo pienso ¿Qué le diré? Algo se me ocurrirá.
Lo veo sentado en una de las mesas de la cafetería.
— Hola ¿Llevas mucho esperando? —me siento enfrente de él.
— No mucho, me alegra verte de nuevo —me sonríe.
— Qué coincidencia, no sabía que estudiabas aquí —lo miro sorprendida.
— Si es mi tercer año y último.
— ¿Enserio? Jamás te había visto.
— Si, no soy muy popular. Pero en cambio creo que ya te había visto antes, en una de las presentaciones que hace tu club, yo era uno de los fotógrafos.
— Qué pequeño es el mundo.
El móvil de Alex suena— ¿Me das un segundo? —se levanta para contestar.
Mientras, pido una ensalada con pollo y agua de limón. Siempre que terminó una práctica me muero de hambre, pero como algo ligero para aguantar.
— Disculpa —regresa Alex.
— Descuida, aproveche para pedir algo de comer ¿Gustas?
— Gracias, pediré algo —regresa con dos rebanadas de pizza y un refresco de lata.
— Entonces ¿Nos veremos seguido?
— Talvez, siempre estoy de un lugar a otro. De hecho tengo un proyecto, y ahora que sé que estudias aquí ¿Te parece si te fotografió mientras prácticas?
¿Fotografías? ¿No sería extraño? Si lo pienso mejor, si le digo que sí, sería un pretexto para verlo y hablar. Es algo bueno con que empezar.
— Claro ¿Cuándo empezamos? —pregunto un poco más animada.
— Lo más pronto posible —me sonríe.
— Muy bien, mañana a las 6:00 am, es mi primera práctica.
— Perfecto.
********
Esta mañana me siento más animada de lo normal.
Entro al salón de clases. En una hora empieza la clase, pero lo cité antes, para que no nos molesten.
Comienzo a estirarme, para cuando llegue estar lista.
— ¿Hola? —escuchó la voz de Alex. Para después ver su cabeza asomarse desde la puerta.
— ¿Te hice madrugar? —su cabello se ve un poco despeinado.
— Un poco —me sonríe.
Me acerco y acomodo su cabello, pasando mis dedos entre sus mechones de cabello, es suave y esponjado.
— ¿Qué se supone que haré? —lo miro dando unos pequeños golpecitos a su melena.
— Pues... —me mira a los ojos, parece aturdido.
Me alejo disimuladamente, estirando uno de mis brazos. Creo que lo incomode.
— Has algunas poses, para capturar —abre el estuche donde guarda su cámara.
Comienzo con algo fácil. Me pongo de puntas y llevo mi pierna izquierda por detrás de mi cabeza, lo más recta que puedo, mientras que con una mano sostengo la pierna y la otra la estiró hacia adelante para hacer equilibrio. Escuchó el flash de la cámara.
— ¿Tienes algo que ensayar? —me pregunta Alex.
— Si, llevo un rato practicándo, es un solo.
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El Inicio del final
RomanceA veces creemos que tenemos todo el tiempo, que todo seguirá igual y que durara para siempre. Pero no nos detenemos a pensar, que nada sale como uno quiere, que no tenemos todo el tiempo del mundo y mucho menos que nadie vive para siempre. Y cuando...