Capítulo 3: Alice

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Me encuentro en una cafetería cerca de mi casa, esperando a mi amiga. Ayer quedamos en vernos temprano, para hablar sobre "su amigo" Alex.

Mientras espero pido una malteada de chocolate y un pan de elote.

Escucho la campana de la puerta sonar.

Es Moni, la cual me sonríe al verme.

— Hola nena —me besa en la mejilla.

— Te vez cansada —le digo.

Se ríe, acomoda su cabello rojo y largo, en una coleta alta. Siempre me e preguntando como puede peinarse sin verse en un espejo.

— Me gusta un chico —suelta.

— Deja adivino, Alex —Sus mejillas se ponen coloradas— Ya cuéntamelo todo —le exijo.

— Lo conocí en la convención, ya sabes —bufo por recordar que me abandono por el— y desde ahí, nos dimos nuestros números de teléfono, hemos platicado y apenas ayer salimos por nuestra cuenta. Creo que le gusto y a mí también me esta gustando —puedo ver que irradia miel por todos lados. Si extiendo la mano podre tocarlo. Espero jamas ponerme como ella, me da cosa de solo pensarlo.

— Pero apenas llevan dos semanas de conocerse, es demasiado rápido, sabes que lo que empieza rápido termina rápido —golpeó mi puño contra mi otra mano.

— Losé, por eso nos estamos conociendo —se rasca la nariz y mira a otro lado— y hay una cosa más.

Me preocupo al instante. Siempre hace eso cuando hay algo malo.

— Tiene novia —me dice temerosa.

Sabia que algo como esto iba a pasar. No se por que siempre se enamora de tipos con novia. Jamas a salido con alguno por lo mismo, pero este chico me sorprende, bueno más ella, por qué lo permite.

Respira profundo y evita golpearla, me repito varias veces.

— ¿Y que procede?

— Me dijo que tiene novia a larga distancia, y que las cosas se han puesto mal entre ellos. Va a terminar con ella, pero solo espera a que venga. Cómo aquí viven parientes de ella, cada año viene y ahí es cuando la terminara —me explica— mientras tanto nos conoceremos.

— Sabes que no quiero que sufras y que pagaría para que lo desaparecieran en algún canal, pero ¿cómo puedo hacer eso si tu se lo permites? —esto es molesto.

— Ya nena, confía en mi —me toma de la mano, para que quite mi cara de preocupación— dejemos esto de lado ahora. Y dime, ¿qué pasa entre Héctor y tu?

— Nada —tomo una parte de pan con el tenedor y me lo llevo a la boca.

Me mira esperando algo más.

— Bueno recuerdas ¿qué te dije que alguien me seguía?... pues era él .

— ¿Qué? ¿Y cómo es que saliste con él? —escupe un poco de jugo de naranja que pidió antes.

Me limpio las gotas que alcanzaron mi brazo.

— Resulta que solo era mi imaginación y solo tomábamos el mismo camino para llegar —lo digo más bajo.

Moni suelta la risa, se ríe tan fuerte que la gente nos observa.

— No te rías —pongo mi dedo índice frente mi boca, para que guarde silencio.

— Ay lo siento es que, solo a ti te pasan esas cosas —se ríe nuevamente pero no tan fuerte— ¿Y por qué estaban juntos?.

— Pues es un pago, por golpearlo por accidente y acusarlo de acosador —agacho el rostro y juego con el resto de Pan de elote.

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