Capitulo 11: Puedes probar si quieres

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Se acerca nuestro primer aniversario de novios. No me importa mucho si celebramos algo o no, pero me a estado insistiendo.

Segun Héctor será diferente a los demás aniversarios. Pues en lugar de que celebremos el primer mes de novios, celebraremos los primeros cien días de salir. Dice que es más importante, por que ya llevaríamos tres meses y nos conoceriamos mejor, además le gusta ser diferente, creo que esa es la razón principal.

Así que, por no ser lo usual, los nervios ya me están haciendo efecto, no tengo idea de que darle o hacer y ya quedan dos semanas.

Y bueno, aquí estoy, pensando en que darle.

Se que le gustan los libros, ver películas... ¿Y si le regaló un libro? No, no, debo de ponerle más esmero.

— Alice, ven a ayudarme —entra mamá a mi habitación con una canasta grande con ropa.

— Voy —le ayudó a cargar la canasta.

— Hay que separarla y doblarla.

Le ayudo a sacar la ropa. Yo la separó y ella la dobla.

— Oye mamá ¿Cuál fue el primer regalo que le diste a papá cuando eran novios?

— ¿El primer regalo? Deja recuerdo — se sienta— le cocine mi mejor platillo.

— ¿Comida? —demasiado sencillo.

— Sí, dicen que la mejor manera de enamorar a un hombre es llenando su estómago y a mí me gusta cocinar.

— ¿Qué le gustaría a Héctor? No lo puedo llenar solo de comida— pienso en voz alta.

— ¿Le darás algo a Héctor? —me mira curiosa.

— Sí, quiere celebrar nuestro primer aniversario. Aún que por mí está bien si no hacemos nada, pero el insiste y ahora tengo que regalarle algo, pero no tengo idea de que —suspiro.

— Hay hija, ¿Siempre has sido así de antipática? —me mira como si fuera un bicho raro.

— ¡Mamá! —a ella no le puedo mentir— es que después de pensarlos bien, todo es tan tedioso y vergonzoso —me siento a su lado.

— Estás ocasiones y cualquier momento es algo que hay que aprovechar, aprender a disfrutar la vida, de la persona a la que amas. Asi el amor se mantiene vivo y se previene arrepentimientos, para cuando ya no esté, no nos torturemos, con lo que hicimos o no.

— Por eso mismo, las relaciones nunca durán, ¿Para que tomárselo tan enserio?

— No por eso dejaras de dar todo. Por ejemplo, nos tienes a nosotros tus padres, pero algún día nos iremos y no por eso no nos vas a querer, solo para evitar sufrir cuando ya no estemos ¿O si? —me mira dolida.

— Claro que no, al contrario, los disfrutaría al máximo.

— Además, no todas las relaciones son iguales, mira cuantos años llevamos tu papá y yo juntos. Así que deja de ser tan infantil con tus sentimientos

— Lo dice, la que hace berrinche cuando mi papá no le cumple sus caprichos.

— Haber señorita no hablamos de eso, si no que le darás a tu novio

— Agradezco tu consejo, lo tendré en cuenta, aún que no me ayuda para nada sobre que darle a Héctor.

— Debería castigarte por ser tan insolente.

— Soy tu hija preferida, no puedes hacer eso.

— Eres mi única hija, no hay de otra —dice resignada.

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