Capitulo 9

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El maleable, echado a perder y vulnerable Liam. Ella había puesto sus pequeñas garras codiciosas en él y no lo había soltado. No hasta que se casó con ella. Y entonces lo había destruido.

Lo traicionó a las pocas semanas de la boda y eso había matado a Liam. Había matado a su hermano...

Metió la nota sin leer en el cajón de su escritorio y salió de su oficina. Ver de nuevo a _____ no había sido nada más que una casualidad, mala suerte.

¿Y qué si había sentido, como la hoja de un cuchillo, una punzada de deseo cuando la vio, de pie, tan hermosa como siempre, con el pelo como una nube alrededor de su cara, sus ojos abiertos y brillantes para él como habían estado en otro tiempo? Hacía que todas las demás mujeres con las que había estado parecieran empalagosas, aburridas, sin sentido.

No debería recordarlo. No debería recordarla. Había trabajado para sacarla de su sistema, y lo había logrado. Era historia. Ella había tomado el dinero de Liam y se había largado hacía ya casi cinco largos años ¡Qué le aprovechara! Él nunca más pensaría en ella.

* * *

____ vació el fuentón de lavar y enjuagó alrededor del fregadero. Luego se puso a secar los platos. Leo estaba dormido en la cama, cansado de una tarde pasada con su amigo Ben en la piscina municipal. Le dirigió una sonrisa cariñosa. El dinero podría ser castigadoramente escaso, pero su hijo tenía una buena infancia, a pesar de su falta. Se estaba asegurando de eso.

Su sonrisa flaqueó. Su hijo crecería sin un padre, y aunque eso era cada vez más común en estos días, y para darse cuenta sólo bastaba mirar a su amiga Maggie, rápidamente abandonada por su parásito novio cuando le dijo que estaba embarazada, era para ella una fuente perpetua de culpa. Pero, ¿qué clase de padre hubiera sido Liam, aún si estuviera vivo?

Suspiró profundamente. ¿Cuál era el caso de pensar en esto ahora? Liam estaba muerto. Y aunque ella se sentiría responsable de su muerte hasta el fin de sus días, no había manera de cambiar el pasado. Se había ido, hacía ya tiempo. Liam estaba muerto. Y Harry… Harry también podría estarlo.

Ciertamente ella estaba muerta para él.

Verlo otra vez, como había sucedido antes de Navidad, había sido traumático, pero lo había superado. Como lo había superado la primera vez. Lo había tenido que hacer, no había tenido otra opción. Y esta vez, hacía ya tres meses de aquel breve y horrible encuentro en la tienda de departamento, que había durado no más de un par de minutos, también lo había superado. Había tenido que hacerlo.

Nada había cambiado. Harry Styles todavía la odiaba.

Sintió su corazón comprimido de la misma manera que en aquellos primeros meses de pesadilla, después de que había huido de su cama, en que siguió marchitándose.

Ella tuvo a Leo. Y una nueva vida con él. Una bendición más allá de toda gracia.

El zumbido del timbre le hizo levantar la cabeza bruscamente. ¡¿Quién sería?! Seguramente no Maggie a esta hora de la noche. Ben dormía también. Entonces, ¿quién?

Con cautela, porque aunque el edificio de departamentos estaba en una parte tranquila de la ciudad, nunca se podría ser lo suficientemente cuidadoso por estos días, caminó por el estrecho pasillo hasta la puerta principal. El timbre sonó otra vez, impaciente, perentorio. Miró por el ojo de pescado, pero lo único que podía ver era un hombre de traje, la cara distorsionada. Parecía respetable, pero así y todo abrió la puerta lentamente con la cadena puesta.

-¿_____?

La oscuridad sucumbió sobre sus ojos.

La voz… profunda, acentuada.

-____, abre -

No fue una petición. Fue una orden. Una mano, grande, cuadrada, de largos dedos, presionó con insistencia en contra de la puerta.

Como una zombi le abrió la puerta. A Harry Styles.

El secreto de la amante (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora