Capitulo 8

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Y ahora, casi cinco largos años después, una sola mirada a los ojos oscuros como la noche y Harry Styles podía volver a encender las cenizas de la pasión que ella había pensado se habían apagado para siempre.

Luego, la llamarada de fuego se esfumó, y él la empujó, alejándola de sí.

Con las piernas como gelatina _____ se tambaleó, desesperada por escapar. Se sentía sacudida por relámpagos, haciendo que su corazón se pusiera rígido, y cada uno de sus movimientos bruscos e incontrolados. Cómo se fue de allí, no lo supo, pero cuando alcanzó el vestíbulo de la escalera, sintió bajo sus botas de invierno que dejaba la suave alfombra para dar paso al piso de piedra resonante. Se sentía como si un tanque la hubiera arrollado, aplastando su vida.

Mientras iba escaleras arriba, agarrada a la barandilla de apoyo, con su cuerpo aún tembloroso y el corazón acelerado y retumbando, como queriendo salirse de su pecho, no se percató de la discreta figura que la siguió al salir del departamento de vestidos.

Bajo las claras órdenes de Harry Styles.

Harry Styles miró la dirección de las afuera de la ciudad impresa en el memorándum que su agencia de seguridad le había remitido, y luego dejó caer el papel de nuevo.

No, no haría ningún seguimiento. Nunca volvería a tener nada que ver con la mujer que había destruido a su hermano Liam.

¿Sólo a Liam?

La pregunta se burlaba de él, pero él la aplastó a un lado. ¡No, no había dejado que _____ Richards lo destruyera! No había sentido nada por ella, excepto deseo, eso fue todo.

Ella había sido su amante, eso había sido todo.

Cierto, había sido diferente, cautivadoramente diferente, de su compañía femenina habitual. No fue sólo su belleza natural y sin artificios lo que había llamado la atención de sus ojos expertos la primera vez que la vio en aquella tienda de regalos del hotel, o la mirada de sus ojos, muy abiertos, que habían reflejado su inmediata respuesta a él. Fue que, por lo general, sus amantes eran seductoras, sofisticadas y con mucha experiencia sexual. _____ no había tenido ninguna de estas cosas.

Oh, por allí había andado un chico torpe, según le había contado con voz vacilante, que había tomado su virginidad en una reunión de adolescentes borrachos, pero todo lo que había aprendido en la experiencia fue como no tener relaciones sexuales. En sus manos expertas había aprendido el arte del placer, y había demostrado ser una buena y ardiente alumna. Había disfrutado enseñándole, disfrutado tomarla en esos viajes al paraíso de los sentidos, y había encontrado, ciertamente, que ella había extendido ese paraíso para él de maneras que nunca había experimentado antes.

No esperaba eso. La había seducido simplemente porque su predecesora había escogido tontamente tratar de manipularlo, algo que nunca toleraba en una mujer, y porque ______ había sido un contraste refrescante.

Su memoria comenzó a recordar, cómo lo había mirado con asombro, su cabello oscuro como una nube alrededor de su cara bonita, ojos azules enormes, las pupilas dilatadas, el cuerpo temblando cada vez que la tocaba...

Bruscamente tiró la nota lejos de él, y se levantó. ¡No fue sólo a él al que había mirado con asombro, sino también a las cosas que le había comprado! Su boca se apretó. Le había hecho gracia al principio, divertido por su reacción sorprendida al derroche de su riqueza en ella. Comprándole ropa hermosa, llevándola a lugares hermosos, dándole un estilo de vida lujosa. ¡A ella le había encantado, se había deleitado en él!

Una luz dura brillaba en sus ojos oscuros.

Se había vuelto codiciosa. Quería más. Y no había sido quisquillosa a la hora de conseguido. Primero había tratado de atraparlo a él, y luego, cuando le había dejado claro que no estaba dispuesto a darle un boleto dorado de por vida, había apuntado a Liam.

El secreto de la amante (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora