-Has caído bajo -dijo Harry, volviéndose para mirarla desdeñosamente -Debes haber derrochado el dinero de Liam a lo grande para haberte reducido a este basurero. Bueno, voy a ponerte en la nómina del banco nuevamente, pero… -
-¡Fuera! -Su voz fue un chillido. Ella buscó a tientas su ropa, encontró la remera holgada y tiró de ella sobre su cabeza. Le llegaba a la mitad del muslo, ocultando lo esencial.
En cuanto a Harry, simplemente empezó a vestirse de nuevo con mucha calma, como si nada hubiera sucedido.
-Siempre has codiciado el dinero de los Styles -dijo en un tono casi coloquial, mientras ______ se permanecía allí, con el corazón palpitante, las piernas temblorosas y la emoción atravesándola como un huracán.
¿Cómo podía estar haciéndole esto a ella? ¿Cómo? Ella se había sobrepuesto a él, ¡sobrepuesto! Pero había entrado y sin una palabra la había llevado a la cama...
Comenzó a temblar, pero no de frío. La incredulidad la arrollaba al igual que sus palabras, tan crueles, tan odiosas.
-Tendrás una asignación pero nada más -le dijo mientras se encogía de hombros en la camisa a la que ella le había arrancado completamente -Voy a ser generoso, ¡pero ni pienses en que vas sacar más provecho de mí esta vez! Dime… -él alzó la cabeza y la miró a través del lecho, mientras se abrochaba los botones de los puños -…simplemente cuánto tiempo te tomó gastar el dinero de Liam? ¿Un año? ¿Dos? ¿O fue poco a poco? ¿Por eso te encontré comprando ropa el día que te vi? Para prepararte de nuevo y encontrar otro lechón en una fiesta de Navidad? No parece que hayas tenido suerte.. -
Su desprecio era evidente, y repentinamente, muy repentinamente, el temblor de ______ se detuvo. Fue reemplazado por la ira, cruda y vehemente, quemándola. Se dio vuelta, encendió la lámpara de noche, tiró de una puerta del armario y sacó una caja grande de cartón. Metiendo la mano en el interior sacó un sobre y se lo lanzó a Harry.
-¡Léelo! -gruñó ella -Vamos, ¡léelo! -
Con el ceño apenas fruncido cogió el sobre, sacó la carta y la abrió.
Ella observó cómo cambiaba su cara. Sus ojos se clavaron en ella. La carta cayó de sus dedos a la cama, en el encabezamiento se podía leer el nombre de un famoso hospital de niños de Londres.
-Lo regalaste. Regalaste el dinero de Liam -
Su voz fue tajante.
Ella se puso de pie, con el pecho aún palpitante.
Luego, en el absoluto silencio reinante entre ellos, otro sonido se escuchó del otro lado del dormitorio.
-¡Mami! -
La conmoción se reflejó en las facciones de Harry.