1: Vida

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Su mirada paseaba de un lado al otro recorriendo el libro que tenía frente a él

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Su mirada paseaba de un lado al otro recorriendo el libro que tenía frente a él. Debía terminarlo esa misma noche y comenzar con el siguiente de inmediato. El señor Hopper era un excelente profesor pero no era de fiar. A veces los gatitos solían ser las fieras más peligrosas del universo y lo sabía por experiencia propia. No podía darse el lujo de ser descuidado y arruinar su semestre. Debía mantenerlo vivo, cuidarlo como si su vida dependiera de ello —lo hacía—. Su vida dependía de su beca y eso, de por sí, ya era suficiente presión sobre sus hombros.

La puerta de su habitación se azotó sin embargo no se permitió exaltarse y terminó con su libro, una ola de alivio recorrió su sistema y pudo sonreír un poco.

—Yuuri —la voz chillona de su mejor amigo y compañero de habitación le sacó de su festejo personal—. ¿Qué me pongo? —preguntó mientras le mostraba un par de prendas.

—Phichit, amigo mío —respondió Yuuri inmediatamente—, debe ser una broma, ¿cierto? —inquirió. El moreno ladeó la cabeza sin comprender—. ¿Ves lo que traigo puesto ahora? —señaló su suéter blanco de lana y su pantalón de mezclilla azul. Phichit seguía sin comprender—. Mira, no importa.

—¡Oh, Yuuri! —chilló el moreno al borde del colapso.

—Sólo... —agitó sus manos frente a él, como si tratara de alejar algún mosquito—. Ponte el que combine con tus ojos. —La mirada de Phichit se iluminó y miró las prendas. ¿Que combinara con sus ojos, decía? ¿Qué era lo que combinaba con sus ojos?

—¡Eres muy malo, Yuuri!

Yuuri miró su escritorio y soltó un largo y profundo suspiro. De pequeño nunca se imaginó terminar de esa manera: con un montón de libros apilados en su escritorio y sobre su mesita de noche, estudiando un sábado por la tarde. Tampoco se había imaginado viviendo en Estados Unidos por una beca.

—Es el fruto de mi esfuerzo —se dijo en voz baja mientras agachaba la mirada.

—¿Qué dices? —preguntó Chulanont mientras trataba de meterse en una pequeña y ajustada playera negra, Katsuki rió y le ayudó a bajarla.

—Todo lo que te pongas te va de maravilla, Phichit —comentó Yuuri mientras daba un par de pasos hacia atrás para poder ver la delgada figura de su mejor amigo. El cual hacía una mueca ante el comentario.

—Tú también, Yuuri.

Katsuki ahogó la risa en su garganta.

—¿A dónde irás hoy? —cuestionó tratando de desviar el tema. Phichit comenzó a buscar algo en su cómoda.

—A una discoteca —respondió—. Dicen que la música y bebidas son muy buenas. —Le lanzó una prenda a Katsuki en el rostro—. Además, no iré. Iremos.

Volvió todo su ser a Katsuki y le tomó de los hombros.

—Tengo que terminar...

—Amigo mío, tienes diecinueve años, es hora de que comiences a vivir.

Scary love ❅ Otayuuri ❅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora