6: Cita

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Estaba desesperado, llevaba menos de una semana trabajando y no lo soportaba más

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Estaba desesperado, llevaba menos de una semana trabajando y no lo soportaba más. Era demasiado para él.

   Frustrado soltó un suspiro y miró a su alrededor. Yuri no estaba cerca y, por consiguiente, Viktor tampoco. Era extraño, muy extraño a decir verdad. No comprendía cómo era posible que estuvieran juntos, bueno, sí lo comprendía pero no entendía el porqué: porqué se miraban de esa manera, porqué parecían tan felices con sólo intercambiar un par de palabras, porqué parecía que con tomarse de la mano estuvieran completos. No lo entendía y no era como si quisiera saberlo en realidad. Siempre envidió a Yuri, tenía todo (o casi todo) lo que él quería: era emocional y a su lado siempre siempre había alguien que le amara. Otabek deseaba eso: Que alguien le amara y era curioso, había tenido varias chicas detrás de él y había salido con algunas pero jamás se sintió y vio como Yuri con Viktor. Y Viktor, carajo con ese viejo, ¿cómo era posible que conquistara el corazón de su mejor amigo con facilidad? Yuri era una chispa y una chispa no puede ser controlada, eso era de ley, sin embargo parecía que Viktor tenía sumiso a Yuri, aunque con el rubio nunca se sabe, el muchacho es impredecible: te puede amar un día y al otro odiarte. Eso era a lo que te atenías teniendo a Yuri Plisetsky como amigo, pero no se quejaba, realmente lo quería.

La mano de alguien sobre su hombro lo sacó de sus desordenados pensamientos.

—¿Todo bien, Otabek? —preguntó el dueño de la discoteca mientras le sonreía con gentileza al azabache. Viktor le agradaba, era un hombre muy amable y amistoso a pesar de su edad.

—Yo... —No estaba bien, tenía muchas preguntas y quería respuestas. Quería saber cómo era poder llorar sin ser criticado, reír ante un chiste malo sin miedo o decir "Te amo" sin remordimiento—. Estoy bien —mintió como de costumbre. Nunca estaba bien pero jamás diría que estaba mal. Así era Otabek Altin.

La discoteca se llenó en un abrir y cerrar de ojos

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La discoteca se llenó en un abrir y cerrar de ojos. Cuando menos lo notó ya todos estaban amontonados en la barra pidiendo sus bebidas.

—Un margarita —pidió un chico.

—Una cerveza —suplicó otro.

Scary love ❅ Otayuuri ❅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora