10: Jean

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A Jean Jacqueas Leroy lo conoció en una fiesta de Noche Buena, el alcohol abundaba al igual que la droga. Nada fuera de lo normal para él. Ya estaba acostumbrado a ese tipo de vida desde hacia ya un par de meses. Le gustaba, cómo no. Era de ese tipo de fiestas idiotas a las que los adolescentes suelen asistir y gozar para, de esa manera, vivir.

Ahora Beka se cuestionaba si eso era realmente vivir. Vivir tenía un significado diferente para él. Vivir no eran fiestas ni droga, mucho menos mujeres. ¿Qué era vivir realmente?

—Nunca te lo has preguntado, Jean.

—¿El qué?

—¿Qué es vivir?

Ambos se quedaron en silencio mirando el cielo. Estaban sentados en el césped que había en el jardín de la casa de un chico llamado Alexander, el cual era un imbécil, pero sabía organizar fiestas.

—Creo que vivir es sentir —respondió Jean mientras le daba una calada a su "cigarro de la risa".

—¿Sentir? —repitió Beka mientras dejaba su vaso de plástico lleno de cerveza a un lado y dirigía su mirada a Jean.

—Sentir, vivir —estaba desvariando—. Cuando lloras, estás sintiendo algo, ya sea tristeza o felicidad. Cuando ríes estás sintiendo nervios o felicidad. Lo sientes. Vives.

Beka quería entender, sin embargo era algo que estaba fuera de su alcance. Creía rozar el entendimiento con la yema de sus dedos pero era sólo un intento desesperado de no querer parecer un idiota. Así que sólo dijo en un susurro:

—Creo que lo entiendo.

Jean supo que mentía, no obstante calló y sólo asintió.

—Dime, Otabek, ¿eres gay? —preguntó Jean luego de darle otra calada a su churro.

Altin tomó nuevamente el vaso y miró su contenido.

¿Él era gay? Bueno, era una buena pregunta que ni él mismo se podía responder. No había salido con chicas, pero eso no significaba que no le gustaran. Le gustaban muchos chicos, pero eso no afirmaba su homosexualidad. O no sabía. Maldijo en su interior, estaba confundido y el alcohol no ayudaba.

-No sé -respondió a secas mientras ahogaba su frustración en alcohol.

-Bueno -soltó Jean y luego agregó-: ¿Te gusto yo?

La cerveza se acabó y él se encontraba en apuros. Apartó el vaso de sus labios y miró de reojo a Jean, el cual mantenía los ojos fijos en él. Era muy guapo y fuerte, sí. Agradable y simpático también. ¡Carajo! Claro que le gustaba.

-Sí, me gustas.

-¿Y no eres gay?

-Yo... No creo que eso importe.

Jacques Leroy sonrió. Vaya que ese chico con chaqueta de cuero le estaba dando una agradable sorpresa.

-¿Quieres besarme? -preguntó Jean mientras acortaba la distancia entre ambos rostros despacio.

-Yo... -Su estómago estaba revolviéndose y sus mejillas de rojo se tiñeron.

-No seas tímido -susurró Leroy mientras llevaba una de sus manos al muslo del contrario y lo acariciaba.

-Es que... -Estaba comenzado a marearse. Oh, demonios, no. Tan rápido como pudo volteó hacia el otro lado, donde todo estaba despejado y vomitó. Podía sentir como aquellos brownies recorrían su garganta hasta salir expulsados. Oh Dios mío, ¿tanto había pecado?

Jean miró la escena con preocupación, pero tan pronto como Beka volteó y con los ojos llorosos le dijo "Lo siento" comenzó a reír como un desquiciado. El cigarro de la risa comenzaba a hacer efecto.

-Esto es tan asqueroso -dijo Otabek mientras con sus dedos limpiaba la comisura de sus labios. Jean se dejó caer de espaladas en el césped mientras apretaba su vientre y pataleaba en el aire.

-Divertido. Divertido. Divertido -repitía Jean entre carcajadas.

Otabek sólo lo miró y sonrió levemente.

-¿Estás viviendo justo ahora? -preguntó con alegría. Jean dejó de reír y apoyó su peso en sus codos para poder alzarse un poco y responder:

-Sí. Estoy viviendo.

Aquel era un recuerdo que no quería olvidar, sin embargo... Ojalá nunca hubiera ocurrido.

Una voz irritante lo hizo salir de su ensueño.

-¿Entonces? -preguntó Leroy mientras se recargaba en el marco de la puerta y cruzaba los brazos.

-¿Qué?

-¿Por qué no atendías mis llamadas?

-No eres mi mamá, Jean -respondió Otabek de mala gana mientras le lanzaba una almohada y Jean la esquivaba. Amaba y odiaba a ese sujeto.

-Mi osito -dijo Jean con ternura mientras se acercaba a la cama del moreno-, ¿estás enojado?

-No.

Amaba sus respuestas cortas.

-¿Seguro?

-Jean, deja de insitir.

-Bebé -lo llamó por ese apodo empalagoso que sabía que Altin amaba.

-Por favor, sal de mi casa.

-No.

Otabek suspiró. Odiaba la insistencia de Jean.

-Te amo, Beka -murmuró Leroy mientras se recostaba a lado de Altin. El moreno no respondió. No lo amaba de esa manera. El corazón de el Rey se rompió. Habían cambiado tan rápido que no le había dado tiempo para hacer algo al respecto -. Ya lo sé -sinceró Jean para depositar un beso dulce en la mejilla de Beka-. Ya no me amas pero no me importa.

El cuerpo de Altin se paralizó.

-No...

-Nos vemos después, bebé.

Cuando menos se dio cuenta Leroy ya estaba cerrando la puerta.

Joder, era un gran imbécil.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2020 ⏰

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Scary love ❅ Otayuuri ❅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora