En una tarde lluviosa || Vharem

013 - Melancólicos, como aquellos violonchelos.

El silencio se prolongó un largo tiempo, y luego otro poco más después de la pregunta lanzada. El ambiente era tan tenso e incómodo en la sala que algunos de los presentes incluso tenían temor de parpadear.

Por un lado, Taehyung estaba asombrado de ver la manera en que toda sonrisa anterior se borró del rostro del de hebras rosadas en cuestión de segundos para volverse completamente serio. Le era en cierta manera pasmoso.

Y por la otra parte, entre Jimin, Jungkook y Namjoon, era un debate de miradas donde no se sabía quién retaba a quien. Los tres se conocían desde primero, una que otra vez habían coincidido en alguna clase, evento escolar e incluso una fiesta, pero no eran cercanos más allá de intercambiar saludos o cortas conversaciones. Y probablemente después de hoy, no intercambiaran más que miradas.

Con una sonrisa ladina, Park repitió: —Dije que él es aún más hermoso de cerca.

Silencio de nuevo.

«Yo... ¿hermoso?» pensó Tae, aun sin emitir palabra alguna, con una creciente curiosidad por el concepto que el pelirosa ha usado hacia él.

—¿Por qué? —indagó Jimin con un fingido tono amigable, hacia Nam y Jungkook—, ¿Tienen algún problema con ello?

Por reflejo, el Kim menor se volteó hacía donde estaba dirigida la pregunta. Encontrándose con una imagen sombría del presidente.

—Ninguno —respondió Nam de manera breve y neutral, sin expresión. Como si en ningún momento se hubiera erguido sobre Tae de una manera extrañamente posesiva.

De hecho, se alejó unos pasos del de hebras doradas para sentarse a las orillas de su escritorio y parecer desinteresado. Porque por dentro, el pelimorado estaba tan perdido. Sin embargo, a pesar de que Namjoon intentaba ocultar el desconcierto de su propio actuar debajo de su reservado rostro, Jimin no olvidaría aquello que vio en la mirada del presidente.

Y sobre Jungkook... Él había actuado por impulso. Arrebatos que no tenía hace años y que siempre trató de controlarlos, pero ahora sólo sabía que quería quitar a golpes esa estúpida sonrisa del rostro de Park. E iba a hacerlo sino fuera porque una carcajada retumbo en el lugar.

Con una mano en la boca, Kyungsoo trataba de aminorar su risa.

—¿Kyungsoo? —cuestionó Ken, confusión emanando de sus poros.

—Lo siento —dijo el pelinegro, tosiendo disimuladamente, aun con leves rastros de diversión. Pero es que todo aquello le hacía gracia.

El pelinegro se preguntaba qué haría aquel trio ahora que veían que había competencia, porque era obvio para él que éstos sentían algo por Taehyung, pues habían actuado como perros marcando territorio... así que ¿ocultarían sus sentimientos por Taehyung? o ¿si quiera lo sabían?

—Si no tienen ningún problema... —Park retomó la conversación. Buscaba provocarles y así ver si realmente tenia rivales—. ¿Por qué debería callarme? Solo dijo lo que pienso ¿No han oído hablar de la libertad de expresión? —sonrío.

Estampar su puño en el rostro del bailarín era lo que quería Jeon.

Ante la pregunta del pelirosa, Kyungsoo alzó una mano y dijo: —Yo sí.

—¡Kyungsoo! —gritaron al unísono los miembros restantes del consejo, a excepción de presidente, claro.

El aludido bufó.

—Él es hermoso —Jimin susurró, acortando la distancia entre él y Tae para tomar su mano y dejar un pequeño beso sobre el dorso de esta—. Es un placer conocerte Taehyung. Mi nombre es Park Jimin, curso el último año y estoy en club de baile.